Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

martes, 28 de octubre de 2014



En España todo es tolerable porque lo cercano cuando es intolerable parece anacrónico y se olvida.

En MARZO DEL AÑO 2005 fuí con el Colegio Retamar del Opus Dei de Madrid a Roma a visitar el Vaticano y las sedes del Opus Dei. Como yo siempre tengo la mala necesidad de destacar, les comenté que a pesar de ser pequeña Canarias había dado dos presidentes del Gobierno, uno Leopoldo O´donnell y otro Juan Negrín.
Allí hablando en un prado a la salida de una comida solemne con personas educadas y solemnes: médicos, psiquiatras, sacerdotes eminentes a alguno le sonaba O´donnell del siglo XIX y le extrañaba que fuera canario pero nadie conocía a Negrín.
- ¿Y qué más da? ¿Quién es ése? Pregúntale en la calle si nadie le conoce.

La respuesta me sorprendió aún más teniendo en cuenta que el martirilogio del Opus Dei vuelve una y otra vez sobre  la Guerra Civil.
El otro día en una clase de Humanidades de 25 alumnos sólo 2 conocíamos quién era Carrero Blanco.
Ya Unamuno se quejaba que nadie entre sus alumnos se acordaba de la  Guerra Carlista que padeció en el sitio de Bilbao durante su infancia. 40 años después era algo lejano y anacrónico como lo era Luis Carrero Blanco, el presidente del Gobierno de 1973.

domingo, 26 de octubre de 2014

                                           





      HISTORIA Y LITERATURA

Como el pensamiento, excluyendo el movimiento psíquico, no puede ser independiente de su expresión el estudio de la lengua nunca es inocente. La lengua orbita alrededor de cualquier planteamiento por aséptico que sea.  Sólo juzgamos planteamientos y lenguaje, no tramas ni alegoría.
La narratividad escoge dos maneras de expresarse entremezcladas, invocando a los etereos hechos y sus causas profundas,o sea, la Historia, e invocando a la metafórica lengua y a la imaginación,o sea, la literatura.

 La Historia  defiende cuando triunfa aunque sea rancio sólo hay frases de los que triunfan y frases cortadas de los que fracasan, no hay alternativas, en cuanto algo muerto evolucionado, que ha procreado con salud, es un ejemplo MORAL a favor de la vida.   Mientras la Literatura es un ejemplo de Nihiltoria  o sea de todos mitos justificativos que ayudan a vivir en circunstancias autodenigrantes.  La literatura que ayuda a vivir, se confunde con la filosofía moral y se desprecia.      La Historia es un estudio democrático y sano, promueve la salud mental. Porque casi todo lo que triunfa se vuelve aceptable y lo derrotado muchas veces puede vivir y crear. Hemos dado un sentido morboso y autodestructivo, un cristianismo rezagado a la literatura.

 La Historia promueve los valores de la vida menos la incertidumbre, son ellos. Por muchos genocidios,crueldad, injusticias y zafiedad que haya en el pasado uno siente que es la astucia y la fuerza lo que ha de triunfar una y otra vez. Que no se nos restriega la cobardía y la debilidad. No se nos obliga a identificarnos con todo lo que esta degradado y se desperdicia. Por eso por ejemplo el Antigüo Testamento no puede dejar de ser una literatura con sentido, a veces moral, pero el Corán tiene una finalidad legal o sea histórica.

La Literatura es una enseñanza aristocrática y enferma,uno tiene que seguir las pautas del creador. La imaginación tensa problemas, promueve la catársis y la enfermedad física o mental en todas sus gradaciones, expone el infantilismo,la debilidad,el MAL como inmoralidad y el vicio. Y por tanto ejerce cierto tipo de mimetismo. Y no enseña nada porque su finalidad es impresionar y complicar cosas inmediatas, sencillísimas.  Desde Borges o Kafka hasta el Marqués de Sade lo que queda es un desierto de planteamientos aposibles,de pesadillas de nada.

No deja de ser curioso que de las miles de lenguas que hay sólo 76 hayan desarrollado un corpus digno de ser literatura. La narratividad es una necesidad humana, un veneno moral  que en muchas ocasiones no necesitó de sofisticación. La literatura ha intentado ser eliminada a su forma sana o sea la oral de contar historias, desde la Antigüa China con Shi Huang Ti, hasta el Islam,
pasando por los turcos, los soviéticos o los nazis para preservar un sentido común constructivo en la sociedad. Los que hacen  Historia o los que la estudian tienen lealtad a la vida.

HAY ALGO TAN MECÁNICO e INMEDIATO EN UNA LENGUA
 respecto a la realidad que casi nos parece lo más metafórico, incluso cuando intentamos entendernos con gestos con hablantes de otras familias lingüistícas donde gestos basados en nuestro sentido común no se entienden. Aunque este milagro forma parte de nuestra comunidad, de nuestros sueños, cuando hablamos con no hispanoblantes nos damos cuenta lo artificioso de cualquier lengua.
Cualquier lengua hasta de la misma familia puede ser complicada de entender. Véase el francés para un español.

Como el pensamiento no puede existir independiente de su expresión, de la palabra,el estudio de la lengua nunca es inocente. (No HABLAMOS AQUÍ de los movimientos psíquicos). Pensar que la sicología social, la lengua, la literatura , la historia o el periodismo se pueden estudiar independientemente y que incluso que interrelacionarlas  apenas produce resultados es una equivocación.

sábado, 25 de octubre de 2014


  TENLO EN CUENTA,DEJAR DE ESCRIBIR ES DEJAR DE VIVIR AVENTURAS.









     " Estando junto a un cadáver tumbado
 mirándola como  promesa sin sentido
 pensé cuántas veces el dolor me ha dado
 más falsa gloria que un premio presentido.
Y cuantas veces perdí el paladar
por comer en la mesa del turista
cuando lo que quería era amar amar
y restregarme en estatuas con arista".
                                                                 Recuerdos


Cuando volví a mi casa con ansias de verla
vi escrita mi historia minuciosamente
sin ninguna grandeza.
Y me sentí defraudado
de cómo ella lo había vivido
lo que no quiso saber de mí
aunque entonces no me importaba.
Los paseos de angustia vuelta a casa
de madrugada deseando verla
topándome con borrachos diciendo sandeces.
La cama desalojada.
El deseo de dejarlo todo
que nunca era suficiente.
¿Cómo puede ser esta belleza insignificante?
Estos edificios diseñados a rachas y cuchilladas
por un loco compulsivo.
Qué estúpido es todo lo que no se siente...
La envidia hace  que no disfrutemos de la belleza
del sol que llama a la playa.
La mentira para dignificarnos falsamente
trabaja y si algún comentario te humilla
no atacas sino te hundes en tu escudo.

martes, 21 de octubre de 2014





     Al borde de la noticia por Jacques Lecroy

La ciudad despertó, lentamente, con legañas en las ventanas. Sus habitantes tardaron un poco más en bajar de la cama y lo hicieron con la típica crisis de cerebro matutina. Todo parecía correctamente cotidiano y habría sido un día más, sin pena ni gloria, de no ser porque no funcionaban los televisores.
Ingenuamente pensaron que sería alguna avería en la antena de la montaña. Les molestó en el desayuno y nada más.

 Sólo Ulises se dió cuenta que había tenido que ocurrir algo en la plataforma. Pero nadie quería decirlo para no comprometer su puesto de trabajo. Todo empezó siendo algo inevitable. Había petróleo cerca de la costa ¡hip hip hurra!.  Una compañía de lejos vino a hacer caros sondeos con ayuda del ministerio para saber si había suficiente petróleo y era de calidad. Generará riqueza y creará empleo dijeron los políticos.  Sería absurdo no hacerlo vendrían los chinos y lo harían sin medidas de seguridad. Después la propia compañía dijo que seguirían siendo igual de pobres y que tendrían que seguir con sus chanchullos para poder superar las trabas para poder gasolina cada vez más cara.
 Ulises necesitaba una declaración y sólo se le ocurrió ir a la emisora de radio.
            Tenía que hacer la declaración para que los oyentes reaccionaran antes de que todos le dieran la espalda. Había una música folclórica atronadora en su cráneo. ¿Sería una radio  libre censurada?. Porque esa era la perversidad de la condena: Aislarlo. Intento abrir el agua del grifo y no salía. Después lo intentó con la ducha y tampoco. ¿Habrían parado la desaladora para que el chapapote no estropeara la maquinaria?
                   El proceso era hacerle dudar, primero humillarlo públicamente. Abrirle la cicatriz de sus anteriores heridas. Vegueta estaba desolada. La gente que tanto odiaba seguía en sus casas descansando. Se habían olvidado de él. Pero él exhausto tenía que llegar a la emisora para recordarles. No podré hacerlo solo pensó. Aquello se le semejaba como ir a un velatorio en una perrera.¿ Me voy a exponer a quedar como un lunático por salvar a los que me han humillado una y otra vez, en el colegio, las mujeres, en el trabajo, en el partido político?

                  Lo habían abandonado allí en la islita por una condena que no recordaba. Los edificios de piedra pulida gris parecían ruinas prematuras. Era difícil distinguirlos. Pero parecía obvio que estaban llenos de historia insignificante. Como dentro de poco lo sería la suya. Las innumerables pasiones. Los esfuerzos sin recompensa. Las obras dejadas a medio hacer ¿quién las relataría aunque fuera con el nombre de otro?. ¿Cuántos cientos machacarían dando vueltas en la cama su historia, las cientos de historias como la suya? ¿qué es la verdad?.

                   Y él se quedó callado. Enfrente el edificio de la emisora de radio parecía en riesgo de derribo. En Madrid no soñarán mientras les ruge la barriga. Tocó el telefonillo. Le abrieron sin preguntar, quizá pensaron que sería otra redada de la policía. Empujó el portalón. Subió por los escalones estrechos de dos a dos. El pasillo lleno de pasquines por el suelo. A los lados. El cuarto de la mesa del sonido. Estaba con el sopor de la depresión tras un ataque de angustia. Entró rápido en la mesa pa estar en el aire. Sólo había guitarras solitarias tocando con alegría. Una brisa levantó hedor a polvo. No volvería a haber recuerdo de los muertos...Había llegado tarde como lo había sido siempre.
   Sacó el cuerpo hasta los muslos por la ventana de la octava planta a punto de caerse y pudo atisbar horrorizado a lo lejos el mar negro.
                     


                                   
        

       Mientras ÁNGELA MERKEL orbita desde otro despacho el mundo

         Son las 6.00 de la mañana
         y desde mi balcón he visto de lejos
         a una prostituta de Frankfurt que va a trabajar
          como un monje que no pide explicaciones.
         El motor de un compresor hace un ruido insoportable,
          me aprietan los ojos.

              Y yo que esperaba ansioso su noticia
          lamento que el locutor de radio
         no corrigiera la errata a tiempo
         y la corrijo mintiendo yo mismo
          haciéndole mentir con descaro.
          ¿Qué sabrán en Franfkurt sus familiares
         de cómo se vive en Gran Canaria?...
          Cuántas cosas estúpidas amamos
        por no darnos importancia.
        Amar nos cura del ansia de no haber vivido.
        Y cuándo un niño dice
        por qué hablan siempre de la Consulta de Cataluña
       y nadie habla de mí, nos reímos.
         Y cuántas cosas importantes las despreciamos
        por considerarlas obvias.
        Mañana los gritos del derbi en el bar
        borrarán las banderas de este combate duro.
         Y no nos atrevemos a expresarlas
        porque el lenguaje es inmaduro.
        Una mujer de 30 años que quiere ser madre
         no se dará importancia pero es la única
       que entiende mi código.
       Y yo recuerdo como brillan los árboles
        y los edificios de luz los recuerdos que no tengo.
       Y el ansia de recuerdos de las madres
       -antigüas conocidas- que no me recuerdan.
       A lo lejos se amontona chatarra en el puerto
       para los petroleros y en honor a los dioses.
       Y destupen las alcantarillas unos trabajadores
       como si amansaran un toro rabioso.
       Desfiles hacia el horizonte sin apaches a la vista.


 Yo era el hombre que amaba y no respondía cuando le insultaban


El fondo del lago no ve ya las sombras
Ni la distorsión de las sombras.
Ve la luz y la distorsión de la luz
Y la acepta sin juicios ni demora.
Yo era la orilla del sueño que por fin
Se olvidó de deshacerse del agua.
Y sufrí esperando no ser correspondido
Como bajo el sol salamandras.
Y soy el asesino cansado de remordimientos
Y que explica sus causas sin avergonzarse
Sin necesidad de que nadie le exija un perdón.
Sólo hay un ansia de la gota de agua
De no ser gota ni sentirse algo distinto
Al agua fastidiosa agua.
YA no hay nada que negar
Salvo al ansia por  los chantajes
 de la belleza Y de la gloria
que no ve el perro en los paisajes.
¡Qué libre es, sin dudas!
Vivir como las olas que no saben
Que uno más uno son dos
Es otro prejuicio. En ellas nada cabe.
El niño mira con angustia el reloj en la clase
Para marcharse pero tiene ansia de amor
Del amor que hay en él.
Amor en el dar martillazos con dureza
O cuando la cosechadora echa el trigo
En el remolque y tú con la pala
Tienes que ir reordenando el trigo.
Hay amor en todo y en todo hay orden
No hace falta parar el mundo ni perdonar.
La lámpara me agota la cabeza pero lo veo.
Hay que saber que todas las calles sucias y vacías
Tienen un amanecer y abrirán sus tiendas.
Todo avanza hasta los coches estando en rojo.
Sólo falta el amor cuando te preguntas
¿Qué será de mí, despierta ferro?
¿Qué recompensa habrá para mí
Después de tanto sufrimiento?.
Vivir. En el ruido del motor de los coches
Y los seguritas de los palacios
Que hablan de sus recortes del sueldo.
Vivir como una ráfaga del aroma
De plantas que uno desconoce
O de una tarjeta sin gozne.
El fondo del lago no ve las sombras.
Sólo el tiempo es duro y no puede querer ser
Nada distinto de la roca dura que es.
Sólo el tiempo es real en las fotos.
El tiempo es real en los recuerdos.
El agua no se plantea ser agua y lo inunda todo
Sólo nosotros queremos ser nombres
Y eso está bien y nadie lo niega.
Y ¿POR QUÉ BUSCAS RECOMPENSAS
A TU DEBILIDAD EN LAS NOCHES?












Acordándome de lo que podré ser demasiado tarde



Amado sea el hombre que ha caído
de trabajo mal recompensado
y  siempre aún no llora...

y el hombre que se queja exagerando
porque ya se acostumbró
a que le ignoraran y siguió quejándose.

Y el hombre que no quiere sacar
tantas veces como le han humillado
ni victimizarse ni justificarse

Amado el hombre que tararea
entre gruñidos porque no sabe hacer música
y quiere ser aquella música...

lunes, 20 de octubre de 2014

Robin Hood y los 40 ladrones

Hambre, HARTAZGO Y VÓMITO DE JUSTICIA

Cuando Robin Hood quiso ser regente
de aquel justo rey medio olvidado en las Cruzadas
expolio a los ricos una vez
que le rieron la gracia con remordimientos
de ser tan ricos rodeados de miseria.
Pero cuando dejó a sus ricos sin sus riquezas
para volver parásitos de fortunas
a los ganapanes infautos
decidió que no quería ser rey.
He robado a los tiranos
y he roto el sentido de autoridad
de los que ya no quieren trabajar.

Se quejaban los inválidos y daban pena
 cuando se ponían a trabajar
sin piernas.
Ahora ya ni se esfuerzan.
Me decían " ya era hora"
cuando no tenían idea antes
de que aquello podía ser posible.
Y me echaban en cara
no haberlos vengado de la nobleza
que ahora junto a las cloacas.
pedían limosnas con vergüenza.

Sí asqueado de sus propios ideales
viendo que en el Bosque de Sherwood
nadie quería vivir comunitariamente,
porque había demasiado dinero
miró como un polizón el horizonte
y huyó montado en su caballo cansado.

                                                 




  3 VERSIONES DE FRANCISCO FRANCO, pero ¿alguien sabe quién era ese Franco?

La gente se acordaba de la represión por los edificios abandonados donde pastaban las cabras, habían contado historias piadosas de milagros que les contaban sus abuelos, los documentos del NODO, y habían recordado letreros de las viviendas baratas y la imagen de un anciano venerable que no sabían qué decía. ¿ Qué quedaba de aquella psicología?. 
 Franco ya quiere ser un después prematuro. Quiere ser general sólo de su ejército, santo cómodo de su religión anclada.

 Franco ve y no quiere ser un Adenauer  al que todo el mundo ve como un joven de 90 años nostálgico preguntándose todo lo que hubiese podido hacer si Hitler no lo hubiese destruido todo para reconstruirlo él 


           Franco fue la golfa que el abuelo nos contaba en vez de un cuento con la que no nos pudimos acostar.Franco fueron los 3 milagros y los estigmas de decenas de miles de hombres en su nombre y por su maldición. Sí la bella golfa, hermosa,rubia,hiriente que no vivimos.  Los datos del número de empresas, de miles de toneladas de hierro que no sabemos si era mucho o suficiente.
 La que nos humilló, la que queremos olvidar, salvo cuando la humillan y la pisotean. Es una excusa para un chiste que acepta una versión soez. Los delirios de grandeza de un nostálgico raquítico.
Fué el cadáver al que desayunaban los legionarios novatos. Fue un error de 39 años, un olvido que nos dejó con hambre y hartazgo y cansados de merodear un futuro que nos prometieron con nuestro miedo
 La pesadilla sexual y la obediencia de millones de varones y la paz de millones de madres que se preguntaban cuando veían a sus hijos sonriendo ¿qué soñarán para ser tan felices?
 Es la tumba, un refugio solemne para el débil que tiene que huir de la vida porque no puede ser  un oportunista. Franco es Dios ¿por qué yo no puedo vivir en tiempos revueltos? Ahora con el bienestar quién se va a atrever a morir por honor, qué regusto más rancio.   
Un tonto listo que salía en las leyendas planas de los santos, que sabía navegar entre corrientes constantemente.Un motivo para olvidar pero¿no estábamos orgullosos de nuestro sentido histórico de nuestra natalidad?Un hombre olvidado en el Boletín del Estado por un tal Ramón en 1936. La ensoñación del que le ruge el estómago.

2º      Según un apostol que sirve cervezas y quiere impresionarnos
           Franco aprovechó una situación caótica de un Régimen nuevo que hacía muchas Reformas “prerrevolucionarias”. Se sumó oportunistamente a una guerra inevitable y siendo Generalísimo empezó una Guerra de exterminio y una Represión muy dura.
 Fue un militar competente pero sin alaracas, y gobernó 39 años sin dejar el poder porque sabía que garantizaba la estabilidad social, motor del Milagro Español y del progreso de la clase media y la religión católica.
 Esto le permitió gobernar 40 años sin oposición ni importándole la situación de la clase obrera ni de las minorías.
Tras 39 años de paz los problemas que dejó España tras una Revolución Industrial eran los mismos que tenía la 2ª República, además no quiso enfrentarse con la Crisis del Petróleo ni plantear una Reconversión Industrial.
Es parte del pasado no se pueden obviar 39 años de historia pero tampoco hay que reivindicarlo.



3º    Según un eminente, aburrido, novedoso historiador: 
 
 
    Cuando Hemingway volvió a finales de los 50 a España,recogió esta versión. Le dijeron en la Aduana:
-Hubo un escritor con este nombre que apoyó a los rojos en nuestra Guerra.
Sonrió. Los rojos siempre tienen razón. Respondió con cierto asco ante el policía que no entendía.- Sí soy yo. Y el policía intentó doblar el pasaporte pero se lo devolvió sin romperlo.

        Franco al final fué más que un recuerdo de la abuela sacada de una de esas novelas baratas sentimentales. No fué un revolucionario porque no se asqueó de los resultados de su obra ni fué perseguido por sus discípulos que no averiguaron sus sortilegios pero sí el hormigón de las pócimas de la burocracia y el orden jurídico. Fue un Hecho sin narratividad.
       Franco fue un general idealista que dio un golpe de Estado por la deriva comunista que seguía el Gobierno de Izquierdas de la 2ª República. Fue un militar competente y gobernó 39 años sin dejar el poder porque sabía que garantizaba la estabilidad social, motor del Milagro Español y del progreso de la clase media y la religión católica.

Los católicos no lo veneran, pero muchos lo aprecian entre estridencias de ahulaga. Potencialmente lo aprecian como algo inevitablemente del pasado brillante que sólo puede ser un no y brillante. Piensan el futuro no tiene remedio, se puede poner piedras y obstáculos más no se puede hacer. (Nietzsche y los católicos unidos en la impotencia...)

 

domingo, 19 de octubre de 2014

    Exceso de hormonas después de un Despido. 30-3-2014

                  Nadie entendió el crimen después de su despido.
                 A Aguinaldo un oficionista del Departamento de Recursos Humanos y Medios le despidieron el día después de San Valentín por haber robado 50 euros de la caja al cabo de 3 años de servicios.   Había robado el dinero para llevar a una chica, Silvia Mengibar el viernes al cine, aunque ella no quería ir después de plantearle la posibilidad ambigüa de que sí iría, porque no iba a buscarla a La Goleta ,su pueblo, a 25 kilometros de la capital.            Y a pesar de que en 10 días tendría su sueldo íntegro.
                El lunes estaba preocupado porque cuando notó el clic del cierre de la puerta de su casa se dió cuenta que se había quedado sin llave para entrar. Era un extraño sortilegio que le pasaba cuando tenía problemas. Como estar tanteando a una mujer ambigüa.En la parada en plena avenida marítima disfrutó del sol. La vida le parecía algo hermoso después de tantos años de sufrimiento y ni las quejas de sus compañeros en sus mesas sin despacho de su Departamento le molestaban.  La guagua se retrasó 20 minutos y no iba llegar al trabajo con el retraso de casi media hora como a Aguinaldo le gustaba.
              Estaba preocupado por devolver un libro a la biblioteca aunque no tenía necesidad de hacerlo en aquel día. Sólo quería ir porque los bibliotecarios mayores, antigüos compañeros, no le saludaban. Lo trataban como a un vago,con circunspección y desprecio.
              Cuando llegó a la entrada del gigantesco edificio de su trabajo la Segurita le paró. Casi nunca le saludaba y le miraba de reojo de soslayo.Estaba detrás de una enorme mesa de recibidor como de madera lacada granate.Y siempre viraba la cara tras saludarla.Por tanto se sintió confuso con un grito seco y contundente que lo ponía en evidencia frente a un cliente mayor gordo y calvo que esperaba Le dijo que entrara a un trastero aparte con un ventanuco con una malla metálica suelta al viento, que era  un almacén de archivadoras de informes con olor a carcoma. Había tenido algún tropiezo con la Segurita. Una vez que le preguntó por  el horario de una Conferencia de Accidentes ella le respondió:

        -No tengo por qué saberlo.
       - Entonces...(dijo dando a entender cuál era su labor, si apenas controlaba sus entradas)
        - Llevo desde las 7 de la mañana y me iré a las 18.00 de la tarde. Dando el callo mientras usted esta en las terrazas en la playa.

