Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

sábado, 3 de septiembre de 2022

La inaudita historia de César Manrique y las jirafas galácticas. (versión corregida, más puritana).

Reto: Cuadro con gallo anunciando la mañana, plátanos, peces con argolla. De niño le profetizaron que moriría dentro del útero de una mujer que no había dado a luz rodeado de petróleo. Alguien chismoseó que por eso siempre estuvo en contra de las prospecciones petrolíferas en la Isla. Hacía años había firmado agotado su pacto tras huir de Nueva York por una aventura insondable. Se sentía agotado intelectualmente y cada vez más viejo, sin nadie que lo apoyase emocionalmente, sin estímulos ni inversiones. Fue en una cueva justo cuando el gallo berreaba frente a su casa, unos peces de cáscara dura con argolla expulsaban burbujas negruzcas hacia los techos y los perros rabiosos ladraban eclipsando el sol sobre la pradera de picón. A pesar de todo tenía que cumplir su palabra de chatarrería y morir. A partir de entonces empezó a diseñar y a construir solo de noche obras prodigiosas, para las que habían encontrado dinero en enormes cantidades. Los trabajadores recordaban que se pasaba las noches en su caseta gritando en lenguas extrañas. Que se oían gritos de dolor. Años después descubierto el secreto para malear el picón contra no sé qué y del Sxxx del ajedrez movible del viento al que la Facultad de San Fernando dio su minuto de silencio que pocos respetaron. Los vecinos conspicuos para rematar el enigma dijeron que Timanfaya nunca había dado tanto fuego, aunque las fábulas solo eran un caso de inmadurez de los albañiles, desechando cualquier conflicto lleno de grandeza. De pronto rodeado de calima Satanás apareció allí con traje, corbata y un maletín portafolios para cumplir la segunda cláusula. Le dio a elegir dos papeles en dos manos, uno garantizaba que se indultaba de su palabra y podría vivir hasta acabar su obra, el otro decía que debía morir. Manrique atormentado por la angustia intuía los trucos de los cangrejos blancos de las doncellas, sabía que ambos papeles señalaban su muerte y que no podía desenmascarar al diablo para evitar su ira. Manrique se mantuvo quieto previniendo la reacción a todas las jugadas posibles. De pronto cogió un papel ante lo que el Dxxx sonrió y se lo tragó. - ¿Qué has hecho? - Enséñame el otro papel. Si me tragué el que me perdona la vida, el otro debe ser el que asegura mi muerte. El Dxxx se quedó atónito pero no pudo contradecirle. Le tuvo que dejar ir. Manrique cogió rápido su Jaguar sin mirar atrás ni a la rotonda con su propia obra. Se chocó de frente con un Jeep que le destrozó. Cogieron a Manrique encerrado en un amasijo de hierro y gasolina dentro del coche que amaba. La llamaba su esposa. Hubo un trabajador quien susurró que aquel coche no tenía frenos pero días después también tuvo un accidente mortal en un andamio. Tras el accidente dos jovencitas morenas representando al pueblo que iba detrás colocaron una guirnalda enorme de plátanos respetuosamente sobre la mancha de gasolina, que a algunos les parecía como un feto dentro de una bombilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario