Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera
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viernes, 12 de enero de 2018

¿Qué harías tú si lo necesitaras?

Cuando era niño viví unos 7 meses en Lérida(Lleida,Catalunya),vivía en la Calle Seu de Urgell número 2... y estudié en el Colegio Mirasán. Mi familia tenía un conocido con carácter Francesc que era agricultor y que tenía una enorme plantación de manzanos y un fin de semana fuimos a visitarlo.

Estaba muy ocupado vendiendo la cosecha de aquella temporada y estaba realizando el pacto mientras yo jugaba debajo de un manzano. Me sorprendía lo que podía picar un manzano pequeño lleno de hojas.

¿Cómo puede ser? escuché de pronto, era Francesc al que se veía muy enfadado y como en estado de shock. Parece ser que tenía que llegar a un acuerdo con un comprador y que le había mentido en algo y después le había dado la mano para sellar el acuerdo. La mentira no afectaba al precio final de la cosecha,pero le afectó. Lo que más le afectaba es que le hubiese dado un apretón de manos mientras le mentía.

-Pero me dio la mano, me dio la mano. Y se calló.Quiero vender la mercancía al otro comprador. Hicieron cálculos él y su "contable" un hombre con aspecto campechano. Vendérsela al otro le salía casi 1.500.000 pesetas de la época menos (calculo que algo más de 9.000 euros actuales).

Entonces hubo una pelea entre el dueño y el contable. El contable no argumentó mucho pero le parecía estúpido dejar de ganar ese dinero de más por una mentira.

Francesc no replicó más.El que le mintiera mientras le daban un apretón de manos fue suficiente. Eran sus razones y no tenía que defenderlas ante nadie.

Por la tarde llegaba el otro pujante a la compra y se lo vendería.Yo que miraba la escena a distancia me quedé asombrado y me parecía absurdo todo.

Estaba claro que el primer comprador era un egoísta y que le había mentido,pero ¿qué más da si le daba el dinero?.Era un hombre rico, algo ingenuo que venía del franquismo y seguro que con el tiempo atendería a razones. La gente exige honestidad pero con la vida te vas dando cuenta de cómo es la gente.

Le apoyé dando golpetazos contra el suelo con un garrote que me había encontrado y le di la razón y por supuesto le repliqué una y otra vez que no cediera. Después de comer mi familia nos volvimos a nuestra casa y no supe si se echo atrás o no,aunque sospeche que sí.

Y algo más de 7 meses después nos volvimos a Canarias con "gente normal". Siempre pensé que este tipo de comportamientos de postureo solo podía darse entre personas que están acostumbradas a negociar con personas que conocen íntimamente, minifundistas,en donde uno puede elegir y donde hay una buena red de distribuidores.

Ahora que los líderes independentistas mienten cobardemente para salir de una cómoda prisión provisional y con tantas mentiras que ha tenido uno que lidiar recuerdo aquella anécdota mitificándola en lo que tiene de farsa.



lunes, 1 de enero de 2018

El Cartón de Tabaco Marlboro

El otro día sentado en la butaca del dentista escuchando la música de REM me acordé de mi padre. Hasta de los canallitas se tienen buenos recuerdos. Recuerdo cuando iba en coche en 1994 por las calles amplísimas del nuevo Madrid. Y recordaba el viaje que hicimos en coche por el Noroeste de la Península. Recuerdo los campos de trigo tras la cosecha en Valdebalde (Valdenuño Fernández) y como dentro del remolcador caía en cascada el trigo de la cosechadora y con una pala tenía que reordenarlo recordando que mi madre,con su esquizofrenia sin tratar desde Canarias estaría recordándonos con angustia.

Pero lo mejor fueron aquellas únicas vacaciones de 1990 en las que fuimos mi madre y mi hermana y yo a Guadalajara. Mis padres llevaban 4 meses separados después de una Crisis anterior de un año separados y aquel viaje era la última oportunidad de una posible reconciliación.

Le dije que sería una pena que no escribiéramos los Monumentos importantes que viéramos, las cosas que nos pasaron,las anécdotas,los chistes y algún poema a hurtadillas. Mi padre que había empezado la ruta pasaba de todo y me dejó dos cartones de Marlboro que tenía en la parte de atrás del Seat 600 y un bolígrafo medio roto que a veces funcionaba y otras se atascaba.

Y así con la letra menuda para que en la parte en blanco me cupieran muchas cosas, empecé narrando los paisajes, alguna Iglesia, los comentarios histéricos de mi madre y las peles absurdas con mi padre de si nos habíamos perdido si cada media hora no encontrábamos un letrero donde aparecía el siguiente punto claro del trayecto.

La Conjetura Borgiana

Tenía que leer el libro de Julius Heidegger con todas sus paradojas filosóficas,entenderlo y resumirlo para el examen de las Oposiciones. No hacía mas que usar un lenguaje técnico intrincado y para distensionar la aridez del temario contar anécdotas de Alemania.


Me costó entender su axioma filosófico tras tanta jerga pero después sonreí. O sea lo que se trataba era de que si lees a autores alemanes,comes comida alemana,hablas suficiente alemán y estás casado con una alemana eres un alemán de pura cepa aunque vivas en Canarias y hayas sido un canario de toda la vida.

Me imaginaba al profesor Julius Heidegger(¿sería su nombre real?)renegrido y con su rostro expresivo intentando pasarse por alemán en Leipzig mientras alguien no solo distingue su español,sino su dialecto en particular,aunque lo que sí había conseguido es hablar con un acento del Norte de España que no estaba claro cómo lo había conseguido,si con el esfuerzo de años o de forma natural.

Además se había inventado un hermoso juego de frases,para que aceptaran sin réplica que su argumento era válido y que era avalado por grandes pensadores. Me lo imaginaba en Las Canteras renegrido tomando el sol en una terraza y recordando a quien quisiera escucharle la vida dura de trabajo que se pasa en Alemania.

De hecho había estado en Alemania 3 veces pero nunca más de siete meses cada una. Quien le escuchaba parecía que había estado años,pero en realidad había estado una semana un año para una Conferencia,otra vez un mes para un curso,otra vez mes y medio en otro lustro. Pero no hacía mas que contar anécdotas de Alemania.

Hablaba alemán más o menos. Estaba casado con una alemana y tenía hijos.
Leía literatura alemana y solía comer comida alemana por tanto según él era alemán.

Le gustaba vivir en Canarias por su vida fácil pero no su áridez cultural.

Hay verdades filosóficas tan bellas que uno las admite aunque no tenga nada que ver con la vida. Sería al igual que admitir que el prusiano Inmanuel Kant nació en la actual Kaliningrado, Rusia, aunque eso sería una incorrección garrafal. Kant nació en Königsberg, Prusia, ciudad que existía desde la Edad Media y que seguía existiendo en el siglo XVIII por prusianos orientales donde hoy se levanta Kaliningrado.


La primera desapareció en 1945 o antes porque había que trasladar forzosamente a los alemanes para evitar causas posibles para una futura guerra aún cuando en el mismo lugar naciera la segunda, porque una ciudad es una creación identitaria humana y si toda su población es expulsada y es repoblada por personas extranjeras con otra mentalidad,lengua y personalidad aunque quieran asumirse a la primera extinguida por prestigio histórico no pueden, la ciudad ya no será la misma aunque el lugar sea el mismo.

¿ Fue la Cartago romana igual que la cartaginesa?,¿y lo fue la vándala con la romana o con la asentada musulmana? cien veces no, quizá sí tuvo muchas similitudes con la originaria fenicia en cuyo desarrollo histórico entroncó,pero que no avanzaba tanto para renegar de su pasado.

La filosofía nos conseguir aliviar de no dar ni un solo paso adelante.

jueves, 13 de julio de 2017

El dibujo de la llamarada con rostro

Cuando era alumno del COU en el Santa Teresa en 1998 (Las Palmas de Gran Canaria) estaba perfilando el dibujo de la llamarada fuego con el crepitar de la leña, como con ampollas y esquirlas con un bello rostro difuso como entre ondas de agua que se extinguía, y Cristina un antiguo amor platónico al que tuve que rechazar por tener una madre esquizofrénica y castradora que me hacía la vida imposible y que me odiaba rechinando los dientes desde entonces se quedó mirando mi dibujo. Era un dibujo con espíritu.

Y con una inocencia maligna y bastante idiota empezó a dibujar antenas y patitas mal hechas y angulosas "sí una bonita cucaracha". Y se rió y me comentó que estaba saliendo con un chico que estudiaba Arquitectura como si pretendiera darme algo parecido a celos. "Que chica más simplona, qué falta de espíritu, no ha entendido mi secreto".

Nunca dije a nadie en el Instituto lo de mi madre, pero que tenía problemas o su aspecto de extrema delgadez, y ojeras, expresaba un dolor profundo. En realidad todo el mundo sabía que vivía con una mariposa clavada con un alfiler esquizofrénica y castradora, pero la gente miraba para otro lado y a mí como era educado me permitían que me saltara casi todas las normas para estar más solo y porque tenía pánico a relacionarme con nadie. Nadie me ayudó, y solo un profesor don Iñaki de Ciencias en cinco años mostró interés por mi intenso y extraño sufrimiento en el primer curso de Bachillerato.

Pero el secreto de mi madre que lo sabía todo el mundo y al que ignoraba a posta todo el mundo, hasta el punto que en 2006 aún cuando estaba en el Movimiento Católico Catecúmeno me decían que mi madre era muy nerviosa o que estaba extremadamente delgada, para no reconocer con dignidad y cariño el hecho por su nombre porque eso sería reconocer una tragedia y dar amor al que ha sufrido un hecho, en vez de forzar más la mansedumbre y humillación conque se bendice en nombre del amor.

Al final tampoco fui al viaje de fin de curso del año siguiente que fue a la Isla de la Graciosa, aunque costó una miseria porque no me había relacionado con ninguno de mis compañeros, a mis profesores no solo les importaba un rábano sino que tuve problemas con alguna y mi tía materna solo nos visitaba una vez al mes para echarnos en cara que podíamos ahorrar más. Y al final no fui.

Pero el dibujar llamaradas de fuego con el crepitar de la leña, o animales en movimiento con las patas dobladas o las rizaduras del agua, intentar dibujar lo que es casi imposible de dibujar eso ha quedado en mí hasta en la firma.

domingo, 2 de julio de 2017

Por fin se encontró a Uqbar

Warrin Donga un forero de periódico prestigioso está muriendo solitario, y su hermana con la que no se lleva desde hace 20 años y que lo veía como un inútil y un escritor frustrado, desea saber qué ha sido de su vida a través de sus comentarios, con sus prejuicios, sus erratas o sus metáforas de la vida. A partir de ahí se da cuenta que forma parte de una sociedad de amigos que ha creado "un mundo" que funciona bajo el criterio de un místico materialista y la crítica de un amigo al que le gusta llevar la contraria y que es un positivista lógico de la segunda rama.

De pronto ve sus sueños su deseo de marcharse de la ciudad para siempre, de su circuito cultural mediocre lleno de envidia y ruindad. Y lo que es peor que no ha escrito nada de valor salvo comentarios en el Foro de El País que en el fondo no valen nada, su trabajo es miserable, tiene pareja con la que esta por inercia pero no relaciones con su familia, y sabe que cuando muera todo morirá con él, sin dejar un poco de huella. A través del balcón mira un las ramas movidas por el viento y siente pena.

