Absorbe esta ciudad cabalgada siempre
cada rincón con dos recuerdos que pelean,
el amor que no se concretó y que desea
con un odio espejo que busca muerte.
Mariposa escondida en las cortinas
¿de qué huyes?, no reclamas tu derecho
si te golpean o te roban desecho
al trono que sin causas te imaginas.
Joya en agua de lo eterno que defrauda
cuyo reflejo hueco te ahoga en el agua,
de la pelea al corte de la periferia.
Los cuerpos jóvenes rotos veo en el miedo
al beso o al puño que en un enredo,
mata lo que pudo ser en pena eterna.
Yo Alfonso Borges en Buenos Aires.
Yo Alfonso Pessoa en Lisboa odiando
la cruz que en un rancio sombrero calo.
Yo que soy cada uno a fuerza de ser nadie.
Tengo que elegir ser el yunque o el martillo
y elijo que soy el martillo aunque soy yunque.
Siempre el odioso elegir aunque no busque
siempre el mentir aquello que he elegido
aunque me hayan obligado sin ser víctima
a elegirlo. ¿Pude de verdad haber dicho "no"?,
pero me guste o no me guste solo puedo ser yo
para ser todos en el fraude de una arritmia.
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