Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
domingo, 28 de agosto de 2022
El ajedrez del Ángel con las alas rotas. (3ª versión).
El ángel ya había intentado sobornar al demonio de todas las formas posibles para entrar hasta quedarse sin ahorros y sin alma.
Blandengue miraba fijamente a las puertas del solar de la Discoteca Infierno en donde estaban todos sus deseos mientras las ráfagas de viento le empujaba las alas y le despelusaba el cabello. Satanás erguido le pedía una entrada carísima para estar solo 87 años dentro. El ángel observaba alicaído en una esquina encogido a sus amigos íntimos esperando que alguno lo ayudara en algo tan insignificante, pero entraban sin pararse a mirarlo y cuchicheaban riéndose para sí de él.
Le habían avisado de que Satanás es un hábil estafador pero veía que la gente entraba feliz al local. No se sabía por qué en lo que había estado nadie salía.
- Se acabó, gritó con un impulso de rabia. Cuando iba a empujar a Satanás se dio cuenta que solo era un horrible espectro de humo. Entró por fin sin miedo, como quien se ha despertado satisfecho de una larga pesadilla.
Cuando entró el paisaje parecía el de una macrodiscoteca infinita llena de barras y de diyeis aislados con grupos separados de gente absorta en la música. También estaba lleno en los rincones de heroinómanos cansados sin trabajar que repetían unos para sí y alguno para los demás la tragedia de su adolescencia. Se respiraba una felicidad conformista y lánguida llena de rachas de entusiasmo pero con extraños momentos de lucidez de enorme pena.
Sin embargo, nadie quería salir de allí podían vivir satisechos con sus necesidades cubiertas, pero sin necesidad de esforzarse por nada, como espectadores eternos de enormes pantallas donde salían escenas bellísimas y superficiales. Nadie se echaba nada en cara, y salvo sus traumas y los bellos momentos no había memoria para nada. ¿Qué hago en esta bella vida se preguntó el ángel yo aún tengo consciencia de lo que puedo ser pero aquí lo tengo todo cubierto gratis?
Entonces vio que fuera empezóa llover fuertemente. Por primera vez sintió miedo de la lluvia con la que tantas veces había convivido. Pero empezó a engañarse a sí mismo en vozalta y naadie lo corregía. A recordar que era un gran esfuerzo ser espectador y que lo importante era adquirir una cultura. Que estar parado también suponía un gran esfuerzo, que sus amigos traumados también tenían razón.
Decidió salir, porque notaba que perdía progresivamente la conciencia. Sentía que la puerta estaba cada vez más lejana cuando sentado hacía un ademán para acercarse. Sentía que era una falta de respeto a los demás homeopáticos que habían decidido aceptarle con sus defectos. De vez en cuando una especie de poder superior daba órdenes de que recogieran cartas donde se recordaba el deber de ser feliz y estar parado, de no enamorarse de nadie, cosa que solo podía darse de lejos como con una especie de obsesión maligna que te impulsaba en unas horas a tener arrebatos esquizofrénicos y pesadillas.
Allí en silencio mirándose unos a otros y a la puerta que a veces se abría y cerraba no se sabe por qué, sintiendo que muchos mentían y que guardaban enormes secretos de locura y dejadez a alguno le daba un impulso por acercarse a la puerta. De pronto la puerta se abría y el héroe se sentaba, se quedaba quieto insultando a los demás para sí mientras los demás notaban como mascullaba.
Y así el ángel rechinaba sus dientes enroquecidos de rojo.
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