Ese mundo su mundo real es todo una patraña, le da asco, pero es cálido, acogedor, luminoso y hasta simpático a mucha distancia. Ve a los jóvenes viniendo de la playa y se duerme con pena y sin ganas para reaccionar.

domingo, 18 de junio de 2017

Ejercicio con palabras camisa-reloj-viaje puesto por Santiago Gil.

Temblaba exhausto con la camisa sudada en sangre. Pisoteó el reloj mientras me abrazaba latiendo aplastándome con sus últimas fuerzas. Valió la pena cariño, vámonos. Y sonriendo salimos entre las vigas que se caían ardiendo.

sábado, 6 de mayo de 2017

Anécdota del Camino de Santiago

Eramos tres y a la francesa la conocimos en el Camino y se nos acopló para disgusto de mi compañero y entusiasmo mío. Cuando íbamos por los bosques de Galicia nos repartían folletos de hostales que cogía disimuladamente.La francesita Lise de París,se me quedaba mirando contrariada y dolida.

De pronto me respondía: soy sant yarc. Soy sant yarc. Después decía que escuchaba voces. Tras un rato descubrí que quería decir que era Santa Juana de ARCO y las alucinaciones de voces que escuchaba eran mugidos de vacas a lo lejos. Aunque tenía mérito descubrirlo me miró con cierto odio entre pizpireta y snob,mientras le hablaba de literatura española y canaria.


"Lo importante es que la gangrena no pegue"pensé. Y hablamos de temas menos nacionalistas y más divertidos. Cuando llegábamos a Santiago de Compostela,me preguntó algo así como "¿vas mucho?" y como no le entendí bien le respondí: "no es la primera que voy a venir allí".

Al llegar a las afueras de Santiago,seguí recogiendo más folletos de hostales a Burgos. Entonces se rió al ver los colores. Cuando le pregunté por qué se reía me dijo "pensé que eran folletos de chicas".

Entonces me sonreí,me había visto todo el Camino por los bosques recogiendo folletos abiertamente y se había creído que eran de prostitutas.

lunes, 13 de marzo de 2017

Una misa del OPUS DEI y una Boda

Dos anécdotas de la misma anécdota solitaria. Una misa del OPUS DEI en Roma mientras fallecía Juan Pablo II o una Boda en los paseos casuales por Salamanca,a la primera fuí con un abrigo gris y me llamaron la atención, -yo creo que da igual pero si voy mal vestido pues no voy,no pasa nada. - Sí sí pasa nada,pero bueno irás.

Y después una boda a la que no fui,con unos invitados que no me importaban pero que eran amigos de la familia. -No,no tienes ropa para ir. Me dijo la persona que más interés tenía que poner para que fuera. Vale respondí y me fui. Solo lo pensé después,como habíamos sido unos perros falderos con ellos,como habíamos aguantado impertinencias y que nos echarán cosas ruines y falsas en cara haciéndoles los santos y encima todo aquello no había generado ni un poco de amor en aquella mujer mediocre profesora ahora de la Universidad Pública de Salamanca.

Mientras paseaba solitario por los lugares emblemáticos de la literatura y la Catedral de Salamanca e intentaba buscar alguna mujer guapa y algo de sensualidad en alguna flor rodeado de la piedra rojiza centenaria pensaba. "Toda nuestra humanidad,nuestra inteligencia juguetona pródiga no ha generado ni un poco de amor en esta cabrona miserable".

Y sonreía mirando a las estudiantes tiradas en los bancos de piedra al lado de la Catedral y pensando que no me podrían echar en cara que me prestaron un traje para una boda que en el fondo no me importaba ya.

Jinámar llena de vida

Todo en Jinámar esta lleno de vida cada vez más silenciosa.Las leyendas fantasiosas de los delincuentes en las paradas de guagua,la gente vestida de cualquier manera,abrigada en pleno sol,capaz de creerse cualquier historia inverosímil mientras los camiones frenéticos entran y salen de las naves enormes.

Ya no chabolismo en Jinámar ni apenas plataneras,pero hay una enorme capacidad de vida envasada.
Hace 4 años estuve en un curso de contabilidad en una Academia de Lujo con material muy moderno.Yo me pasaba el día haciendo chistes de orgías ociosas.

Un día al hombre que se sentaba a mi lado que era el más popular de la clase,una compañera dijo que lo había visto en Jinámar con un chico fugado de un centro de menores(sería popular y la indirecta obvia es que se acostaba con él por dinero),él hombre lo negó sonriendo (¿se llamaba Ye---?).Admitiendo con su gesto un resbalón de culpa sin importancia. Ahora esta en la Universidad y estará acabando con 40 años una carrera y me pregunto que habrá sido de él. Aquel hombre venía de la realidad,no de un mundo de palabras.Me quedé quieto al pensar que podía tener a un pederasta al lado y que no pasaba nada,y que no había que reaccionar.


Llegué a mi casa con mi perrita. A veces la saco y aunque tiene un arnés fuerte consigue zafarse y escapar.Siempre tengo miedo de que me la atropellen porque no mira hacia ningún lado pero solo tiene a un lugar en el mundo al que huir: su propia casa. Va corriendo frenética por las calles de cinco carriles sin mirar a ningún sitio, y cuando la sigo corriendo acelera la esprint y me la encuentro en la puerta de hierro solemne y majestuosa de casa. Allí esperando a que la abra la pesada puerta para meterse dentro y subir las escaleras ella sola hasta el tercer piso para meterse en su casa y no enterarse de nada de las cosas del mundo.


Desde los acantilados de Marzagán con sus enormes torres eléctricas uno puede ver los edificios de la capital y 40 kilómetros de costa hacia el sur y darse cuenta de la llanura y de la enorme fosilidad árida de la isla. Y Jinámar sigue allá lejana llena de vida,de gente que viene y que va, que trabaja en los camiones,en las naves,en las tiendas o en el Matadero.

lunes, 27 de febrero de 2017

UN HECHO EXTRAORDINARIO EN EL CICLO DE CINE COREANO.


¿ Qué harías si te dejaran un fajo de billetes sobre la mesa,para que cada una de las personas de la fila de conocidos de vista cogiera el billete de su asignación y se fuera sin coger más,ni nadie te pediría explicaciones?.Esto ocurrió aquí hace tres días.¿Casualidad que la película coreana que daban aquel día trataba el tema dostoieskiano de admitir la culpa y la esquizofrenia? sin duda era una casualidad cruel.

Cuando uno va a ver una película en el ciclo de cine tiene derecho esperando al final que te pongan un sello en tu carnet como que has visto la película y puedes participar en un debate que debería ir sobre la película pero que acaba hablando de todo un poco,de referencias literarias o de otros. Normalmente se quedan unas cuantas mujeres mayores,y unos cuantos frikis que quieren participar pero como somos unos pesados no nos suelen mucho el turno de palabra.

Como la semana pasada el director no me dio el turno me fui pero con simpatía.El coloquio es opcional y depende en cada película del director del ciclo,y solo se suele emitir una película por semana. Creo que el fastidio lleno de simpatía fue tan grande porque todos queríamos hablar en el coloquio tras la película,que casualmente a la semana siguiente o sea en esta el director "no pudo acudir" y nos dio el matasellos,para que nos selláramos solos. Cada 25 sellos igual a un crédito universitario y con 3 créditos te convalidan por una asignatura optativa.

O sea era como si nos dejaran un fajo de billetes sobre la mesa,para que cada uno cogiera su billete de su asignación y se fuera sin coger más. Cada uno,ninguno nos conocíamos y solo yo participaba en los coloquios,era un habitual conocido y transparente allí y yo creía que me merecía más de un billete por mi cultura cinéfila y casi por edad. ¿Era aquello generosidad?,¿desprecio?,¿una especie maldita de disculpa?. Dejaron a un encargado que no quiso saber nada,solo el matasellos estaba allí.Lo que sí era un gesto de educación exquisita que solo se da en el mundo de la cultura a sus patricios.

Me había ido la semana pasada enfadado pero sin rencor y ni siquiera quería que me entendieran mal, y la semana siguiente me había ocurrido lo mismo y tampoco sabía a qué sentimiento atribuirlo. Porque dependiendo el sentimiento, coger el matasellos era un robo,una salvación o una heroicidad.El que había estado delante mía había sido honrado.

Simplemente me puse el segundo de la fila,mire a una chica más joven que estaba detrás mía y chequeé mi carnet sin más. Me fui rápido para no arrepentirme y para no echar en cara la culpa de si el que iba detrás mía cogía más de un billete o para echar en cara de alguna forma que se había sido muy laxo o de que se daban facilidades para hacer trampas.También hay que tener en cuenta que cuidábamos nuestra imagen con la idea errónea de poder ligar en el futuro con alguna chica de la sala,pero esta idea que uno sabía errónea vino después ya lejos de la sala,cuando uno le da vueltas a los hechos.

El director era un hombre de cultura y se sentiría culpable siendo un carcelero con otro hombre de cultura, en un sentido negativo o sea un teórico que nunca salió de la filmoteca al mundo. Me marché rápido porque sabía que iba a arrepentirme de ser honrado,aunque a la larga la honradez o no era estúpida porque lo robado iba a ser insignificante,y esa era la cuestión solo yo iba podría sentirme culpable durante semanas de no haber sido honrado en esto.Nos sentíamos gente solitaria y conflictiva,podíamos tener problemas con todo el mundo pero no faltar a nuestros principios sobre todo cuando nos los echaban en cara.

¿Dostoieski en Canarias?,¿SHakespeare?. ¿Casualidad que la película coreana trataba el tema dostoieskano de admitir la culpa y la esquizofrenia?. En el Camino de Santiago también te sellaban cada parada y también podías hacer trampas por el honor de hacer el camino a pié aunque no lo hicieras a pié,¿pero de qué servía?,¿quién te iba a premiar?,¿ante quién ibas a fanfarronear?.

Tres días después rumiando todavía el tema,en el lunes de Carnaval con la Gala Drag Queen lo que me pareció admirable es que todo aquello hubiese ocurrido al borde del desierto donde un reino musulmán se quejaba de tener soldados muertos "por una ocupación ilegítima" según los guerrilleros.

sábado, 25 de febrero de 2017

En el fondo hay dos hombres con escafandra. Mi ejercicio del Taller SANTIAGO GIL

Han venido a buscarme para acabar conmigo,pero no permitiré que me griten ni que me echen la culpa de nada mientras hablan con un tercero. Tendrán que mirarme a la cara. Les dije que aquí estaba el tesoro. Se han gastado sus ahorros para comprarse las escanfandras,los tubos de oxígeno y las mascarillas contra la agnea. Y los manuscritos de Galdós no están escondidos bajo las marismas de la casa. No fue culpa mía Hanna,lo insinué,fue una broma de erudito,una maldita broma. Y ahora cuando se quiten las escafandras se darán cuenta,que sin querer les engañaron. Y me matarán aunque yo soy fácil de convencer, tendría muchas cosas que echarles en cara. Era el protagonista de esa novela perdida de Galdós al que le destrozaron la vida, sí era el protagonista y nadie me dio las gracias,ni un miserable las gracias,ni se acordó de mí aunque me destrozaron la vida.

