Un microrrelato conmovedor.

-Tengo que decirte un microrrelato que te conmoverá de solo ocho palabras. - ¿Solo ocho? ¿Seguro, Victoria? Cuando llegué a la cafetería, estaba soplando el café muy nerviosa, sonreí al verla, dude sin sentarme junto a ella o enfrente como escondida. Había unas botitas de bebé nuevas sobre la mesa y una foto boca abajo. Me senté enfrente muy tensa. - A ver. Dime tu microrrelato. - Se venden botitas de bebé. Nunca fueron usadas. No pudo decir nada más. Se puso a llorar. -Tranquila, te ayudaré. La abracé, la llené de besos y la llevé a mi casa. Nos pasamos la vida queriendo hacer literatura a espaldas de la vida, hasta que la vida nos golpea a puñetazo limpio sin dejarnos tiempo para protegernos. Había una enorme cantidad de pastelitos, un café y un cruasán. -No las vendas,seguro que las necesitarás pronto.