La bienvenida a un gran héroe
Por eso echo de menos
como los misterios de una reina
los gritos del borracho del Rialto
que se acaba de prostituir por una miseria.
Y te enseña el billete en lo alto.
Y los gritos del borracho del Rialto
(se pelean los vecinos ¡deja que hable!)
que se acaba de prostituir por una miseria
corriendo de noche por la calle.
Siempre hundiéndose más
para echárselo a un desconocido en cara.
Vuelve el cronista de santos
vuelve el héroe de la patria
que pedía dinero pa volver
tarde a la cárcel en la parada.
Nos grita a los vecinos
que somos sus verdugos
y que ha estado en la cárcel.
Corre escupiendo y dando tumbos.
Corre gritando por los 4 carriles
de la calle sin que le importe a nadie.
Corre perro harto de patadas
de aliento en nuca de miserables.
Corre tocando los telefonillos
tirando piedras a los escaparates,
gritos soeces a los policías
que nadie entiende disparates,
versifica insultos de noche
en las olas de la calle.
El romano vuelve entre risas
de su rapiña en carnavales
y como le ve pedir dinero
juega a darle dinero y a quitarle.
El poeta no tiene fuerzas
ni pa gritarle ni pegarle.
Y ve como le tira colillas
como si fuera un don nadie.
Como si fuera una perfomance
patalea contra el aire.
Quién no tenga que imaginar
que haga en su cara un baile.
Los borrachos en la barra
siguen discutiendo solemnes
las órbitas de los planetas
y la estafa de los viernes.
Aquí están porque te esperan.
Te fuiste en un desfile de gloria
con un furgón tintado
vuelven tus confetis
a rodar tu moflete rajado.
De tu padre no queda el nombre...
El afilador que te despidió
pa reírse de ti ya murió
y aquel de los longorones.
Vuelve el cronista de santos
vuelve el héroe de la patria
que pedía dinero pa volver
tarde a la cárcel en la parada.
A tu madre devota se escuchó
un rezo atragantado
y nunca pudo entender
qué se le había revelado.
Tres rubias vírgenes
te tirarán guirnaldas,
y podrán en mármol
tus argucias sagradas.
A ver si proteges a alguna chica
si consigues engañarla,
pa vivir de su cuerpo
pa poder comer mañana.
Se nota que esto vuelve
a ser Dasein en sus momentos de gloria
quemaron a una en una cruz
de un contenedor de la parroquia.
Como un Scipión honrado
nadie te quiere en tu casa
ni la olla a escondidas
ni tu perro ni tu hermana.
Te arrepientes del pasado
todos los días sin mañana
pero no das un paso atrás
pa dejar tu paga.
Como las olas que revientan
revientas de alquitrán tu playa.
Y das patadas al coche
que limpiaste en la mañana...
Con flechas te imaginas
con ácido en la cara
mártir de un gran destino
pero aún sin causa.
La policía te trae tu carroza
la policía trae tus guirnaldas
e invoca tus derechos a Dios
pa darte las gracias.
Nadie con altura de miras
pa trepar a la luz en la selva,
nadie pa hacer negocio
ni pa firmar con fineza.
Censura ni un día de verdad
ha respetado en mis legañas,
soy su mala conciencia
por lo menos comeré mañana.
Y vuelve a ver el Coliseo
que sereno le da la espalda
no hay toro en el burladero
que recuerde tus hazañas...
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