Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

martes, 21 de noviembre de 2017

La diversión de los domingos por la tarde

Uno trabaja los domingos por la tarde mirando a través de la ventana y sin embargo el trabajo del domingo suele salir mal aunque a uno lo deje satisfecho.

Uno está un tanto melancólico al pensar cómo deben disfrutar los demás con sus excursiones y quiere convertirse en un nacional católico y respetar a cualquier coste el descanso, o la diversión,del domingo.

Aunque sabe que necesita trabajo duro,un deber mal dejado a última hora para sentir la tensión insoportable de ir contrarreloj,el ya no hay remedio, el asqueroso te lo dije del compañero y peor del que te va a juzgar y te trata si esta muy generoso con un insoportable paternalismo impertinente.

El deber no es sublime ni de lejos,ni imaginativo,sino trabajo concienzudo,constante,y en alguna medida mecánico.

El trabajo del domingo es el de los dejados y tiene algo de penitencia anestesiada. Nunca engañamos a nadie solo a nosotros mismos por pura incoherencia entre nuestros hechos y el desierto brillante y eterno de nuestra verborrea.

En Canarias mucha gente pone como excusa que debe trabajar el domingo para no quedar,pero ni trabaja ni sabe disfrutar a lo grande el domingo,simplemente se relaja aunque tenga trabajo que hacer. Va a la playa, y otra si no tuviera que comprar la comida ni saldría de casa a la pollería o donde compre la comida.

En Canarias no hay grandes grupos literarios o un ambiente sólido de cineastas porque no quedan los domingos para hablar en serio como algo supremo,de los retos que hay que proponerse,por eso nunca salen bien los proyectos serios,incluso algunos subvencionados por la cara y de forma discutible.

Lo que hay son 7.000 kilómetros de tierra de gente que quiere relajarse y a eso lo llama pasarlo bien,sin pretensiones, frente al Desierto del Sáhara con mucha suerte del grado de desarrollo conseguido.

Y uno sale a la calle ve el sol que destella en los edificios y le da todo mucha pena aunque no sabe ¿por qué?. ¿Qué quieres? pues hazlo. Y si no lo vas a hacer, pues deséalo, sin tomártelo en serio,y sin decirlo para que nadie se lo tome en serio. No es propio de los corazones patricios insinuar lo que ellos sufren.



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