A la madre de Napoleón

cuánto te habría querido Natalie
me hubieras ayudado a ser valiente
por una vez que no quise ser víctima
cuánto te habría querido...
mi reloj sonriente dentro de la nevera
cuánto te habría querido
esa patética honradez
 como si estuvieras por encima de alguien
que es casi un menosprecio por la humanidad
del aristócrata más pobre
que un caballo rampante cojo
cuánto te habría querido,
si me hubieras obligado a defenderme
si no hubieras dicho déjalo estar
para que me humillaran en público
si te hubieras puesto en cualquier lugar
si hubieses explorado cualquier DIOS
Dios cuánto te habría querido.

Pez nadando en el río
levanta tierra para nada
y sus huevas que zampa
le hacen sentirse más limpio.

Me gusta la educada gente
que se responde a sí mismo
¿y cuándo a tu sigilo
creerás impertinente?

¿cuándo servirá tu cadáver?
¿Cuándo,cuándo,cuándo
tu cadáver sobre el caballo
hará cirugía sin láser
para no hundirte en el pasado?

Y la noche encendida
en los balcones del estudiante
aprietan la brida
de los exámenes andante
como humillaciones sin vida.