Porque entendimos demasiado tarde… que la vida iba en serio.
Peces agrios creen huir de la corriente
que les arrastra a carraca de la cueva,
donde el amor estafa y la luz miente
y el abismo hace soñar aunque no atreva.
Como un corcho en el mar que cree plantar
árboles que luchan en el desierto,
luchaste duro y te dejaste arrastrar
hasta robarle los triunfos a un muerto.
Fuiste la estafa a tu impulso tieso
y en evidencia la bella flor mustia
cabalga arena y angustia en un beso.
Pero no hubo reflejo que diera angustia
en el agua de los peces sin dueño
que morían sin saber por qué culpa.
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