Elegía a la chica violada en Fuerteventura.

La Tragedia del Guirre que muere quemado.
El Guirre bello alimoche de cabeza amarilla,me recordó la chica violada en Fuerteventura.


De espino hoguera de mi ojo
no dejes que sea despojo
tahúr que reina el camino,
traicionar sin causa al vino
desahucio a sueños rotos,
¿Qué fue el guirre de mis sueños
que en tanto robar empeños
no hubo aliento que fuera mío
ni trono de un rey tieso impío
que sea santo de barreños?.


No me amargues mis mentiras
ni corrijas mi engaño,
de que el paso de aquel año
trajo ron de las guajiras
y el robo hueco que deliras.
Ni qué come la cabra
en la tierra que nadie labra,
ni si entierra al loco bardo
el tonto del petardo
ni si la memoria lo escarba.

Todo es mediocre todo
salvo la arena en el acero,
óxido en tu labio seco
y en tu pecho en duro lodo,
tu dolor rumia rescoldo.
La luz entre la alta rama
o el hipocondríaco en la cama
que no quiso ser un genio,
¿quién te echará de menos
si el dolor en gas te enrama?.


¿Qué misterio es tu sonrisa
que suicidas sin prisa
al que a luz no halló una causa?;
¿por qué al ritmo una pausa
al deseo impones sin pista?.
Al sol enfada tu apuesta
de que retes sin afrenta,
que al enfermo sin recato
devoto hagas del pecado
cuando él soñaba su renta.

Paracaídas de aire que matas
cortas el hueco abrelatas
el sueño en que engaña y frustras,
para qué querrás las fustas
si ni arrastrando cabalgas.
No digas que no eche en cuenta
el robo a alquilar tu renta,
en mi vena cornea el ciervo
del miedo al robo al cuervo
cuanto más vuela más renquea.


Al guirre maldito asado
nadie halló óxido al pecado,
como osos polar que cobija
la nieve buscó a su hueca hija
por qué el fin del amado.
El galgo tras la cacería
levita en alambre de estría,
¿por qué culpar al fiel criado
si no sirve lo ganado,
no comido ya al mediodía?.

Te retuerces como espino
en mi dura mano sin piel,
me echas en cara serme fiel
como si no fuera el destino
o si lo quiero asesino.
Rebélate sin estrado
limpia de señal la calle,
que ningún falso rostro hable
de tu hambre de insensato
del manjar que has tirado.

Rebélate sin sentido
mata al que te ha ayudado,
y suplica sin recato
sin ver al que te ha vencido
que a lo robado has seguido,
que suplique tu limosna
al que por ti ahora ahorra,
y al que acusa en tu pecado,
sin réplica el insultado
que tu mitín hueco borra.

Como el chicle que mascado
le ha quitado la glucosa,
y llaman patria a la cosa
no suene el escupitajo
al que pisan desde abajo.
Suenan las botas a la oca
como la berrea de una loca,
que busca auxilio al calvario
y el vaivén del dromedario
sueño al aire de una roca. v.90