Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

domingo, 15 de junio de 2014

Cómo enseñar a hacer las cosas. A martillear dándose en los dedos.

1º ¡ Elogia!. Saber corregir 
( a nadie le gustan las correcciones con amor a grito pelado aunque vayan precedidas de cien elogios, evitar gritos, golpes):
                         eres un tipo inteligente pero lo deberías plantear de otra forma
                        está perfecto pero...  y después las 100 críticas edulcoradas...    
                         es una pena que con todo tu potencial por las formas lo pierdas todo...
Hay que elogiar hasta que den ganas de vomitar.

2º No imponer tu ego en criterios absurdos sino por algo grande: TODO el mundo quiere ser alguien y luchar por algo grande pero manteniendo su identidad,su ego. Defiende tu prestigio.

3º Rodearte de gente no problemática y con ideas:la mayoría de la gente tiene grandes ideas por reacción o que están en la calle, pero pocos quieren trabajar por ellas. Hay otra gente que tiene grandes planteamientos y hay que insuflarlos de vida.

4º No ir a por grandes proyectos que valen mucho dinero sino poco a poco:
No obsesionarse con la dicotomía éxito/ fracaso, sólo los grandes proyectos son éxitos ¡no!. Sólo los proyectos auténticos, bien hechos triunfan.
Saber entrar, no agobiar,

5º Actuar con nobleza hasta con la gente problemática hasta que te puedas separar de ella:
Hay que dormir con un cuchillo entre los dientes para defender tu prestigio.

Trabajar gratis para los demás es una estupidez aunque uno trate de devolver favores o crear espíritu comunitario. Cómo la gente no valora el esfuerzo,no lo ve, sólo se fija en los fallos y es desagradecida,te grita,te corrige a lo bestia y siempre en público. Y eso está bien porque te obliga a recuperar el sentido común y ponerte en tu sitio.
Ver el producto de la imaginación de los demás es un acto de simpatía. Enseñar a crear es un acto de amor.

Comparemos la creatividad de Telde una ciudad con 100.000 habitantes y con espíritu "de pueblo" dormitorio con la capital. En Telde, Radio Faycán con su programación limitada es una emisora creativa y del pueblo. Se recitan poemas,se hacen proclamas en favor de la identidad, se citan para fiestas maratonianas, se informa de talleres de cine donde sí se hacen cortos y se proponen programas outside como en el que las madres aunque las identifiquen llaman a sus hijos que las escuchan desde tal módulo de la cárcel... eso es poesía,ambiente acogedor,creatividad...
además con un espíritu incluyente, universal, sin intelectualismos retóricos, todo a pié de calle.
Lo primero que quieren demostrar las emisoras en Las Palmas es que tienen un barniz intelectual y te recitan a Cortázar,te ponen proclamas sindicales de las pérdidas de derechos,análisis económicos sobre beneficios empresariales y otras cosas que apabullan y repelen.

La primera clase del Taller de Cine en la Casa de la Juventud fué desfasar para crear argumentos y que los compañeros desfasaran más para rellenar las lagunas y relacionar más a los personajes. Ver las evidentes influencias que tendrá tu bosquejo de guión. Y después recortar las estridencias y pensar en rodar lo posible. Por supuesto al final todo tendría un toque surrealista necesario para explicar a las personas que actúan. Los profesores exigen que les pregunten para seguir explicando con pasión y enseñan su estrecha visión de realidad que van a usar en la práctica no algo sistemático de la semiológica polaca que sólo sirve para crear comentarios deconstructivistas.
 Al final puede salir una comedia costumbrista chabacana pero eso tendría más vida que alguien encerrado en su cuarto con balcón sobre la levedad del ser y lo efímero de la vida.

 Eso en la capital es impensable, desde el comienzo las ideas motrices no pueden ser "burradas" y el guión debe ser medido. Todo debe nacer en el orden, crear una buena trama original es tan difícil que uno se dedica a copiar historias pero con frases propias de reacción, por lo que uno se siente ajeno a su historia. Y recurre a lo documental para dejar rastro de algo de su alma.
        Y enseñar a los clásicos lejanos para defender aún más un cierto orden no creativo, que no te arrastra con los sentimientos de la vida. Tanto en los Talleres de Cine como en el Politécnico se enseña a ser un neurótico. Enseñar a hablar técnicamente, no arriesgarse,ser cauto, actuar como si uno tuviera que defender su prestigio. Como consecuencia muchas historias acaban con afán documentalista con las que nadie se siente identificado y está deseando volver a casa para ver la televisión y "algo con vida".
 La mejor manera de enseñar es creando.

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