Las hijas educadas en la Guardia Civil
Lo que un hombre pueda saber de una mujer no es nada con lo que una mujer realista sabe de la vida. Y si al realismo de la mujer le añades el sentido común ramplón de lo militar es un realismo sano exquisito. Todo lo militar marca desde dentro.
A mí me han repetido muchas veces que no tengo sentido común y que guardo ideas increíblemente buenas que es difícil que ocurran en la realidad, en las reacciones necesarias de la realidad. Como dijo Hitchcock siempre hay un punto en toda buena trama que es inexplicable o inverosímil. Muchos guardan sus cobardías en ellos.
Todo lo contrario le ocurre a las mujeres que se han educado en la salud mental militar. Fuertes, de un hachazo, convincentes, y sin admitir réplicas, van por la vida sin admitir sutilezas intelectuales que son poesía fantástica. Con esa ingenuidad se solidifica el avance humano y se mantienen las guerras. Una persona sana raras veces tendrá una tragedia que le supere: podrá destrozarle su trayectoria vital pero no destruirles.
Fátima una hija de la Guardia Civil se ha roto los gemelos en el entreno y no podrá presentarse a las oposiciones de cada 2 años y medio. No hay tragedia. Sigue entrenando en el Servicio de Preparación Física que cuesta un dinero. Veo su cuerpo rotundo corriendo sobre el césped. Siempre sonriente. ¿ Por qué no buscará trabajo en un comercio? Seguro que no dominará el inglés. Pero ella lucha para dentro de 2 años y medio sin pensar en otra cosa. Sin quejas. Porque Homero divagaba con obviedades pero un sermón que divaga se mantiene firme en los oyentes. Y cualquier fragmento es pulido hacia nuestra luz.
El Islam también nació sano. Los aspectos que pueden parecer aberrantes como el machismo o el establecimiento de duros castigos corporales son sólo la salud que no pide perdón por su fuerza.
En los ideales de los intelectuales siempre hay matices retorcidos para intentar establecer una omnicomprensibilidad del mundo. Siempre hay arrebatos que nacen de la depuración de prejuicios populares. Moral- amor- amistad- dinero- sexo...fórmula en orden de prelación de la que viene todo.
Este orden sano del mundo ha fracasado. ¿ Por qué?. Falta de sacrificio en el trabajo y la investigación, falta de realismo para ahorrar para el futuro...
A veces veo a Fátima la mujer sana y pienso ¿a dónde le llevará esa salud que desprende?, aquí ni los precipicios tienen ese barniz de artificiosidad del glamour.
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