Escuchando la canción de Garry Owen


En una furgoneta con las ventanas tintadas de negro
iba con un joven negro sudando y mal vestido,
y una chica bella pero raquítica
que se limaba las uñas sin sentido,
 miraba fijamente al suelo con lodo
y hablaba una lengua exótica
pero familiar para sí llena de odio.

El negro miraba lleno de lágrimas
pero con la cabeza erguida
la ciudad que le despreciaba para siempre
y el empujón a destiempo del guía.
Vendiendo bisutería por 2 euros
de la torre Eiffel
y la noche de los invernaderos
qué bellos recuerdos que raspan la piel.
¿ Cómo vas a amar esta ciudad
de edificios pelados y calles de pegatostes?
¿si te regatean a 2 euros tus baratijas
y huyes de Satán por la noche?
Miras la ciudad que te desprecia
con amor apretando los labios
y sin soberbia ante el pelotón
como dos polluelos entre las manos.

Pero el amor genuino da vergüenza ajena
y es leal hasta el insulto auspiciado.
En la radio hablaban de los nuevos reyes
y del congreso engalanado.
Y tus brazos compactos llenos de raño
no servirán para hacer canales.
Y tus pechos bella prematura
acabará con la pasión de los chacales
 hartos de sed solitarios.
¿ Qué habrás pensado en las noches sin fin
saturadas de la música dispar
AVENTURAS inventadas de Errol Flynn
de tantos coches que no quieren aparcar
ni en doble fila?...sí deshoja sí sí...

Y en esta última carga de caballería
no había poeta con una rúbrica
ni un ramillete para ocultar las marcas
ni una sonrisa de música...