Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

sábado, 28 de junio de 2014


Ay hay que seguir viviendo
para ver que todas aquellas cosas
por las que uno hubiera malvendido su alma
no eran para tanto.
Y a pesar de los muertos seguir soñando.
Que aquel cañaveral que nos rajó los brazos
para abrir un camino, era insignificante.
Tardé en reconocerla y supo ignorarme
cara a cara.
Entonces supe que el amanecer nos cierra
los ojos para saber que esta ahí
y que no le signifiqué nada.
Las baldosas de granito llena de pegatostes
vieron una cabalgada de recuerdos
sin honores.
¿Cómo puedo hacer grande aquellos recuerdos
sin historia y dar belleza a un borrón
que difuminan las farolas en la noche?
Casi 15 minutos pensé en presentarme
aunque me daba la espalda como los torturadores
que dejan coger aire a mártires sin nombre
y no quise incomodarla.
Miraba un descampado con muros caídos
 perros hurgando en la herrumbre
y palmeras que brillaban.
Todo para no verme en la noche.
Nunca le invité a un café
para hablar de trabajos
donde una lleva vestido y tacones.
Era más menuda que como la recordaba...
¿Quién vea este paisaje árido
 podrá ver mis sueños?
Se bajó del autobús dándome la espalda
no quise esta vez que se cayera
y se rompiera la cabeza.
¿Alguien verá mis inventos
que no sabría nombrar con palabras?
¿Mis batallas, mis novelas?
Acabe orgulloso de no molestarla...







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