Te amo
no quiero la bomba
que estalla al caballo.
Te amo
y la luz de la farola
limita a lo eterno a un halo.
Te amo
quiero tu cuerpo
sobre el desierto de ramos.
Te amo te amo te amo
no me hables de la tempestad
que traga los barcos.
Ay te amo
Dios como os amo.
Decía con grandes aspavientos
el niño gritando.
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