Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

martes, 27 de septiembre de 2022

Es por eso que temo cuando dices que me sigues amando.

"Dices que amas la lluvia, pero abres el paraguas cuando llueve. Es por eso cuando temo cuando dices que me sigues amando". Aquel aroma y aquella música me provocaron un efecto devastador. La lluvia constante y suave sobre el olor de la calle me había traído recuerdos de Madrid, de lo que pudo haber sido, a veces me echo en cara ¿ qué persona humilde cuando sufre no piensa sólo en si misma?¿rara vez piensa una hormiga "por qué me doy tanta importancia"? si tuviera inteligencia suficiente y conciencia seguro que no se lo preguntaría en absoluto, ¿pero no hacemos eso todos? ¿preocuparnos de nuestra insignificante ansia, de nuestro insignificante dolor para un mundo inmenso donde tantos sufren por motivos reales? me había acordado de mi ex, también de Nadiria de saber de ti de si me extrañas o me engañas o si quieres romper definitivamente con todo y cuando te atreverás a hacerlo, de la soledad eterna, y a los amigos que se quedaron por el camino después de semanas de intenso calor donde no había tenido ganas de trabajar fuerte porque tenía metas para dentro de un mes y poco. La relación está rota definitivamente rota rota para siempre, ya solo quedan buenas palabras, silencios extraños como flotar a la deriva sabiendo que no hay orilla ni suelo y no dar mucho la cara, pero aún nadie se atreve a romperla definitivamente y yo necesito por una vez enfocarme en mis metas. Y entonces encontré en una bola de papel medio rota un poema que le escribí cuando empezamos a salir en serio. Me gustas cuando la gente te abandona te falta el aire y el sol ni ilumina, porque en cuanto sin aire te arrinconan como un perro te inventas otra esquina. QUÉ fácil parece en silencio amar y dar la última brazada del ahogado. Ya qué importa si te amo y amar ¿pa qué hundirme sol en mar de lo que amo? La luz de las olas contra las rocas no me sirve. Tus saludos de lejos berridos de lógica en las locas es saber que no me echas de menos. Cuando juegas conmigo faraón tortuoso pienso en el siervo y en su plan de engaño o en la rocaflex tras un puñal fastuoso pero no en ver el beso de dos extraños. No me sirve la noche ni las cenizas ni que finjas un trono mientras te vas entre risas. Ni mientras lejos me pisas cercado en la selva eterna de un quizás, morir perro inocuo al que callan las risas pez que patalea en la arena ansiando más.

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