          Fué tal el impacto que puso una queja por el tono gritón de la respuesta. Le dieron un toque de atención. Y ella le guardo un rencor estridente por el correctivo. Ahora la Segurita después de semanas evitándola tenía la posibilidad de vengarse de él. Pero no midió que tendría que seguir viéndola todos los días después de la queja.
          Aguinaldo siempre había estado preocupado desde que estudió Derecho en la Universidad de Las Palmas en no destrozar la vida a inocentes. Más que como sus compañeros que sólo les importaba en no defender culpables. O en hacerlo por dinero y sin vincularse con ellos ni importarle por su futuro.
             Hay personas que necesitan rencor para sentir fuerza en su cuerpo. Que no admite réplicas a sus canalladas. Personas repugnantemente vagas que funcionan a reacción. Y cuyas reacciones siempre son exageradas, sin sentido de la realidad.
           Aguinaldo pensó que hablaría con él. A lo mejor lo humillaría en público en esa cobardia española de gritar u ofender durante minutos con los altibajos del berrinche a alguien en público para sentirse más protegido frente a posibles reacciones. Además la Segurita era especialmente grosera y vocinglera y estaría deseando hacerlo frente a lo que consideraba como un ataque para que la despidieran. Si bien había tenido otros roces graves con empleados.
          Aguinaldo se puso a buscar el móvil en la bandolera y en los bolsillos. Desde que se había esfumado su pasión por la fotografía cada vez tenía menos interés por llevarlo encima. De pronto una angustia por no entender su situación le hizo desistir del intento de avisar a nadie. Estaba en estado de shock. Veía el riesgo inminente de un despido.
          Aguinaldo se ocupaba de las comisiones de la venta de pólizas de los delegados. Quedarse con dinero físico era ingenuo. Con conchabarse con algún delegado y subirle la comisión e ir a medias y hacerse el loco ante las correciones de la Sede Central hubiese sido más sencillo. No habría dejado  rastros.
          Aguinaldo no reaccionó cuando lo acusó. Llevaba semanas cuchicheando en voz alta en su contra al resto de sus compañeros seguritas y una chica rusa de la limpieza.Ésta debió entender aquel "incidente" como el abuso de un oficionista contra una trabajadora que no podía defenderse para no crear problemas.Y evitar un despido. Pegó e oído a la puerta y oía a la limpiadora que debía estar silbando con los auriculares puestos.

            Lo de destruir la vida a cualquiera de los que le rodeaban no era una cuestión de principios sino de fuerza. Le parecía increíble el que sus delegados pudieran buscar cláusulas en las pólizas de los accidentados para evitar el gasto de sus servicios médicos. Era ruin. A él le habían atacado por chorradas que habían adquirido tintes exagerados. Sentía una admiración silenciosa por estas personas que se quedaban en su lugar.Y que soltaban frases técnicas rutinarias de ruindad cotidiana a tomar un café y quejarse de la equivocación de un árbitro en cuestión de minutos.
               Trabajar es ser duro, enfrentarse a las personas cara a cara y decirles Este es mi derecho y a partir de ahí hacerles la vida imposible en su trabajo hasta que los despidan o no puedan cobrar  su indemnización después de su accidente.
                Sobra decir que a Aguinaldo le interesaba más meterse en líos ajenos que no le iban ni le venían a conservar el prestigio en su puesto. No era una cuestión de dispersión. Ni el que consideraba que en su vida había muchos asuntos que siempre dejaba a medias. Era una extraña sensación de seguridad que sentía y que compensaba cuando su superior le llamaba la atención en público. Tenía que desahogarse sintiéndose superior en otro sitio donde pudiera gritar y salir corriendo sin sentir las reacciones a sus "reconducciones".
 Como él llamaba. Inmediatamente después se sentía arrepentido y se quedaba agazapado en su madriguera pero a la larga sentía una sensación satisfacción rayana en el orgullo.Pero en este "INCIDENTE" como había empezado a repetir sabía que no habría remedio. Ni compensaciones ni desagravios.
          Sabía que no trataría de defenderse.De hecho era lo mejor.No le dejarían que se recreara en sus frases alambicadas.Le interrumpirían y algún testigo se sonreiría. Acusarse de una negligencia imperdonable en vez de un robo y suplicarse la compasión del jefe, por un fallo tonto. Aunque negó las acusaciones se prestó para devolver el doble del dinero. Por lo menos quería ir a su cuarta planta para ver a su superior. A sus compañeros encorbatados. Quería discutir con ellos en el Office tomando un café hablarles de una Nueva Legislación sobre los Seguros en medio de la Crisis.En medio de las quejas de autocompasión soltaría su pesar como un chiste y la gente se reiría de forma amarga y le pondría la mano sobre el hombro.  Además era el Cumpleaños de Julio Jaén su jefe inmediato y tendrían preparado un queque reseco. Ese sería el momento. Le explicaría su situación.Había sido un antigüo compinche de farra.
    
  -¡Mentira!. ¡Ellos me han dado órdenes concretas de que no quieren verte más!