¡Sí era yo,fuí yo! repitió golpeándose el pecho con los puños y uniendo las muñecas como si le vinieran a por él a esposarle. ¿Cómo es que nadie puede entenderlo? ni un poco de gratitud,ni de compasión solo una indiferencia egoísta de ir a lo suyo,el duro salario al contado. Y por supuesto que tenía derecho a la venganza. Y ahora que me van a matar como a un perro me niego a suplicar para salvarme,ni a mirarles a la cara porque sé que derrumbaré y querrán que dé pena. Hasta mi venganza ahora me parece estúpida.Y a pesar de que me van a matar estoy orgulloso de mi venganza. Y así murió fingiendo la pose de una postura solemne pero sin darse cuenta que tenía un gesto de asco.

viernes, 6 de enero de 2017

Borges dijo una vez hipócritamente...

Un fin de semana que fuimos yo, un amigo y su hermana con una tienda de Campaña en la playa de Montaña Arena (Gran Canaria),tuvimos de vecino a un hombre risueño y sociable.Mientras él contaba que tenía cinco hijos de tres mujeres diferentes,era una persona con cuentakilómetros amplio,lo que me recordaba una frase de Borges. Mientras poníamos nuestras casetas le preguntaron si era rico para tener tantos hijos,él respondió que era taxista, y que la cosa estaba muy mal.Se llamaba Tirso. Después de un rato de conocernos tuve una salida de tono horrible, porque había una caseta que llevaba sola desde hace tres días y "suponían sin dueño" y querían llevársela. Como me disgusta que se lleven lo que no es suyo, me puse a gritar "al ladrón,al ladrón" hasta que la hermana del amigo me miro y me grito: "¿No crees que la has cagado un poquito?". EFECTIVAMENTE pensé que aquel hombre me guardaría el rencor todo el fin de semana.Playa Arena es un playa ilegal pero muy popular donde va mucha gente a fumarse sus porros y lo que pille, hippies,nudistas,y artistas excéntricos(y alguna catedrática de la Universidad)que se respeta y se conoce. Gente atrayente,pero a veces muy marginal. Fuimos a por carne y compramos unos prismáticos porque había una lluvia de Perseidas que decían que era algo muy importante. Borges dijo hipócritamente con la boca pequeña cuando era mundialmente famoso que le decía a sus alumnos que se olvidaran de él,como si no existiera,y que sus alumnos solo pensaban absurdamente en Borges. A mí el 95% del tiempo me gustaría no existir y existir al fin un 5%.Algo si quiero existir que para eso existo,para contar historias a la gente de del humilde barrio de Jinámar. Después nos pusimos a hacer en la orilla un enorme castillo de arena que sin exagerar sería de metro y medio. Tirso era de Jinámar. No hay público agradecido,vitalista y empático como el de Jinámar,quizá te miren al principio con mala cara,y al final se reboten y te quieran partir la cara,pero no hay gente que respete la cultura, la admire ingenuamente y te considere uno de los suyos si demostrar la dignidad del espía de saber contar historias. ¿No es absurdo que mucha gente que vive en cierta degradación venere la ficción mucho más que universitarios que han podido sumergirse en ella?. Después de mi irónica impertinencia pase el día callado para evitar posibles embestidas. Cuando se hizo de noche y sabiendo que yo era cuentacuentero Raquel la hermana de amigo apostó a cambio de la radio a qué no tenía huevos para inventarme y contar una historia allí y que si lo hacía me daba el transistor.(Obviamente era un transistor viejo pero valoré que me retara,le encantaba apostar y lo repetía constantemente,como si le importara algo que inventase o no la historia). Hacía tiempo que quise narrar la historia dramática de amor de cómo se conocieron mis padres. Era una historia hermosa que nadie quería contar,mis padres ya estaban muertos,y mi hermana que odiaba a mi padre,a mí, y a todo lo que viniera de mí ya se habría olvidado.Además tenía un hijo al que cuidar y no estaba para contar historias extraordinarias pero insanas y que eran un mal ejemplo,y que en parte nos habían amargado la parte. La historia era completamente real,después de morir mi madre rompí algunas fotos y las cartas se perdieron,pero la sabía de memoria y quise mezclarla con un tono elevado sutil para impresionar a los parroquianos de Jinámar a Tirso que obviamente era suspicaz conmigo y a otras dos vecinas: dos chicas bellas y contundentes que no hacían más que fumar porros y preguntar donde estaba el Teide( esta en la isla de enfrente y se ve en los días claros pero no tuvimos suerte en ninguno de los dos fenómenos. Tirso en todo el día tampoco me había dirigido la palabra,y cuando se acordó que yo contaría mis historias él se fue casualmente a su caseta a dormir. Al final conté la historia de mis padres,mezclada con la "Casa de Irene" de Felisberto Hernández que acababa de leer y tenía fresca. Al día siguiente Tirso contó que cuando comencé a contar la trama sin querer dio un tumbo y se dio un coscorrón contra el camping gas que dormía con él en el QUECHUA. Desde el comienzo recalqué que la historia era verídica. Metía todos los datos para que un canario se sintiera identificado y un madrileño pudiera entenderme por encima(mi padre era de un pueblucho de allí), cuando daba un brochazo descriptivo Raquel la hermana de mi amigo respondía: "bah,mi abuelo estuvo trabajando 20 años allí,tuvo un accidente y se quedó cojeando hasta que se pudrió. Y encima le dieron una indemnización de mierda. Hijos de puta".Y su bellísimo rostro miraba al cielo con una mezcla de asco y nostalgia,que me ayudaba a poner los pelos de punta. Al final rematé la historia con el vestido de novia mutilado en un armario victoriano resquebrajado. El encaje acabó bien, pero al inventar la historia sobre la marcha le di un toque excesivamente dramático,sin darle una convincente gradación. Quedó arrítmico y excesivo. La maldita cerveza. Me callé porque me di cuenta que no estaba en condiciones de contar bien,y no le reclamé el transistor a Raquel. Mi 5% de vida lo había desperdiciado y como nadie me pidió que siguiera contando cuentos me callé y me fui a dormir. Al día siguiente me levanté tarde. Las dos chicas se habían ido. Tirso me saludó haciendo bromas. Hablamos todos un rato. Tirso me contó que las chicas se habían emocionado y habían visto novias huyendo que se metían en la orilla y morían ahogadas. Y él se quedó un poco tocado,que se estaba durmiendo pero el sobresalto final le despertó de pronto(-el cabrón hijo de puta éste,es un crack-repetía refiriéndose a mí de buen tono) y se quedó pensando toda la noche semidormido en lo que es el amor y como no nos damos de las consecuencias de nuestros actos. Sonreí y me eché arena en los labios para aguantarme la risa, de las conclusiones tan peculiares de cada uno. Pasaron los 2 días,de viernes a domingo y como nadie había llevado un miserable móvil nos quedamos sin fotos, sin recuerdos. Tirso se fue sin despedirse pero tampoco arrambló con la tienda de campaña. Hablamos mucho de darnos los números de móvil pero no hubo lugar. El domingo por la tarde nos volvíamos y fuimos a la marea a limpiar los cubiertos y los tuppers de plástico. No quedaba nada de nuestro castillo. Alguien de noche tuvo que haberlo destrozado o de la rabia o como divertimento y no quedaba de él ni un desnivel. Y yo pensé en el sentido primigenio del cuento: como todo pasa,y cómo ni las historias de amor ni las historias más extraordinarias persisten al tiempo.Al final parece que aproveche perpetúe durante algún tiempo mi 5% de existencia real.

sábado, 5 de noviembre de 2016

El músico Madsen y sus manuscritos.

Madsen era un compositor canario no muy sociable,que repetía que sus antepasados eran madrileños y alemanes y que él musicalmente se había educado en esta tradición musical.En realidad siempre había deseado irse,pero nunca se había atrevido y con los años las dudas de su voluntad y su talento le hicieron ceder sus sueños. Por tanto,él no era canario sino un músico medio madrileño y medio alemán aunque no supiera nada de alemán. Al principio fue muy popular, pero como era suspicaz solo mantuvo unos pocos amigos snobs melómanos que cuando vieron que no tenía talento le dieron de lado. Madsen consiguió un puesto de bibliotecario en el Conservatorio donde había que trabajar poco y catalogaba las obras de sus amigos clásicos. Una tarde haciendo una de esas horas extras que no le pagaban,se dio cuenta que uno de los manuscritos que leía era un original inédito de Albéniz: la antigúedad del papel,el tipo de escritura,todo indicaba que era un Albéniz auténtico. Se lo dijo a sus compañeros de la biblioteca con los que ya no se llevaba,y pidió una excedencia para cumplir la ilusión de su vida. Hizo varias copias que dejó guardadas en su casa temiendo que volviera a suceder la pérdida de semejante obra. Por fin iría a Madrid con una carta de presentación única,después de soñarlo tantos años: una obra inédita,perdida y original de Isaac Albéniz. Cuando allí pudo conseguir cita con un experto, pero al verle las formas afectadas y al oírle decir que era de antepasados alemanes y al enseñarle el manuscrito no se lo tomó en serio. El manuscrito debe ser una copia de un alumno de una variación de una de las últimas obras del maestro. No tenía ningún valor. Así estuvo varias semanas citándose con varias expertos. ¿Cómo iba a acabar un manuscrito de Albéniz en Canarias si no tenía discípulos allí?,¿y cómo nadie había escuchado hablar de esa obra de estilo tan diferente?. Al fina el último experto le confesó que todos pensaban que era un falsificador,un admirador ciego de Albéniz que ya mayor y creyendo que tras dedicar su vida al estudio del MAESTRO se había atrevido a falsificar un manuscrito de forma chapucera para darse una fama efímera. Lo mejor es que volviera a su tierra. Madsen destrozado se volvió inmediatamente con sus maneras afectadas y sin nadie quisiera despedirse de él.Odiaba aquel manuscrito que le había demostrado que los sueños imposibles de toda su vida iban a ser realmente imposibles para siempre. ¿Y si en cierta medida no fuera también una traición a Albéniz publicar una obra que él no quiso publicar?,aquel manuscrito le había humillado y le había dejado en ridículo delante del mundo musical de MADRID AL QUE SIEMPRE HABÍA SOÑADO PERTENECER. Madsen destruyó el manuscrito y volvió a su tierra como le habían aconsejado a los que fastidiaba.La misma tarde pensó en volver al estilo de monotonía infernal que había llevado toda su vida.Paseó por la playa solitaria,por los barrios marginales bajo el sol intenso y en cuanto llegó a su cuarto tomó un vaso de arsénico viendo cómo reflejaba la luz en el edificio verde de enfrente. Cuando se lo encontraron muerto días después tenía a su alrededor aquellos manuscritos,sus manuscritos. Los expertos los consideraron obras maestras sacadas del folclore canario. A muchos compañeros les dio pena su estilo solitario de vida,su desprecio por la chabacanería. Decidieron poner su nombre al archivo de manuscritos del Conservatorio donde había trabajado toda su vida.

