Era insufrible. Cada día Enmanuel KANT cuando salía de su gran casa miraba asustado e hipersensible a la puerta del vecino a ver si encontraba goterones de sangre. Aunque apenas se había enterado cómo fue el asesinato se obsesionó conque en realidad nopodía entender profundidad la realidad, aunque no tenía dinero ni para que su más fiel sirviente al que no dirigía la palabra pudiera comer . Una noche el muerto al que no conocía se le apareció. Se le quedó mirando en una sombra. Le dijo: "llegará una manada de búfalos levantando una enorme polvareda de sangre. Entonces tendrán que entender la realidad a través de esa calima o si no, tus parientes más cercanos se quedarán sin comer".
Eso le obsesionaba. La última edición de "La Crítica de la Razón Pura" recientísimamente publicado es "La partícula divina" de Leon M. Lederman donde explica como a través de la razón hemos llegado a descubrir definitivamente el átomo sin percibirlo.
En verano hacen falta lecturas más vitales, pero Borges tiene el don de que tras las tramas "aventuras" de sus cuentos nos sabe meter la pastilla del planteamiento filosófico imposible, y eso es hermoso. Cuando busca el vértigo intelectual en la erudición, y no en la aventura sentimos que no se traiciona a sí mismo pero me da cierta pena que no tuviera una vida más llena en acontecimientos.
Lo mismo hizo Kant pero para tratar sobre problemas de personalidad: su obediencia ciega a la epistemología, ciertos problemas de inmadurez para tratar la ética. Ya Nietzsche bromeólo suficiente a pesar de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario