Ancla de tu fraude eterno
de tu carne blanda,
a qué dios he de profanar
para huir sin ganas.
Y me sacas el tuétano
para que reniegue de ti,
a qué Dios inútil cuando muera
voy a maldecir.
Triunfaré en las chabolas
conquistaré el desierto,
y estaré orgulloso
de rematar a los muertos.
* * *
Si te lo ofreces no lo quiere
Si no te lo da se lo exiges,
Mereces la luna robada
Solo si no la pides.
Permití que te rieras de mí
Y al cristal roto lo llamé amor
El tiro vio que no era así.
Lo que me dolió
es que sonrieras
cuando le dabas al cargador.
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