miércoles, 12 de octubre de 2016

La rabia del joven Galdós

¿Por qué?rumiaba una y otra vez dando vueltas.¿Por qué?,¿Por qué yo? ¿por qué?. La madre vestida de blanco y tapada hasta el cuello rígido como de gorguera ponía el grano de café en la moledora,se ponía a darle vueltas para amasar el café haciendo un ruido como de carraca y se imaginaba que lo que desmenuzaba, granulándolo metódicamente, era su corazón.¿Por qué?,¿por qué a mí?. La madre le había descubierto un libro de viajes que había robado de una librería de viejo,lo hojeó por encima y vio que había dibujos de bailes en parejas.Aquello había sido condenado por el Papá y era demasiado así que lo rompió por la mitad con fuerza.Y después lo volvió a partir delante del niño que no supo cómo reaccionar. Galdós miraba a su madre durante horas a lo largo de los días soñando con la capital. Su tío iba allí una vez al año para comprar CHAQUETAS(fracs,spencer o levitas)para renovar la mercancía para la tienda. Sentía que estaba viviendo una locura eterna de la que nunca podría escapar sino con la muerte.¿Por qué yo?,¿por qué ? mientras la miraba,se imaginaba muerto y la madre a su lado llorando y arrepintiéndose de lo cruel,de lo inútilmente cruel que había sido por quitarle su libro con los dibujos de Madrid,la capital,Madrid. Tenía ráfagas de odio hacia su madre y su sentía abandonado como un moribundo que ve a sus compañeros de batalla muertos y a los enemigos pisándolos con sus caballos. Se sentía abandonado aunque intuía que de alguna forma estaba en lo correcto. Llevaba semanas esperando que su tío volviera de Madrid y le contara las cosas extraordinarias,las Exposiciones Internacionales,los conciertos de piano,las tertulias y los inventos que había visto allí. Su madre no le dejaba salir a la calle ni para comprar en la tienda de Triana. Era para que no se relacionara con los pequeños comerciantes ni con los demás que eran de una clase inferior a la suya. "Si quieres hablar de forma patricia como los de tu clase,para que se te quede la cantinela,tienes que estar cerca de los de tu clase". Galdós lo entendía pero a veces miraba por el ventanuco de la cocina y miraba a las jovencitas pescadoras gritando de madrugada y haciendo chistes con sus trajes pobres pero sugerentes,y pensaba: como me gustaría hablar con alguna de ellas. Pero Galdós permanecía mucho tiempo del día con su madre que molía café y distintos granos. Llevaba pensando durante semanas día a día qué regalo le traería a él y a sus hermanos desde Madrid. La miraba con un desprecio profundo que no podía verbalizar,ni menos aún admitir. Tirado en una de las duras sillas de madera se sentía un inútil,sin costumbre de trabajar y un patoso.Un criado una vez mientras ensamblaba un mueble en el despacho prohibido de su padre le dijo al otro criado:"¿ te has dado cuenta de Benito? es un señorito inútil? Y como no sabe hacer nada no hace más que quejarse de pijoterías,y estar todo el día triste para que le hagan mimitos y se fijen en él.Si fuera por mí le daba un puñetazo y lo llevaba al ejército". Galdós que merodeaba escondido desde la puerta se quedó estupefacto. Muchas veces lo habían mirado con envidia y desprecio como el hijo del amo,pero nunca había oído lo que pensaban de verdad. Tras oír esto subió dando taconazos los escalones de madera a zancadas a la azotea donde se quedó encroquillado en una esquina, gimoteando. No tenía a nadie.Hasta los que pensaban que eran sus amigos,su mundo,opinaban que era un inútil. Escuchaba el mar y la sirena de los barcos cuando llegaban. Su madre era tan odiosa,la isla tan minúscula e insignificante. Solo las hazañas de su tío aliviaban la tortura de tanta incomprensión. UNA mañana se enteró mientras jugaba con el musgo en la fuente del patio y veía su chorro que le recordaba a la luz sobre la cara de las vendedoras de pescado de la gran noticia. Su tío iba a venir de visita porque había vuelto de su viaje. Y por la tarde llamó a la campana del portón de madera de su casa antigua. Su tío vestía de blanco con sombrero de Panamá lucía bigote y fumaba un habano.Entre sus brazos llevaba cajas grandes con papel de colores. Eran regalos. Se sentó solemne y empezó a repartir los regalos entre los hermanos mientras hablaba de los cosas exóticas que había visto en Madrid. Benito daba vueltas desde el principio a las cajas como un perro frenético y famélico al que le mueven un hueso. ¿Y mi regalo de Madrid?,¿y mi regalo de Madrid?no sabía ¿dónde estaba su maldito regalo? de aquel titán con el que había soñado durante meses desde que se marchó para ir a la capital. Era un hombre tan extraordinario,hablaba de otra manera,conocía gente muy distinta,los inventos más recientes pero sobre todo había estado en Madrid. Su tío le paró y le dijo: mira Benito tuve que hacer muchas cosas y me olvidé de ti.No te pude comprar nada. Y después se fue junto a su hermano mayor a comprobarle si le encajaba la talla de la camiseta. Benito miró como su madre agachaba la cabeza entre una mezcla de compasión y vergüenza ajena,pero también se fue para comprobar la camisa del hermano mayor. Benito ya era un jovencito y tenía que aceptar estos inconvenientes. No sabía otra vez cómo reaccionar ni dónde meterse. Pensó ir a su habitación pero quería mostrar su irritación,llamar la atención sin tener que dar explicaciones. Había dado vueltas y más vueltas en la cama sudada aquellas noches esperando su vuelta para que le contara sus historias. Había escuchado las campanas de medianoche pensando en él. Y cuando salía a la orilla del mar veía barcos a los lejos que se marchaban para la Península. Has vuelto y te has olvidado de mi regalo¿cómo es posible que te hayas olvidado de mi regalo? vio el tallero y como un criado con pachorra sacaba agua.Entonces pensó, él se cree superior se cree superior porque ha estado en Madrid. Se cree que yo soy un ignorante,que soy un perro que tengo que estar a sus pies para que cuando él silbe me acerque para darme las sobras. ¡Cabrón!.¡Traidor de mieeerda!. Traidor chulillo, galanteador de viejas podridas de balneario.¡Cabrón! -pensó. Entonces se marchó corriendo sin despedirse,subió las escaleras de madera taconeando para molestar y después por las de piedra hacia la azotea. Empezó a gimotear pero no pudo llorar.No pudo llorar.Sin querer le rechinaban los dientes.Miraba a los lados como si quisiera asegurarse que todas las cosas siguieran en su sitio. Allí en la buhardilla entre muebles viejos y ropa vieja con olor a húmedo estaba lo que más quería sus primeros textos y sus primeros dibujos a los que nadie había hecho caso. Abrió una reja metálica del ventanuco y pudo ver el mar más allá de Triana. Dios el mar,el mar como nos aleja de todo. Qué lejos esta todo. Vio un barco rojo mal pintado como salía al mar y notó como la sangre salía a borbotones de entre sus dedos. Se había hecho sangre con la malla metálica. En Madrid tiene que haber mallas metálicas que no harán heridas. Ay Madrid cuántas cosas extraordinarias tiene que haber en Madrid. Y así lleno de impotencia,de rencor,y de hermosos sueños de él paseando por MADRID,se cansó de ver el mar soleado y se quedó tumbado durmiendo en la buhardilla. Madrid,Ma-drid...¿dónde estará Madrid?.

domingo, 9 de octubre de 2016

Un Rezo a dentelladas.

24- 09-2016 Dedicado a los que desde un altar nos escuchan. ¿Cómo podemos sufrir tanto? La imprevisibilidad de esta muerte programada y lo rocambolesco de esta truculencia cuando sonaban las carcajadas y la carraca de petardos de los jóvenes entre los Fuegos Artificiales de la Fiesta de la Suelta del Perro Maldito me llevaban a repetirme esta fatal pregunta. Eso es lo único que explica esta historia que nadie quiere escuchar entre los más viejos pellejos del pueblo y menos aún atribuirle algún sentido. Perseguido por la esquizofrenia que había estigmatizado a mi madre durante décadas hasta su absurda muerte final, y por el asesinato durante generaciones en mi familia,mi vida había sido una pesadilla durante mi infancia y mi juventud, mi miedo a las mujeres y mi escasa devoción por el trabajo lo había complicado todo más, hasta que conseguí engañar a Natalia una hermosa mujer y con futuro ocultándole todo hasta que se casó conmigo y la tuve bien atada. Por eso no podía visualizarme en medio de aquella tragedia que era tan ajena a mí justo mientras los demás lanzaban las campanas al vuelo para restregarme su alegría. No podía comprender mientras sujetaba su enorme cuerpo como aquella muerte del que me miraba a los ojos entre solemne y sonriendo como si jugara entre mis piernas podía darme un síncope.¿Cómo podía impactarme tanto tanto tanto? Y mientras de lejos oía a unos jóvenes cantando”¿Dónde estás metida?”. Cuando se murió sentí como si por un momento se encendiera y se apagara una taladradora que tenía que mantener en pié. Banalizamos tanto la muerte. Pero cuando volví a casa y estaba solo salvo por los dos perros me di cuenta por fin que se había muerto. No puedo creerlo no puedo, cuando pienso que un amigo G. que cuidaba a aquella mujer madura -a la que tanto amé- y se le atragantó con un trozo de carne que le dio y era demasiado grande y se murió entre sus brazos y te explicaba la historia sin trauma,pensé cómo debería tener las entrañas. Caruso era alegre y juguetón aunque había llevado una mala vida sin darse cuenta. Recién nacido lo abandonaron en un canecón de basura y allí lo encontraron unos vecinos. Contaban que se lo encontraron alegre pero nervioso por poder ver la luz y caras humanas. Ni siquiera me acuerdo bien cómo llegamos a adoptarlo. Nos explicaron la historia y como no tenemos hijos debieron pensar que seríamos ideales para él. Se dejó querer desde el principio sin quejarse,sin replicar,siempre corriendo de un lugar a otro del patio. Era grande y pesado para estar viviendo su infancia. Se te echaba encima queriendo jugar sin medir sus fuerzas y para que le acaricias. Cómo necesitaba de caricias. Le encantaba jugar al escondite meterse entre los árboles y los parterres donde se revolcaba. Muy a menudo se echaba al sofá mirando a través de la ventana el paisaje de árboles. Es como si soñara en otros mundos lejanos más allá de la islita que ya abandonará nunca. Una vez encontró una culebra reseca y lo cogió trayéndola a casa fingiendo que la había cazado él. Caruso venía todo orgulloso levantando el pecho y moviendo un poco los hombros. Esta demasiado reseca para acabar de morir lleva varios días muerta. Le dije pero fingió no enterarse y se fue lejos sin replicarme nada. ¿Cómo poderle dar sentido a algo tan atroz?Todo empezó hace un par de días cuando vuelto a traspasar la verja de los parterres y estaba jugando entre los rosales. Le gustaba saltar entre los rosales e intentar saltar la pared que separaba nuestra propiedad con la de tío Manolo que era de metro y medio de alto. De hecho desde el primer día que llegó a casa se puso a dar vueltas y a armar una bulla increíble y ensordecedora a la hormigonera en funcionamiento del tío Manolo que era nuestro vecino y con el que teníamos un enorme patio en común. Siempre estaba allí cuando quería pelea y el tío Manolo lo miraba asombrado mientras sacaba el cemento y lo ponía en la carretilla como si quisiera en silencio darle un puñetazo. En Valsequillo son los prolegómenos de la Fiesta de San Miguel o sea del Perro Maldito y ponen música discotequera en la casona que me llega a casa. De pronto escuchamos unos aullidos de dolor. Pensamos que sería una pelea. Pero fuimos distinguiendo un dolor más agudo. Cuando nos levantando vimos que algo se movía entre el rosal y fuera Blanca nuestra perra la miraba con odio. Caruso se había clavado una verga suelta con punta afilada y al intentar zafarse se había rajado más a la altura de la rodilla. Inmediatamente tuvimos que vestirnos de calle y agarrarlo con cuidado para subirlo al coche y llevarlo al especialista. Era un fastidio en pleno sol pero había que hacerlo rápido. Un primo de mi mujer Román se ofreció a llevarlo ya que estaba vestido y tenía mucha fuerza pero le dije que tenía que ser yo y porque si no ante mi podía quedar como un inútil. Tuvimos que atar a Caruso en el asiento con unas correas porque se ponía frenético al sentir brotar la sangre y tendía a lamerla, a asustarse porque no cicatrizaba y seguía borbollando. La especialista una mujer débil y blanca debía ser un poco novata porque ante su estado histérico le quería poner la inyección de lejos y con bastante miedo como si le fuera a pegar un mordisco. Nos dijo que no era grave,que con unas pastillas se le aliviaría el dolor y se solucionaría. Natalia le dio las pastillas a la vuelta y se puso a masajearle la brecha supurada durante horas. Mientras por la tarde yo me iba para la Universidad. Cuando me envió las fotos por el Whatsup de noche me sentí aliviado. Al regresar a casa aunque no pude verlo porque dormía a pierna suelta, sentí una cierta alegría cuando cepillándome los dientes que me sangraban por el principio de gengivitis que me habían cogido a tiempo,acordándome de cuando llevaba en mi coche a Caruso entre manchones encarnados. Pero su exagerada alegrada de vivir podría jugar en su contra. Blanca la dálmata grande frente al jolgorio estaba merodeando mirando con suspicacia y odio. Una vez por el dominio del patio se había enfrentado a su madrastra Cuqui -que la crió desde desde que era una párvula y al día siguiente encontramos sus restos con una gran mancha granate en la pared. Era todo absurdo porque Cuqui nunca había intentado huir. Solo a través de la actitud de Blanca descubrimos la verdad. Tenía el rencor y la suspicacia en la mirada. Blanca no podía con la suspicacia de la culpa. Yo la conocí después pero no se fiaba de mí ni cuando le daba de buen rollo golosinas. Solo quería las sobras que se encontraba desperdiciadas en el patio como para asegurarse de que no estaban envenenadas. No se metía con nadie mientras no se pusiera en cuestión su autoridad. Y no se relacionaba con nadie salvo con Caruso al que maltrataba sin piedad. Queríamos librarla de la culpa,incluso dejamos que se escapara por si quería desahogarse de alguna forma. Aunque nunca quería. De alguna forma volvía a sentirse responsable pero esta vez de Caruso. Él único que se encontraba libre de culpa y nos sentíamos preocupados por eso,era el herido inconsciente. A Natalia se le llenaron los ojos de lágrimas y decidimos evitar cualquier insinuación al respecto a su padre que tenía faltas de memoria y una dermatitis. Una segunda muerte en seis meses era demasiado,sin contar que nunca se le dijo que la primera fue un asesinato. Nadie quería remover el pasado cuando vivíamos en paz. Al día siguiente lo dejamos rehabilitándose con comida y golosina y viendo la televisión a gustote en el sofá, para trabajar por la mañana en Las Palmas. Por la noche había soñado con la foto de aquella brecha enorme de color remolacha rodeada de una especie de baba blanduzca de los medicamentos. Va a salvarle,gracias a Dios -repetí como si quisiera enterarme de una fórmula matemática complicadísima o como si quisiera darme cuenta de lo más obvio. Aquella raja supurada me había enseñado mientras comía un pan reseco en la pausa del trabajo(porque tenía el estómago cerrado), lo felices que éramos y lo frágil que es la felicidad cuando se tiene. Desde mi despacho podía ver a las parejas de estudiantes besándose en el césped como si la vida pasara sin más. Recordaba a mi madre gritándome:La sopa se te ha quedado fría tonto. Tampoco quise saludar ni dirigir la palabra a mis compañeros pero les sonreía a distancia de una forma algo bobalicona. Mientras subíamos Natalia y yo en el coche pensando en el susto,y en el cansancio del esfuerzo que se nos venía encima de estar con el pos operatorio durante varias semanas dándole caricias, Román el hijo de Manolo nos envió una foto diciendo que la cosa era grave. -¿Qué pasa? Le repitió Natalia que era enfermera y que estaba fumando en el coche y echando las cenizas en un cenicero de coco rebasado, -¿se le ha abierto la brecha?¿se le ha caído el pelo?. Puse la música y abre la ventana para que entrara una corriente aire fresco. Pasábamos por los túneles de la Laja de camino y no podíamos sintonizar bien las llamadas ni recibir fotos por el whatsup. La angustia crecía por momentos aunque sabíamos que no podía ser nada grave. Sentía que era como si mi madre se estuviera muriendo y que no nos habían avisado y que no iba a llegar a tiempo para despedirme de ella y que me estuvieran gritando por el móvil e insultándome sin enterarme de lo que me decían. Por fin conseguimos salir de los túneles a la altura de las playas para perros donde habíamos ido muchas perros y donde nunca nos obedecían los perros porque no habíamos tenido voluntad de entrenarlos,sobre todo a Blanca tras su “incidente”. Pagamos a un entrenador canino personal pero después de 5 sesiones y del enorme costo cambiamos de parecer y decidimos aprender con tutoriales por Internet pero nos aburríamos. Teniendo en mente siempre el “incidente” la soltábamos y después la perseguíamos para marcharnos a casa. A veces cazarla costaba media hora y suponía un bochorno pedir ayuda a desconocidos para atraparla y ponerle la pechera. Cerca de allí salían los aviones del aeropuerto de Gando que a Blanca la ponían nerviosa porque creían que eran como buitres merodeando. Para mí sin embargo en silencio eran los sueños rotos y caducos de marcharme de la isla. - ¿Qué se ha quedado sin nada de rodilla para bajo?¿qué dices?,repítemelo que no me entero,envíame la foto joder que no me llega. Envíame una foto por el whatsup. En unos segundos llegó la foto que esta vez pudimos descargar. ¿Qué sería?¿se habría infectado la herida?;¿se habría amoratado? Era como si una maldición de sufrimiento constante que ya había vivido con mi madre se repetiera en Caruso y su profecía de dolor desmedido desde el canecón de basura se multiplicara para que nosotros fuéramos testigos sufridores también inútiles. ¡No!,yo rechinaba los dientes y sin querer me mordí la lengua. Román era un ñanga y un exagerado pero no para tomarse la molestia de llamarnos gritando y enviando fotos por nada. Además en la carretera un ciclista tirado en el arcén por un accidente había provocado un atasco e íbamos a tardar más en llegar a casa. ¡Por fin vimos la foto!¡y ahora nos tocaba soportar lo inaguantable!. No tenía nada de rodilla para abajo. Solo le quedaba un muñón que ni siquiera sangraba y era como de carnicero. Él estaba feliz y no le importaba ni le molestaba,sino que se ponía a correr como si tal cosa alegre,lleno de vida y jovial mientras que Manolo a pesar de su carácter benévolo le odiaba porque le molestaba al trabajar en la reforma de su casa y Román lo miraba descompuesto como si un monstruo deforme y lleno de cicatrices le repitiera los chistes con el mismo encanto. No le respondí nada a Natalia. Necesitaba tiempo para rumiar su decisión. Iba a ser mucho trabajo cuidarlo,cuando habíamos tenido tantas peleas a gritos a las que ella no estaba acostumbrada por sus escapadas y su carácter anárquico . Cuando lo tuvimos en la ciudad en pleno centro de Las Palmas y se escapaba, y una vez hasta paró la circulación de las grandes avenidas se lo dije claro: a este salvaje hay que matarlo o me tienes que ayudar de verdad. Pero aquello era solo una boutade de rabia de tener que aguantar los insultos lógicos de los viandantes. No podíamos sentir pena por él. Yo no debía insinuar nada sino dirigirla en cuanto pudiera verbalizar lo que le compungía. Pero no me dejó tantear ninguna estratagema. -¡Hay que matarlo!¡es mi hijo pero hay que matarlo!,no podemos cuidar de cuatro y encima viviendo en la capital. ¡Hay que matarlo!. Con lo maternal que era Natalia vi que cualquier réplica podía hacerla cambiar de opinión. -¡Vale! Y pensé en actuar rápido,empujándola pero dejando que creyera que ella tenía el protagonismo para que no me culpara nunca de que ella se sacrificara por algo que solo yo le había incitado durante semanas. Amaba a Caruso demasiado,pero su amor comportaba muchas humillaciones y recuerdos de mi madre. Por tanto tenía que morir. -Sacaré del patio a la calle a Blanca para que no le coja rabia y en cuanto puedas sacas a Caru- so, le tapas allí donde sangre con toallas y esparadrapos y lo metemos en el Opel. Después lo llevamos al especialista. Según me contó después cuando Natalia entró se encontró a Caruso corriendo sin su pierna con alegría volviendo a saltar la valla de un metro como si tal cosa. Natalia de carácter muy tranquilo y a la que no le gustaba gritar se puso a dar gritos. ¡Basta!,¡basta ya!,¡basta ya!¡basta!¡basta Caruso,basta!. Caruso se quedó paralizado y descompuesto y aunque armaba un gran barullo obedecía. Parecía mirar al cielo como si la cosa no fuera con él. De lejos sonaba la parroquia del pueblo y echaba un humo blanco y con restos de carmesí. Yo tragaba la sangre del corte que me había hecho en la lengua y Manolo se ofreció a atar a Caruso al respaldo trasero y a acompañarnos para sujetarlo. Cuando llegamos a la consulta del especialista nos encontramos con un enorme armario lleno de medicinas de nombres complicadísimos que no pude leer a pesar de saber lenguas modernas y antigüas y de muchas máquinas modernas cerradas en las vitrinas cuya función tampoco podía atisbar. Tocamos al timbre y tardó en salir una mujer en bata blanca,muy seria, frágil y solemne pero con algo maligno en sus ojos de un juez patricio en lo alto de un altar. -¡La esquizofrenia no es nada!¡de hecho la esquizofrenia no existe!. Fue lo que nos respondió cuando le explicamos la historia y la solución difícil que le planteábamos. ¿Era cómo si la médica hubiera cambiado?quién era aquella especialista,de hecho desde hacía meses me sentía como si constantemente me lanzaran indirectas como si no se atrevieran a insultarme o a prorrumpirme de golpe las verdades a la cara y usaran subterfugios extraños. Pero lo que más me dolía es que nos hiciera quedar como monstruos. ¿Es que no nos dolía?. ¿Es que no habríamos tomado otra decisión si nos hubiera sido posible?.¿Pero cómo íbamos a vivir con Caruso en esas condiciones?.¿Es que no se da cuenta? A lo mejor no tenía sensibilidad y le arrastraba la pierna lo que le incomodaba para moverse. Pero no hemos encontrado la pierna en ninguna parte en toda la mañana. Eso significa que se la arrancó y se la comió.¡Se la comió de rodilla para abajo!.¿Cómo podemos vivir con alguien así? Explíquenoslo. En realidad a mí me importaba más la mutilación,el trabajo del cuidado y el sacrificio en peleas para repartirnos las nuevas tareas,lo que Natalia sabía que acabaría rompiendo nuestro matrimonio entre rencor y echándonos las culpas. Natalia podría recitar el proceso de memoria y no se atrevía a cruzar las Hespérides. Di un grito apagado como si no tuviera fuerzas para sostenerme en pié y en aquel momento le pregunté algo insólito,el nombre y su número de colegiada que era como preguntarle por el origen de todo que debía ser como el jeroglífico oculto de una maldición centenaria. Manolo me agarró del brazo como para sacarme del despacho pero tuve fuerzas y me cruce oponiéndome. -Perdónele,esta nervioso no sabe lo que dice. Es que no sabe. Y se encogió de hombros como si imitara la payasada de un niño,pero de forma ceñuda lo que para mí le hacía más odioso. - Nunca me perdonaré haber permitido que viniera con nosotros,nunca me lo perdonaré,y negaba con la cabeza agachada mientras yo levantaba el puño al aire como para querer darle en la cabeza. -Miren esto no es nada,he visto casos peores y la gente tira para adelante. En el artículo 123.6 de la Ley Orgánica del Código Penal indica que no se permite a los profesionales hacer uso de la eutanasia activa a no ser de casos especiales y que sean irreversibles. No es el caso,y no se prescriben casos semejantes para este supuesto. - Pero vamos a ver-repuse. Sabemos que la práctica hospitalaria es diferente,que en casos evidentes de desórdenes mentales se actúa digamos “de oficio”. Pues bien,no podría hacer una excepción y fingir que éste es uno de esos casos clínicos. Se le había encostrado la rodilla con la hemoglobina. Me acordaba del matadero de Marzagán con su olor rumbriento a sangre y el extraño ruido de sus torretas eléctricas cuando solía pasear con Blanca,ahora estaba allí sonriendo mirándonos con amor mientras discutíamos para convencer al especialista en sentenciarlo a muerte. Lo colocamos sobre una mesilla metálica debajo de una lámpara con un brazo largo como si estuviéramos diseccionando a un extraterrestre que era ajeno completamente. Lo miró con una lupa con luz y con una especie de escalpelo diminuto cogía unas muestras de astillas del menisco. Lo observaba detenidamente y suspiraba como alguien que hubiese estado sin respirar varios minutos. Después nos miró con un odio concentrado y soltó de tajo: -Lo haré,ustedes no saben lo que hacen y será solo su culpa,deletreó agónicamente su-cul-pa, pero solo quiero que recuerden para siempre este momento. Y empezó a lavarse las manos con algo que olía a alcohol de color granate. Le ofrecí varios billetes que valían diez veces más de lo que sabía que costaba la inyección y me lo apartó de un manotazo. -No,no quiero dinero. Y cómo decirlo primero le puso una inyección grande que hizo que Caruso diera un brinco y se enrabietara hasta relajarse plenamente. Tras un minuto mirándonos a los ojos con una sonrisa débil le puso otra inyección mucho más pequeña. Sentía a Caruso con una tensión desafiante,después con un cansancio pero ún sentía sus pálpitos y una relajación más y más profunda que me dejó una desolación dispersa. A través de la ventana en el bosque y en las casas del pueblo brillaba el sol. De lejos se oía la canción de ¡Matador! Pero como es una canción viril,alegre y orgullosa me hizo sentirme bien. -No tienen que preocuparse,ya todo está hecho. Llamaré a los encargados de que se lo lleven. Cuando salimos de allí no veía nada,le pregunté a Nati si quería dar un paseo,ir a un buen restaurante con vistas a comer algo pero me dijo que no,que tenían prisa,que había que volver a trabajar y que tenía el estómago cerrado. Lo más curioso es que en el camino de vuelta lo único que me importaba era conducir bien y no quedar en evidencia por una ruta que habíamos hecho semanas atrás. Sabía que era una cuestión tonta pero el pueblo estaba lleno de callejones de esquinas sin espejos y había que tener cuidado. También pensé en las fotografías machaconas de una compañera a la que le importaba un carajo que se había ido de Erasmus a París y que nos enviaba las fotos por triplicado a tres grupos de whatsup en que estaba. Cuando llegamos a la casa del campo mi mujer me dijo delante de Manolo sin más explicaciones: Felipe te dejo,te dejo y no quiero volverte a ver más en mi vida por lo que me has obligado a hacer,no quiero volverte a ver. Cuando vuelva del trabajo no quiero ver nada de ti en mi casa,absolutamente nada y todo lo que vea lo romperé y lo tiraré a la basura. ¿Me has entendido? Se puso su uniforme del trabajo sin permitirme una réplica y se preparó para irse,y Manolo se fue a la cueva sin despedirse mirándome con reprobación con los labios apretados. La música seguía allí, el bosque seguía allí,y las calles estrechas seguían allí. En el patio solo estaba Blanca clavándome la mirada,fija como si quisiera insultarme. En medio del patio había una mesa con las sobras de una fabada y empecé a comer con cierto asco aunque sentía que esa era la única comida que me merecía. No entendía por qué me había abandonado,no lo entendía. No me había abandonado porque descubriera alguna mentira mía terrible.¡No,para nada!. Me había abandonado por mis silencios. ¿No era absurdo?. Me había abandonado porque no le replicara a lo que ella sola había decidido. ¡Era absurdo!. De pronto me fije en la hormigonera,me levanté y fuí hacia ella con lentitud como si fuera un toro gris y tuviera pánico a que me embistiera. ¡La hormigonera de Caruso!. De la que tantos momentos de felicidad y recuerdos teníamos. Intenté llorar pero no pude,intenté replicar,decir algo memorable aunque fuera muy a destiempo pero tampoco pude en aquel patio desolado. La hormigonera con la que tanto nos había vacilado y tanto se había reído de nosotros,¿Dios qué había hecho?,¿qué había hecho?,¿qué había hecho Dios?.Sentí como Blanca sonreía con una dentadura enorme y maléfica por los remordimientos de aquel asesinato por el que nunca habíamos querido pedirle explicaciones para que no se sintiera más absurdamente culpable. Y me abracé a la hormigonera casi en estado de shock al sentir el portazo definitivo de mi mujer que se iba para siempre. Abrace a la hormigonera por el amor de mi mujer,de la vida que se me iba sin haber hecho nada de lo que quería. Sentí a Caruso,a mi mujer a la que sentía que había perdido para siempre, a los aviones que se iban para Madrid y en los que nunca había ido,y a mi madre desde lejos como una giganta que amenaza a un gato mimado con los músculos agarrotados por falta de ejercicio en un cojín de satén enorme. A mis espaldas Blanca se me estaba dándome vueltas para un lado y otro como en círculo acercándose más y más sin que yo me diera cuenta con su gesto de presa rencorosa y amenazante con su infinita dentadura sonriendo endemoniada que si por fin se concediera la libertad de actuar como quisiera. -¡Perro! Le escuché atónito. -¿Cómo? Dije. Sentí un sudor como la que te dan los tratamientos psiquiátricos,un sudor malo como de camisa usada durante semanas y de saliva reseca. - ¡Eres un asesino,tú,tú,tú,tú eres el asesino! ¡Vergüenza! ¡Asesino!.¡Asesino!.¡Eres un asesino!.¡Un marrrdito asesino!. -¿Quéééé? Y sin derecho a una réplica me lanza una dentellada encima y me muerde entre el hombro y yugular mientras me protejo con el brazo una y otra vez una y otra vez,y siento como si quisiera escapar de una llamarada pero no puedo,Dios no puedo. ¿Qué haces?¿pero por qué lo haces?, si yo siempre te he querido si nunca te he juzgado?,si nunca te he condenado por nada,¡ por nada!,¿por qué me haces esto?. Sin embargo a pesar de mis gritos de terror solo intenté defenderme,no oponer una auténtica resistencia a golpes para que me dejara respirar un poco para ponerme en pié de nuevo y reaccionar. Y así siento como un océano de dientes me ahoga en la cara,como tengo algo íntimo en el interior,algo absurdo y sin control que me atraganta el gaznate. -¿Qué haces?,¿qué haceeees?. Y veo trozos de carne con estrías como si debieran ser mis mejillas mal recortadas por este extraño buitre,por este ángel espectral que me corroe en mi propia cara y me contamina su maldad. -Pues sí soy culpable,te quiero te quiero,pero no podía más. ¿No habrá nadie,nadie que se apiade de mí nunca?. Hasta que se suelta el brazo que cae enganchado sobre las vergas sueltas de la verja. Mi rostro con un rictus impactado de horror mira la gran mancha de sangre insignificante parda con un alivio del que el que por fin nunca tendrá que responder más por su deuda impagable.