        Oyó como giraba la llave para encajar el seguro de la puerta   Lo dejó encerrado entre las estanterías metálicas en un taburete con la madre de una de las secretarías de la primera planta. La luz estaba muy alta a más de 3 metros y en su círculo era muy intensa. La anciana encima de otro taburete sujetaba bajo el brazo un periódico. Estaba muy degradada . Era notorio por las arrugas y porque no parpadeaba ni miraba a ningún punto fijo que tenía un embotamiento emocional y alguna enfermedad mental grave. La anciana estaba debajo de la luz por lo que temió que si no le daba una insolación podía tener problemas de respiración. Aunque por la falta de reacción intuyó que debía estar acostumbrada a ese aire enrarecido.

          Cuando pensó en el caso, vió que todo era un malentendido producto de su soledad. Él no había robado nada. Simplemente cogió un dinero adelantado que devolviera al día siguiente. Era todo demasiado absurdo para ser real. Bueno si se habían saltado el procedimiento para dejar en las instalaciones al familiar de un empleado no importaría que alguien cogiera un adelanto por un día de tan poco montante.
         Julito Jaén era una persona provinciana que había pasado de ligar a turistas alemanas mayores a venderles seguros. No tenía delicadeza para entender las sutilezas del pensamiento de un hombre solitario. Algunas veces habían salido al China White zona nocturna de marcha para ligar. El CHINA WHITE era como un garaje en el ático rodeado de las cristaleras por el que sólo se veían más luces de colores parpadeando y con humo de otras discotecas.
         Cómo aquella vez el  año 2007 cuando bailaron con Sam de Londres al final fué él el que se enrolló con la chica. Aunque fuera Lemzo el bailarín negro que fichaba allí todas las noches el que después se acostara con ella.
        Aquellas salidas sólo habían sido motivo de humillaciones. Él no era un hombre de ligoteo. Nunca se lo creyó. Aunque le gustaba sentirse vivo y quedarse a dormir en un Hotel de Apartamentos del Sur había sido su ilusión de adolescente. Cuando Julio no conseguía enrollarse una chica de 20 años, aunque ya tenía 37años, la culpa se la echaba a la cerveza o a no tener un compañero que mantuviera entretenida a la amiga inevitable de la chica.
        El caso de Sam aunque era de cajón le hirió profundamente. La chica rubia sólo hablaba inglés y reaccionó ante Aguinaldo a la que tras 2 minutos de conocerla intentó besar. La reacción de Sam ofendida fué morrearse con Julito con quien había hablado antes. Aguinaldo le besó el hombro proponiendo tácitamente un trío. Pero la pareja se marchó sola a las escaleras metálicas de la calle.
       Aquella humillación la vió como necesaria. Pero no lo era. Julio no valoraba su compañía  en las marchas con respecto al mérito con su trabajo. Aguinaldo no había vivido. Salvo su cultura no tenía nada que ofrecer a Julito salvo su obediencia servil.
      Aguinaldo no podía creer que aquel incidente pudiera arruinar su trayectoria. Había entrado a trabajar a la Compañía de Seguros de chiripa. No le importaba hacer 3 o 4 horas extras sin cobrar. Con la Crisis no contrataban y si había alguna baja la sustituían con un trabajador de otro Departamento no estrictamente necesario. Sólo querían vendedores. Despedido, no te volvían a contratar ni te daban una Carta de Recomendación. Si otra empresa preguntaba por ti a la anterior no le ocultarían el motivo del despido.
     Además no hacían contratos indefinidos sino de 6 meses renovables. Aunque su mesa tenía una vista impresionante al Puerto Deportivo cuando llegaban por la mañana se quedaban en el Office alrededor de la cafetería como el fuego del chamán de la Tribú hablando de las posibilidades a cada uno de que los renovaran. Por lo menos era un hombre sano y sensato.   Cuando hable con Julio le recordaré el caso de Sam y que me debe una...

               En Derecho había demostrado que ni era fajista ni epiléptico para mirar a otro lado ante los problemas de las personas. Eso le dió fama de hombre débil e ingenuo.De algún modo esa actitud le había permitido conocer a amigos ricos de los que había abusado. Se había hospedado en su casa. Había abusado de que le invitan a comer y hasta les había robado dinero de la cartera cunado no estaban.A cambio de poco más que su amistad,de dejar que les echaran sus rapapolvos injustificados y ser el huevón... a quien siempre le echaban la culpa de no conseguir a la golfa de turno en las noches de marcha.
            La atracción de su madre a la autohumillación y la miseria le habían dado ese sentido de la mansedumbre. Ahora que había conseguido un hueco en el acantilado del mundo había cometido un error fatal. Incluso si no hubiese puesto pegas al cobro de una póliza por un accidentado negligente se hubiesen enfadado menos. Era cuestión de prioridades. La mayoría de los clientes que trataba no eran personas tórridas. Eran administradores de pequeños complejos de turistas o pequeños empresarios. Era gente campechana y les gustaba hablar con un hombre de cara adolescente que parecía buena gente. Eso y obviamente el prestigio de la empresa que tenía carteles en toda la ciudad era lo que más les gustaba. Sobre todo porque muchas veces su trabajo era de aguante. Recibía unas 15 llamadas al día de sus comerciales quejándose de que las pólizas no respondían a las necesidades de los clientes. Y los clientes de que se les había inundado la casa o habían tenido un accidente de tráfico en condiciones que el seguro no cubría. Aunque les ofrecían su servicios eran más caros y esto daba lugar a fricciones. Él tenía que callarse y aguantar con paciencia 10 minutos de histeria bajo presión de estar siendo gabado por la empresa.
            Después de aguantar esa prueba. La empresa te concedía una hipoteca y un seguro de coche. Con lo que si bien se cumplía tu deseo de vincularse a la empresa. Y te daban facilidades. También te volvías un dependiente acomodado.
               Se llevaba las manos a la cabeza. Se las retorcía. Quería ver a su superior. Durante semanas lo evitaba porque siempre le hacía bromas pesadas sobre como se anudaba la corbata. De forma muy fina.
                  -Te tendré que enseñar con 30 y tantos años a atarte la corbata como a un niño se le enseña a atarse los cordones. Debería ser de enganche tu corbata.

