El libélula roja
como si tuviera un alfiler en el pecho
sobre la charca verdosa,
la toman por ridícula y temo
que por vergüenza a lo sublime
se rebaje al pantano seco.
Bebamos el sabor fuerte del vino
con los que conocieron los besos
demasiado tarde qué puñal íntimo
pero por fin el amor conocieron.
No guardes rencor al mundo
porque el rencor te destruirá,
ni hagas caso al chantaje de la gloria
porque no la puedes robar.
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