domingo, 21 de agosto de 2016

La muerte estúpida de un amigo.


Fue terrible que su muerte no le importara a nadie en Las Palmas y que los únicos que lo admirábamos nos hubiésemos reído con su muerte como una histeria de admiración mientras me dolía la cabeza de fregar el piso con KH7 sin una miserable mascarilla.



Apenas tenía fuerzas para sostenerme y la risa hacía que mi cuerpo temblara lo que resaltaba una cara de niño sobre todo cuando sonreía que me daba un poco de asco cuando me miraba en el espejo del recibidor de la casa.


Solo podía recordarlo en la cancha de baloncesto riéndose de los frikis patosos que apenas sabían coordinar entre el bote del balón y sus pasos,y aunque había muchos detalles de digamos "su anormalidad",quedaba camuflada por una pasión por vivir que no aceptaba réplicas, ni consejos ante los problemas más insignificantes y evidentes.



ESte hombre escribía todos los datos de las prostitutas con las que se acostaba como si fuera una relación de noviazgo, o sea una relación normal de la vida real:les preguntaba su nombre,su edad,de dónde venían,y algún detalle. Las chicas cansadas lo tomaban en serio aunque todas las respuestas eran mentiras por supuesto. Las chicas le responderían algo exótico que él querría escuchar.

Sobra decir que él era guapo y sociable y que iba a estos sitios porque era incapaz de relacionarse con mujeres,aunque se reía de los frikis de la canchas de baloncesto de REPSOL. Una vez su madre mandó a Dongo a comprar un pollo, de vuelta a casa al ver a unos amigos se quedó en un bar y sus amigos le retaron en una apuesta por 5000 pesetas a que se comiera el pollo crudo que su madre le había mandado para hacer.

