Raskolnikov cavilando hacia su nuevo hogar

Bajo un rayo de sol la alegría de la fiebre malsana
y un rostro pálido queda el dolor
con el que la te vas en la ciudad
en la que nadie te conoce.
Trabajo duro y callado
para que nadie contraríe tus méritos.
Siempre sufrir por motivos estúpidos
sin recompensas de un obstáculo
que no podemos superar sino con trabajo duro.
Siempre sufrir con estúpidas excusas
haciendo horas extra de dolor sin cobrar
para ver si te renuevan el contrato de dolor.

Siempre sufrir sin fuerza de replicar
sin ganas de réplica.

¿Qué nos queda después de tanto ataque de angustia?
el sol,
 la belleza regalada de las cosas.
¿Qué podremos recordar que nos apetezca recordar?.
Cuesta ser más Raskolnikov que Napoleón
hay que superar más obstáculos para nada.
¿Y al final vas a echar algo en cara a Napoleón
que te impuso las normas
que chispaban electroshock y muerte?No,nada.
Solo quiere poner tus propios muros
tu propio odio en prejuicios absurdos.
¿Cuándo acabará esto?¿Cuándo?
qué sombras más caras ¿cuánto más, cuánto?
que hasta pisarlas da pánico.


En esta vida vamos a sufrir,hay que ser magnánimos,caminar en una tela de araña con la niebla del invierno,vivir en lo 

leve aunque cualquier ráfaga te destroce en evidencia.Porque no te van entender,pero si pierdes los papeles te van a 

juzgar. Y si el sufrimiento no valiera algo, ¿no serían los cotillas los únicos que sabrían contarlo? ¿y quién tomaría en 

serio a un notario con lengua de payaso?. Cotillas,pero ¡cotillas!.