               La anciana le sonreía de una manera infantil y exagerada.  Tenía un tinte rojo llamativo en el melena rala y como estirada hacia arriba.Se notaba de que estaba exhausta de tanto sufrimiento y que con la poca fuerza que le que daba quería dar bendiciones. Le levantó la mano muy débil para acarciarle el brazo en actitud maternal.Su tacto daba malas vibraciones de pesadumbre.
        -¿Dios qué he hecho, qué he hecho,mecagüen la puta,Dios,cojones?. Y le apartó la mano de un manotazo.
    Miró a lo alto porque pensaba que la luz estaba muy alta y que le costaba respirar.
       Y empezó a dar vueltas con las manos juntas detrás en la espalda. ¿He debido estar tonto? Todo es culpa al infierno que estoy pasando con esta mujer.
        Hace un par de semanas se había de vacaciones. Aunque le tocaba no se atrevía a cogerlas porque estaban despidiendo gente. Aguinaldo pálido pero cuadrado se sentía blindado en su puesto. Pero se sentía estresado por este trasiego de personas que querían vomitar sus miserias. Ni siquiera rondaba por el Office si antes no veía a algún náufrago sin ganas de hablar. Cuando cogió las vacaciones fué al Palacio Real, al Escorial, al Valle de los Caídos. En todos los sitios: las cafeterías, los detectores de seguridad,los guías de los museos, los quioscos,se encontraba a trabajadores que se quejaban de sus Contratos de Trabajo incluso aunque estuvieran a un metro de un cuadro de Velazquez. Esto le hacía muchísima gracia.Sólo al hacerse las fotos con el móvil tenía que dejar de sonreír para salir con ese empaque de solemnidad que poco le gustaba en su cotidianidad.
          De pronto sintió el golpe de los nudillos golpeando a la puerta para pedir permiso para entrar.
        
                -¿Quién hay ahí? ¿Qué pasa?.
    Aguinaldo reconoció aquella voz cascada como llena de flema de acento eslavo.
             - Nadia ¿qué tal? ¿eres tú, guapa? Nada ha sido un malentendido. Me han dejado aquí encerrado. Necesito que me saques. Tengo reunión con el Jefe. Llego tarde.
             - ¿Cómo?¿Seguro? ¿Le han dejado cerrado?¿cómo va a ser eso?me extraña. Qué extraño.
    
        No oía ningún sonido para intentar abrir la puerta.  Nadia la limpiadora, era una mujer mayor y seca. Cuando se la conocía era más dicharachera pero guardando las distancias. Le gustaba "ser absolutamente sincera" por lo que de cuando en cuando soltaba impertinencias contundentes de las que sentía orgullosa.

              -Seguro que no se quedó apalancado con algún papeleo.  Aquí meten a los chungos.
              - Sácame Nadia, DIOS santo.
              - Ya . Mira mejor llamo a la segurita. ¿Vale?
           Y se fué. Sintió las pisadas alejándose.
    Un momento pensó que aquello no podía durar demasiado tiempo.Le angustiaba la idea como hacía tiempo no le preocupaba ninguna adversidad lógica como el Euribor que absurdamente le estaba subiendo. Lo que afectaba a los plazos de su hipoteca. Incluso se le pasó la idea de abrir la cremallera, desabrocharse el pantalón y masturbarse allí mismo. Pero el embotamiento de la anciana no era tan fuerte como para que no reaccionara ante un estímulo agresivo.
            Él era un antirrealista. El haberse sentido integrado en la Empresa en condiciones adversas (no había conseguido titulación universitaria pero sí un trabajo que la exigía). Y relacionarse con personas que sí se buscan la vida duramente vendiendo seguros caros en la calle en plena Crisis donde todo el mundo quería ahorrar costes, le había dado una seguridad de advenedizo consolidado.  Se tomaba confiaba al dar consejos a Julio su superior cuando nadie se lo pedía y a opinar en la relación con el Departamento de Atención al Cliente.
            Estaba exhausto de tantas reprimendas por tomar iniciativas que competían a Olga la directora del Call Center. A veces su negligencia había rayado lo intolerable al dar explicaciones previas, como a un anciano que quería suprimir su seguro de caza y tenía que pagar una clausula de rescisión. Aunque acabó bien, contravino el Protocolo.  Le llamaron la atención suavemente por el exceso de trabajo del Call Center que tenía que enviar una carta al susodicho. Y porque le había mostrado su agradecimiento y había trifulcas internas del Call Center como  para exigir explicaciones.Pero dejó relejes de resquemor como para pedir favores a sus compañeros. Pero siempre escapaba.
          Eso en vez de crear una sensación de alivio por la condena no materializada, generaba una sensación de reconomiento por haber salvado de problemas a mis compañeros que no me lo pueden agradecer por envidia y orgullo. Su ambiente salvo apuntes concretos no lo tomaba ya en serio y se daba cuenta que al darle una responsabilidad le estarían dando soga para que se ahorcara él mismo. Él se dió cuenta y mantuvo un celo especial para no dar un paso en falso
         Podían medir su madurez en la reacción en este trance. A lo mejor le estaban poniendo nervioso. Julio quería ver cómo respondería ante este trance y lo tendría en cuenta para ascensos futuros. Su sala de trabajo, con fotocopiadoras, escáners y archivos prioritarios estaba al lado de la del Director General. Sólo con dejarse caer por la cocina para coger una botella de agua y podría hablar con él. Intentar caerle simpático recordarle su curriculum.Lo importante que era recompensar la fidelidad a la empresa y blablá.
         El problema es que sabían que hablaba bien. Parte de su prestigio era no dejarse encandilar ante los argumentos brillantes,NO CEDER. Sí era un problema insalvable. No lo escucharía.