Dongo con esa arrogancia de persona ingenua empezó a tragarse los muslos del pollo hasta que le dieron arcadas sin poder vomitarlo. Después de eso llegó a casa y se puso un día debajo de la cama sin responder a la madre que preocupada le preguntaba a gritos que dónde estaba el pollo. Sobra decir que nunca le dieron el dinero de la apuesta. Se sintió como un estúpido pero nunca aceptó un consejo o una reprimenda.

Dongo nunca aceptaba consejos a no ser que fuera de los gritos de sus padres,a los que según su estado de ánimo obedecía o no. Solo este carácter explica que ni sus amigos le dijeran nada de su hinchazón.


Después muchos se dieron cuenta de lo útil que hubiese sido la verdad tan hiriente,pero no porque sintieran un sentimiento de culpa para con el amigo sino por una especie de orgullo como cuando uno dice "lo ves,te lo dije,si me hubieras hecho caso,pero hablar contigo es hablar con una pared" .

Aunque en aquel velatorio uno veía el cielo encapotado de Las Palmas y se acordaba del muerto,y pensaba que hay caracteres que no tendrán nunca remedio.

Yo lo conocí en la biblioteca del Estado cuando estaba en el Obelisco y hacíamos competiciones informales de quién leía más,aunque él leía diarios deportivos y yo novelas y política. Nos hicimos amigos de vista,lejanos. Nos contábamos nuestras anécdotas: él las del increíble Chus y yo en concreto mis desgracias,por lo que me dio con sensatez la patada.

Lo admiraba no porque estuviera acabando una Ingeniería Técnica Industrial sino por su pasión paranoica por el deporte. Se pasaba horas y horas corriendo por la Avenida Marítima como un poseso. Corría de una forma estrambótica como la niña del exorcista y dando saltos desproporcionados y se pasaba así horas y horas.

Había temporadas en que engordaba desproporcionadamente,se le hinchaban hasta las muñecas y el cuello como si tuviera una extraña enfermedad africana. Una tarde mientras estaba limpiando un pescado como metálico y rasposo que se me escurría de entre las manos, el mismo amigo friki que teníamos en común del que tanto se había reído y humillado en su propia cara,me llamo: Dongo ha muerto.

Tenía 27 años.


Lo primero que hice fue reírme aunque sabía que estaba mal.Era una muerte heroica en muchos sentidos de un solitario. Tenía un furor frenético contra alguien que había roto una amistad conmigo y al que sinceramente apreciaba.Después le pregunté¿se suicidó?.


La pregunta no era una extravagancia,porque era una persona que tenía sus salidas de tono y podía encajar en el perfil.Tenía la ropa llena de pintura y oliendo a pescado y muerte y lo único que pensé fue en ir al funeral. Pero como era un compromiso con desconocidos dije ¿para qué?estos hijos de puta no van a apreciar el gesto de que les consuele.


El increíble Chus,el friki del que más se había reído, que le despreciaba a escondidas pero mantenía una insólita dignidad respondió: es una enfermedad pero no sé de qué. Mi madre estaba enferma y triste en la cama y me acosté con ella para alegrarla y animarla aprovechando el ataque de histeria de risas.Después de una hora y media de chistes y bromas en la semi penumbra me di cuenta que tenía que ir a ver a los familiares.


Para colmo aunque no lo sabía vivía a dos manzanas de mi casa. Habría amigos en común que eran unos cabrones y a los que no quería ver y su familia no me conocía pero sentía el deber de ir a verlos y hablar bien de alguien al que apreciaba a distancia. Quizá era un deber sagrado entre dos solitarios.


Cuando llegué y subí me encontré una piso antiguo y oscuro y gente muy mayor que era como de campo.Fue muy raro porque no había nadie conocido aunque era muy popular gracias al baloncesto en el barrio. Saludé a la madre y le explique quién era.


¿ Qué le vas a decir a una madre cuyo hijo muere a los 27 años con la carrera casi acabada y una vida por delante? Estaba destrozada como en un foto apretándose el pecho y con la cabeza mirando hacia arriba rota por el dolor.

Era una mujer bella,delgada y pálida que ya estaba gimiendo fuera de este mundo. Conocí a su padre era un hombre duro, contable en unos apartamientos en el Sur. Cuando le di el pésame me dijo que sabía quién era,que era el chico que estaba todo el día tirado en la calle.

La impertinencia me sentó mal e intenté darle algún sentido. Sí por aquella época paseaba mucho y jugaba algo a baloncesto,y en parte debió relacionarme no sé cómo con gente que habría intentado echar a perder a su hijo. Pero lo curioso es que su carácter habría tenido mucho que ver con la muerte de su hijo aunque a él ni se le ocurriera la idea ni la admitiría jamás.

Aquella era una familia culta y con dinero aunque la madre fuera una ama de casa,y era obvio que el hijo había muerto por problemas hormonales. Cuando le preguntaban cómo podía engordar tanto,había parecía que rozara los 200 kilos él respondía que comía mal y bastante.

Pero no podía ser por eso.

En vez de ir a un endocrino el padre le habría dicho una y otra vez que hiciera deporte que esto de los endocrinos era como los psicólogos,un sacacuartos inútil que solo consigue arruinar a la gente. Que sin disciplina no había solución para nada.

Solo con estar unos momentos en aquella casa sin aire y casi a oscuras para darme cuenta que el sentido católico de la madre y el carácter duro del padre lo habían asfixiado todo. Que gente de cierto nivel cultural y económico pudieran ser así,que en cuanto no tuviera necesidades me escaparía de aquel ambiente. Solo la madre que ya estaba como ida y muy infantilizada me dio las gracias por ir allí.


Al pensarlo mucho después me di cuenta que con una visita a un médico competente como correspondía a una familia de clase media alta y culta aquella muerte se habría evitado. Después de estar tres horas sentado mirando los muebles de madera de samanguila gruesa y contundente y viendo llegar a gente mayor y ningún conocido del barrio.La madre que a duras penas se esforzaba en sonreírme sin poder superar el dolor, me cogió de la muñeca para ir a la habitación de al lado para "enseñarme algo".

Quería enseñarme un secreto para que que yo le diera un sentido a aquello.

Vi la habitación de Dongo oscura y sin mesa para estudiar solo una mesilla cuyas patas temblaban. La madre sujetándome de la muñeca maternalmente me acercó a la mesilla sucia. Había cajas de libros y libretas de apuntes de ingeniería y otra pila de diarios gastados por el uso.Cogió uno de los diarios,los hojeó y me los dio. - He intentado leerlos pero es que no les encuentro sentido.

Lo único que entiendo es que escribe las notas de sus asignaturas y los kilos que pesa pero nada más no lo entiendo. Efectivamente, los diarios estaban escritos de forma críptica. Pero tras un momento de concentración pude entenderlos. Usaba el lenguaje críptico que usaban los frikis una mezcla entre grancanario suburbial,el idiolecto de Chiquito de la Calzada y referencias literarias stendhalianianas o cervantinas según el caso.

Lo más increíble es que el odiaba Canarias y las palabras con más gracejo pero ahora acababa de morir sin haberse marchado nunca de Canarias y lo que quedaba de él solo eran aquellas palabras escritas nerviosas,alargadas y puntiagudas de las que tanto se había reído en las canchas de baloncesto.

Intenté descifrar el método lo que me costó un poco.Y cuando vi lo que era me sorprendí. Aparte de transcribir el dinero de sus ahorros lo único que había allí, eran como biografías de las historias de "aquellas chicas" que había conocido,con una descripción física,de su modo de hablar o de moverse. Me quedé paralizado sin saber responder a su madre,que me miraba como si quisiera escanearme.

¿Qué podía decirle de lo único que quedaba de su hijo?Ella apenas podía hablar y había tenido un amago de desmayo velando a su hijo. Me sentía como una vaca a la que pegas un tiro y muere tranquila sin reaccionar. Supongo que esperaba una respuesta pero me quedé callado sin poder darle una explicación.

ERAN páginas y páginas de descripciones de historias exageradas de las cosas que él había vivido,era lo único que tenía en sus diarios incluso en los días en que nos llevábamos bien y nos relacionábamos y hablábamos de temas más profundos e interesantes como de su trabajo,de fútbol,ciencia o política. Toda su vida íntima y general estaba allí sublimada,como si fuera lo único que quisiera recordar una y otra vez.

Ni siquiera el trabajo donde le mal pagaban y le gritaban,ni los amigos,y menos claro la familia.Era como si la realidad fuera un oasis lejano que no le interesaba.


Miré a mi alrededor aquella habitación oscurecida con su televisor y sus armarios llenos de libros, y me dio un arrebato de querer abandonar todo aquello. - Bueno me voy, dije a su madre. Estaba harto de aquellos muebles gruesos,ordenados y viejos,y de las conversaciones chabacanas,sinceras y bienintencionados de aquella gente mayor que tenía pinta por su habla de venir del pueblo,de la maldita televisión que me habían puesto para no preguntarme ni quién era,ni para interesarse de quién era yo, ni saber de mí.

Como la puerta estaba mal engrasada di un portazo silencioso. Girando la cabeza,riendo, bajé por las escalerillas estrechas hasta que al llegar al portal del edificio pude identificarme con él. Me dio como un ataque de angustia prolongado,pensé en la muerte y en cómo podía alguien al lado de mí ser así sin tener ninguna enfermedad mental.

A la mañana siguiente un mundo nuevo empezaba para mí. Quede con Guanhaben para dar martillazos para enderezar la valla de separación de mi propiedad del campo. Y le conté impresionado aquella historia. Soltó una carcajada como si le importara un carajo.

- No lo concibo,es todo absurdo respondió. TÚ SIEMPRE quejándote,siempre quejándote si no de lo que te pasa,de lo que le pasa a los demás. dijo sin que entendiera por qué.

Así dando martillazos me temblaban los brazos y me rechinaban los oídos con fiebre mala, mientras él con la rocaflex cortaba entre temblores y con pocas fuerzas el borde del palo metálico me juré que no volvería a recordar esta historia. Mientras me repetía con la piel reseca bajo el sol :

"la compasión por los demás te destruirá". Dos años después en una tarde donde picaba el sol buscando un trabajo de contable en la entrada a una empresa de contaduría en el Sur y hablando con el director de contratación para conseguir el puesto del padre de Dongo como de un amigo cercano,al fin y al cabo sabía que había trabajado por la zona, me enteré que acababa de morir y no quise dejar mi currículum en el montón de curriculums que había en la mesa del despacho.


Me marché entre apartamentos desolados,sin decir nada,mirando la belleza de una limpiadora de pisos que maldecía con rencor a no sé qué compañero de trabajo.

domingo, 22 de mayo de 2016

El asesinato del Muro de Jinámar

      Uno puede vivir contra el mundo con una mujer pero no solo,debió pensar. Aunque ella le había traicionado varias veces lo había hecho por principios,y él la entendía. Él tenía todas las de ganar pero respiraba su cuerpo,notaba cómo le subía y bajaba su pecho, y quiso huir con ella para que el mundo volviera a tener un sentido humano.

 En aquel descampado árido al que había jurado no volver años atrás el comisario Sinesa entendía que da igual volver a la marginalidad. La ahulaga no olía a nada y se recordaba como un niño merodeando solo aquel descampado frente a la montaña y maldiciendo su suerte y cantando a gritos letras absurdas con las tonadillas de moda.

