Dalí y Jean Cocteau habían ido a visitar el Museo del Prado. La visita de estos dos personajes concluyó en una rueda de prensa donde le preguntaron a Jean Cocteau: «Si se hubiera quemado el Museo del Prado, ¿qué hubiera salvado usted?». A lo cual Cocteau respondió: « ¡El fuego!». Entonces la pregunta fue repetida a Dalí. Después de fingir reflexionarlo un momento, el pintor catalán respondió eufóricamente: « ¡Pues Dalí salvaría el aire, y específicamente el aire contenido en Las Meninas, de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe!»(Wikipedia).
Los olores cuando maduran los lienzos
La vida es un beso
bajo la luz que se va y ni eso.
Como un perro rabioso Saura
sangra sus dientes sobre la jaula
donde revientan las llantas los coches.
¿Dónde pasaré las noches
si no hablo la lengua de esta parva?.
Navajazos de brochazos negros
sobre el rostro de la santa.
Ve como violan a su hija los perros
pero no habla.
Solo se arranca los dedos,
¿cómo haré en la otra mejilla un amaño?
de víctima pisada como pétalos.
Mé-ta-los mé-ta-los
métalos en una celda sin daño.
De pena los veo y me quedo sin manos.
Los cadáveres blandos de Dalí
que están esperando a morir
son como el sudor
de la vieja madre
a la que tienes que arrastrar
en silla de ruedas,
con su recuerdo aquel
y la ropa con cariño vieja.
Como de tabaco en los muslos
viejos de las tabaqueras.
Son como el sudor
de la que te mira
y no sabe qué espera.
De la que no sabe su nombre
ni aunque la hables
ni el nombre tuyo de tu hijo
de su hijo no lo repitas
no lo sabe.
La nostalgia de Calibán por nada
justifica el muñón de la granada
que tu mano llena de rabia
para dar tiempo al aire sabia.
Nostalgia de la nunca amada.
EL olor a gasolina rancia
que te produce una fiebre
de sábado de marcha
el olor a gasolina muerte
son como cuadros de raptos
de Orozco de un vidrio
entre párpados recortado
de las flores del exterminio
de unos amantes que esperan
y que no se pueden matar.
Nunca más ¿nunca más?.
No sabes que quieres
pero mientes, y quieres más.
Atisbo entre el gas
de media luz las algas
del rostro que amagas
entre callejones oscuros.
¿Por qué no famélicos rubios?
Rostros que presumen
su belleza pasada sin resumen
su lengua que es rúbrica
sin dientes en loor de la república.
Pintura azul de cardenales
en la piel del hambre
llena de venas aristocráticas
como vidrieras rotas
para que jueguen las moscas
en piedades acrobáticas.
Oh Picasso proxeneta de payasos
hemos de prostituir a los cadáveres
¿pero hemos de hacerte caso?
No no es una mujer bella
Ese olor a playa a arena
que no logra ser plastificada
y que hace patalear al niño
como rifles sobre culatas
cuando esta en la playa...
no es una mujer es la arena
que chirrían los dientes
si suspira para atrás la marea
son el memento si mientes
de las señoritas de Avinyó.
Ese abrigo viejo de donnadie
por un abuelo sin edad
es sin mar un baile.
El olor a las varillas sin aire
del ventilador Duchamp
representa la castidad
de las casacas rojas sin honor.
Un perro que se ahoga
intentando masturbarse en el agua
sin un punto de boga.
Es un aborto de la fragua.
Y los novios sin un vidrio
sin verdad, se quedan sin toga
sin dientes y sin verduga de auxilio.
Tris tras cris cras
¿con qué?¿con qué me rompiste la crisma
con qué?
con la prisma
de una ciruela a la que puse café.
Y el azul de Cezán
echa un flis a los coches de un que más da.
-¿Qué más da? -¡¿qué más da?!
Kahlo se pelea a hostias
por el mito de Cubamyá.
Y por la noche cabalga
como si fuera sobre arena la soleá.
Duro es el barrote
de mi columna vertebral
como la quilla del barco
engrilletados a trabajar.
Barcos aquí vienen los barcos
miralés bien los dientes
no te la vuelvan a pegar.
Que entre las canciones
de noche los dioses
el fuego nos no lo pueden robar.
La fragilidad de un aborigen
entre mortajas que encandila
hacen pensar lo eterno como un origen
y Millares el recuerdo como una vida.
¿Te soñé?¿ te sudará el muerto
que con tanto orgullo profanas?
¿explicará nuestro sufrimiento
si él no entiende lo que ama?
¿podré echárselo en cara
aunque sea cierto?.
Tanta belleza que confunde el recuerdo
de la belleza de las cosas. Y el tiempo
que quiere hacer única
cada vivencia distinta una rúbrica
en un diploma sin esfuerzo.
La vida es un beso
bajo la luz que se va y ni eso.
Todo es hueco menos la memoria.
Y la memoria miente digna estorba.
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