          Se quedó mirando al suelo de granito. Le recordó cuando se quedaba encerrado de niño en la azotea de sus tíos. Había un picaporte oxidado que él tomaba como bastón de mando para dirigir ejércitos. O como pistola para dar Golpes de Estado y dominar países. Por un momento descubrió lo inevitable.
           Nadie estaría discutiendo su caso en la Sala del Departamiento. La Reunión sobre la venta de Pólizas del mes sin duda era hoy. Al principio creyó que estaba mintiendo pero después se dió cuenta que no. Que era cierta. Gracias a Dios no tenía responsabilidad en el número de ventas sino de que se hubiesen efectuado los ingresos y de que no hubiese quejas ni en eso ni en el servicio. Pero aún así debería estar allí y no estaba.

          La anciana de pronto soltó:  -
          -Prefiero no hacerlo.
          -¿El qué?
          -Dígale a los pajarillos que no canten,¡dígaselo, Dios, dígaselo!
          - Ya. Sáquenme de aquí. No pueden tenerme aquí. ¡No pueden!
             Gritó mientras aporreaba la puerta metálica. Notó como arrastraba su paso yéndose por el pasillo. Y cómo recolocaba las escobas en el equipo de la limpieza y como cuchicheaba
           -Que se joda el gilipollas.


                                                                    2

             Silvia Mengíbar le había llevado por una Procesión de Humillaciones. Nunca había calculado las consecuencias de sus actos pero esto no tenía remedio. La verdad es que era él el que tomaba la decisión final pero aunque tenía elección, siempre se preguntaba si tenía alternativas reales. Era muy débil. Cuando intentaba mantener una relación estable lo humillaban. Y nunca se controlaba en sus reacciones.
        Porque la indirecta de coger el dinero fué de Silvia aunque él se apropiara del mérito. Ahora que se veía como un vago y como un cobarde sin iniciativa pensaba por qué no había cogido el curso y aprender Inglés en Londres para su currículum. Aunque sabía que una quincena no serviría de muchos. Siempre metiéndose en mierdas
        Había conocido a este chica en un grupo de personas que siempre estaban peleando. El propio conocido que les presentó Pablo, le recomendó: ten cuidado con ellos. Pero el hecho de que a otros conocidos le hubiesen dado el mismo consejo sobre él hizo que no se lo tomara en serio. Y se sonrió.
           Les habían invitado al Club Náutico un club de élite con piscinas olímpicas que sólo admitía a socios. Pablo su amigo lo llevó porque en el grupo la mayoría eran mujeres. Ana "la loca" parecía ser la líder de aquel grupo. Con los ojos saltones, muy blanca y con pechos caídos a pesar de tener apenas 30 años parecía una mujer devota.Que te corregía cuando cualquier expresión le parecía fuera de lugar.
        - Esa es una patujada. Y no tiene gracia.
         Le contestó mirándole fijamente. Justo cuando llevaban 5 minutos después de sentarse en una terraza la primera vez de conocerse.Junto a ella Alfredo un mocetón alto que tartamudeaba,lento, al que le costaba mantener argumentos y que pronunciaba palabras como aire por nadie, aro por claro,o ejó por mejor.
         Aguinaldo se quedó con la copla. Permaneció callado, fijándose en las reacciones y en la falda de cómo venía e iba la camarera.
          Desde el comienzo Silvia sentada a su lado en la silla metálica junto a la piscina le dijo que Alfredo estaba tanteándola. Aunque a veces no sabía si le tiraba los tejos o se reía cruelmente de ella con indirectas insultantes. Alfredo sin embargo decía que se habían besado y que por tanto eran novios para rechifla de Pablo. Pablo tenía problemas con el Servicio de Empleo. Estaba amargado por no cobrar unos subsidios a los que creía que tenía derecho. Sus padres le pagaban todos los años un viaje al Norte de Europa para ver a sus parientes maternos pero este año con 35 años su padre se negó. Tenía que enfrentarse a la propia inutilidad de su vida.
           Confiaba más en quien admite errores como Pablo, que en la persona segura  que va golpeando aquello que le molesta en la calle y encima echa la culpa de que te tropezastes con él.
          Silvia era treintañera y menuda con la piel escamosa. Castaña y de poco cuerpo tenía la cara chupada.  Sabía entornar los ojos y dar la impresión algo falsa de una vida interior profunda. Era mona pero lo importante era su capacidad mímica.
         Cuando se reía parecía una hiena .Pablo era un guasón y comentó
                        -...y la tercera mentira que una le dice a la otra es chupa chupa que yo te aviso... hay                                           amores que uno nunca entiende.
               Habló de Ana y se preguntó por qué una amiga suya que debía ser una machorra no había querido venir para presentársela a Aguinaldo. Ana se fué al baño. Estuvimos esperándola tres cuartos de hora. Fueron  al baño a buscarla pero increíblemente no estaba.
        Al día siguiente Pablo le llamó. Parece ser que la tal Ana le llamó a las 12.30 a su casa con la excusa de que no tenía su movil. Se pusó a insultarle por lanzar indirectas obvias y de mal gusto con que era una lesbiana y se entendía con su amiga. Que deseaba que su reciente noviazgo se rompiera y que sus padres le echaran de su casa para que tuviera alguna idea de lo que es la vida. Que solo tenía 35 años y ya era de que empezara a trabajar que era pronto para vivir de sus hijos bastardos...
        Y salvajadas sin ton ni son  por el estilo. Aguinaldo en vez de entender la lección siguió intentando conocer a Silvia. Su único nexo era quedar con Ana y utilizarla para conocerla. No sólo le pareció receptiva sino muy viva, con gracia y quiso ver posibilidades.

         Por una vez su trabajo se relegó a un segundo plano.