Estudió 5 años la licenciatura de Filología Hispánica y aunque no era inteligente supo sacar buenas notas. Nunca le importó visitar ni una sola vez a sus familiares con problemas que vivían al lado de su Facultad. Llegó a Salamanca a hacer un Máster de 5 meses y como su ambiente era de jóvenes pijos, se enamoró del hijo de un catedrático y consiguió una buena plaza para dar clases en la Universidad de Salamanca. En Canarias estaba en el puesto 388 para conseguir un puesto de profesorado dando clases de español para extranjeros certificadas por la Universidad, pero a lo tonto en Salamanca ya tenía un puesto de por vida y cobrando un buen sueldo, ajena a su categoría laboral. Y en unas clases que exigían poca preparación previa.
Cuando le conté la historia a mi amigo que siempre replicaba con la Justicia del Karma. Él me respondía: esa chica me da pena, pena, auténtica pena, va a pasar por la vida anestesiada, con todo de cara, espera que no tenga ningún problema porque como tenga algún problema no sabrá reaccionar.
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