Lo más triste es que no hay misterios.
Bajo el sol que vuelve blancas las ramas
de los árboles,
y el niño que aprieta durmiendo sus nalgas.
Solo hay miedos infantiles
tras los rascacielos y las pantallas,
y un niño que replica que el mar no es hermoso
cuando ve a un crucero en la quincalla.
No hay Dios, no hay ángeles, no hay inmadurez,
solo hay miedos,impulsividad, afectos insatisfechos,
músculos en taxidermia, gente que huye sin motivos
y muertos con demasiada razón para estar muertos.
El ordenador que genocida
anestesia momias al darles vida.
¡Qué inútil ese adorno
de azalías, ese vago sin beso
que vive del cuento
sin producir para el torno!.
Sí la vida es más hermosa aún
para el que no la puede vivir hermosa.
Tú que nunca serás para mí tú
y en cuyo sueño me estafas con limosnas.
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