Una promesa con entusiasmo. No A Pedro Lezcano y a Agustín Millares Sall

Estaba en un pasillo de la Clínica Santa Catalina viendo a una mujer elevando la ecografía a lo alto, el hijo de un madre que lo estaba viendo y yo a sus espaldas lo miraba de refilón, era una escena ajena a mí.
Era una ecografía en blanco y negro y apenas se veían sombras pero se podía disfrutar viendo la cabeza y la forma del cuerpo como una alubia gigante.

Esto viendo la ecografía de un bebé pensaba esto es algo entrañable,uno puede permitirse ser ñoño al ver una vida que se gesta,quizá detrás puede haber una tragedia,pero déjame disfrutar por un momento de un feto gestándose,de la maternidad que no sé si es deseada o no,pero déjame disfrutarla por una vez,déjame ser folclórico,agradable,simpático sin recompensa por una vez.

Estaba en Canarias y soy una persona anónima mirando en el pasillo de un hospital una ecografía de espaldas a la persona que lo tiene, me da igual que el bebé sea deseado o no.No estaba en los periódicos de Madrid o de BARCELONA, no estaba en la presentación multitudinaria de ningún libro.Estaba en un pasillo olvidando mis sueños.

Unas enfermeras pasaban y daban sensación de frenesí. Una con unas mantas azules,otra con una mesa portátil de comida.¿Me desperdiciaré?,¿me desperdiciaré?.Ay. Miraba el puerto deportivo y soñaba con el Támesis de Londres que no tenía nada que ver con la luz destelleante y el fuerte viruje del Muelle.

Pensé en los poetas sociales que convivían con tragedias todos los días,llamaban a la paz y a la concordia cuando una gran parte de la sociedad vivía en barracas,y tenía que hacer sus necesidades en un cubo. Cuando acabó la dictadura estos "poetas que tanto habían sufrido"recibieron honores por todo lo que habían hecho por la gente trabajadora. Ocuparon eximios puestos en el Cabildo,bautizaron las plazas con su nombre.El hecho de que les premiaran por aquellos poemas folclóricos,cultistas,falsos de toda cursilería,por no haber sentido rabia,ni por no caer en la tentación de lo sublime,ni por no sentir la tentación de lo sublime,me rompía el corazón.

Me lo rompía.¿Qué hago aquí?.
Pero por una vez me di la oportunidad de sentirme feliz de ser ñoño,cursi,falso,al ver aquella ecografía llena de promesa,llena de vida,de un amor incondicional de amor eterno. Y salí al Parque Romano a caminar frenético a sentir el viento y el sol.