    Cuando la conoció llevaba una melena rubia,falda azul y la camisa gris mientras caminaba por los escombros de la playa mirando al mar.Fue algo instantáneo,como cuando se enamoran dos personas que han estado mucho tiempo solas,y fue inevitable y rápido. Supo todas las mentiras de su vida como solo ocurre en los cuentos de hadas. Había mucho dolor,y cuando mucho dolor se perdona mucho.

     Así el comisario Sinesa cuando descubrió que su amante le había engañado y que quería matarlo, no la mató¿cómo la iba a matar?sino le pidió fugarse con ella en otro plan perfecto,y dejarlo todo atrás.También a aquella mujer la habían utilizado la gente a la que ella más quería sus compañeros republicanos,espías de poca monta que querían planear absurdos planes de asesinato o de golpe de Estado.

    Tenía malos recuerdos de marginalidad y esquizofrenia en Canarias y había jurado no volver,aunque le alegraba la miseria y degradación de muchos  que le habían humillado,él seguía solo como un perro cojo temblando que merodea por un poco de comida. Así que cuando la encontró se enamoró rápidamente de su naturalidad.

Y con la misma naturalidad descubrió que planeaba asesinarle ,y en vez de matarla le propuso que huyeran juntos,dejando su posición social y su trabajo rutinario en la Brigada Político-Social. Él mismo avión en que la iban a recoger a ella podía recogerlos a ambos,aunque fuera una situación dramática ante los compañeros repúblicanos que la habían mandado a matarle.

Estaba lleno de malos recuerdos de la infancia que se perpetuaban en la ciudad tras la guerra. En las tiendas,en los restaurantes se veía la escasez y la suciedad en cada detalle.

Lo que sospechaba Sinesa es que hasta sus compañeros de la Brigada sospechaban de su soledad,de sus arrebatos de ira incomprensibles ante el procedimiento con los detenidos. Y el final cuando Sinesa llega a la bajada de la cuesta de Gando arrastrando a Patricia( a quien los muchachos de la Brigada han dejado hacer para dejar en evidencia a su superior,sin que éste entienda como han sospechado tan pronto).

Al subir el muro de Jinámar ven a los compinches con un avión a las afueras del aeródromo,respaldados por un plan torticero,mientras la pareja sube el muro,Patricia es acribillada a balazos. Sinesa se queda orientado ante la inutilidad de la muerte de una espía amateur y siente la presencia de sus propios compañeros.

 No ha sido una casualidad,ni un acto de venganza o de envidia de sus hombres hacia un superior sino la necesidad de que no se le acuse de chapuceros. Él era un símbolo desde la guerra aunque no tuviera prestigio,y solo le dejarían huir a él porque daría problemas a los rojos.

 ¿Estos eran sus compañeros?, ¿tanto le odiaban?,¿por qué matar una chica joven que no suponía ningún peligro?,¿era por simple sentido del deber?.En un último acto de ética y de rechazo a la sociedad o a su mundo y arriesgando su integridad, se tira del muro en vez del traspasarlo para apretar contra sí a su mujer,de cuyo nombre siempre dudo.

Mira hacia atrás y empiezan a pegarle tiros sin llegar a ver quién es.¿Por qué lo hizo?;¿qué deber tenía hacia aquella mujer que acababa de morir y que tanto le había querido?¿por qué la amaba tanto?. Ninguna de esas preguntas me impresionó,ni me interesó. Lo único que me llamó la atención es que el que me contó la historia no le dio importancia a ese arrebato.

¿Por qué lo hizo? ¿y por qué lo hicieron sus subordinados? nunca se supo. ¿Fue un acto de profesionalidad?,ninguno de los que lo hizo consiguió medrar ni consiguió vengarse por envidia de su jefe. Incluso cuando se hablaba de una historia de amor parecía impropia de un solitario que pasaba sus ratos libres en los barrios bajos.

 Pero las grandes anécdotas de su infancia,de cómo se había tenido que buscar la vida,o de sus aventuras como espía para los alemanes habían sido olvidadas. Iba a cumplir 37 años y tenía tanto odio,tanta impotencia de seguir viviendo al margen de la sociedad sin que nadie le devolviera los saludos en la calle.

Lo que le hizo gracia al que lo contó es que tiraron el cuerpo por el Barranco de Jinámar y fue el único que apareció en la Playa de Jinámar días después enfadando y escandalizando a los bañistas porque pensaban que era una persona torturada.  ¿Qué irónico,no?y aquel hombre renegrido se rio escupiendo el tabaco por la ventanilla,mientras conducía hacia el aeropuerto.


sábado, 30 de abril de 2016

Una condena a muerte doble.


K se estaba muriendo con las mejillas huesudas y metidas para adentro y sin poder hablar. Entonces le llevaron los libros que él había escrito a la mesilla de la cama del Hospital para Tuberculosos. Él negaba con la cabeza pero apenas podía hablar.
Ya no podía mirar a través de la ventana el parque,sin que le remordiera en medio aquella vista.Tenía el puño agarrotado como una deformación profesional y se negaba con malestar a verlo.Pero algo le decía que aquello tan odioso era inevitable,y miraba a aquellos libros como si fuera una mujer que le hubiese rechazado en el pasado y que se besara ahora con un imbécil.
¿Qué he hecho yo?¿no cumplí de alguna manera con mi deber aunque os hiciera daño?,¿por qué me los echáis en cara?Alejadlos de aquí como cucarachas no los quiero quiero vivir.
Y sin embargo les restregaban las galeradas con los párrafos sin fotos,con el olor a tinta.

En ellos había mucho desahogo de sufrimiento,no quería contagiar su sufrimiento y contagiado no quería que nadie se lo echara en cara, y él miraba a la estufa que tenía un poco de lumbre y quería deshacerse de ellos.
¿Por qué me atormentan?sé las réplicas y las contrarréplicas,¿puedo deshacerme de mi herencia?¿puedo decir que no?un no profundo,rápido,pegar tiros y enterrar rápido los cadáveres. ¿Puedo? ¿por qué no?. K desfallecía y en una tablilla le daban unas copias de lo que quería corregir. No podía escribir sobre otra cosa. Si no sobre un artista de circo,cuyo espectáculo consistía en dejarse días y días sin comer pero sin llegar a morir de inanición.
Describió el suelo de la jaula del circo donde se encontraba el artista y los espectadores de los tigres que pasaban de largo,quejándose del mal gusto de poner a un animal tan bello y orgulloso,de un espectáculo tan deprimente y feo. Quería escribir sobre otro tema pero veía las ramas de los árboles a través de su ventana y no podía.
Su hermana Ottla le leyó en voz alta uno de sus cuentos y quedó horrorizado. Ottla se reía y a veces se ponía a gritar leyéndole,y K. la miraba horrorizado como cuando de niño él se reía de ella y le tiraba de sus coletas.¡No déjame!¡No déjame en paz!.¡No dejadme!¡Sáquenme de aquí,sáquenme! ¿Por qué me haces esto si eres mi hermana favorita,por qué?

Se daba cuenta que soltaba gruñidos y balbuceos.Que apenas podía mover los brazos.Pero podía poner una mirada patética que a nadie le importaba,ni a su mejor amiga: su hermana.
¿Podía ser aquello una venganza?.¿Por qué?,sus desahogos nocturnos ahora se le volvían como una pesadilla.¿Cómo alguien había podido elogiar aquello a plena luz del día?.
Cuánta conmiseración,cuánta autodestrucción absurda. El cuento acababa con la orden por sorpresa del padre al hijo para que se tirara al río y se ahogara y el hijo obedecía fielmente,reprochándole al padre ¿por qué me haces esto si yo siempre te he querido?. Cuando acabó el cuento K tenía lágrimas en los ojos,había sido una venganza familiar de la hermana que defendía a su padre.
Cogió la tablilla temblando y garabateó ¿Me he pasado un poco?.Y la hermana Ottla que había gritado para acentuar más las partes más hirientes o patéticas respondió “¡Un pocazo!”. K. quiso volver a escribir entonces una carta a Brod donde destruyeran todos sus cuentos,y especialmente aquellos donde hubiera referencias a relaciones familiares.
Todo el argumento le parecía humillante,aunque no podía hablar hacía unos fuertes gemidos para que no leyeran ese argumento,ese absurdo tan horrendo,¿cómo podía gustarles? Era nauseabundo y más a plena luz del día. ¿Por qué me atormentan?ya me han quitado el catéter me debe quedar poco de vida?.
También esperaba a su novia D que le liberaría de aquellas lecturas y que se había ido a buscar a un nuevo médico y que tardaba dos días,¿qué había sido eso? quería su contacto, su mirada,que le diera la mano.Quizá se había ido porque no había cumplido sus promesas de permanecer en Berlín. Y quién era ese doctor húngaro tan falsamente solemne que le llamaba doctor,con los títulos de derecho que tanto odiaba y que tanto le habían amargado la vida en su puesto burocrático en la compañía de seguros.
Tras dos horas cuando llegó Brod y tras el esfuerzo de leer los garabatos,se hizo el héroe y le respondió que se iba a recuperar,y que por nada del mundo el destruiría ni una sola linea de su obra. Le pareció una canallada. Su hermana allí leyendo una obra para atormentarle ,su mejor amigo negándole una mentira piadosa en su momento final, y su novia que no estaba allí ¿quién sabe si porque se había enfadado de tantas promesas incumplidas de vivir en Berlín?.
K se quitó la almohada de la cabeza y se quedó sin fuerzas para escribir,para sacar sus  enormes fuerzas interiores para la última queja justa. Vio como un búho se colocaba en la rama de un árbol que se movía y empezaba a ulular.¿Alguien podrá defenderme para descansar de atacarme?.

Y sin embargo nadie podrá atacarme salvo yo mismo.Y solo de una cosa por la que nadie tendrá la decencia de condenarme a muerte como a un perro rañoso. de no haber sabido vivir,o sea de no haber sido feliz por los demás. Hasta mi hermana es demasiado buena para ser feliz a través de otra persona,por otra persona.
¿Por qué todos me amargan para hacerse los santos?,¿qué sentido de la justicia es esta?si quieren destruir mi obra destrúyanla pero déjenme en paz en estos momentos,quiero ver a mi padre ¿me odiara?¿dónde esta mi padre? quiero su bendición,¿no hay un alma caritativa que pueda darme la mano y mentirme un poco?.
K levantaba la mano esperando que alguien se la apretara,miraba a un lado y a otro con un gesto rápido pidiendo misericordia, pero después tenía miedo al contagio y viendo que nadie,ni su hermana se la daba ni hizo más gestos. K abría la boca pero no le salía voz.Era como si por fin la maldición que se había auto impuesto siempre se cumpliera en el momento más inoportuno.Cedió y no dijo la frase que le producía aquel gesto de angustia.
Qué maldito amor a la decencia,¿no puede haber un poco de compasión y ponerme unas flores?,¿no hay nadie con quién compartir un bello recuerdo sin que me eche nada en cara?.
Se dio cuenta que cualquier gesto de piedad le dejaba en evidencia y servía para una sonrisa malévola y cínica.

¿Qué he hecho con mi vida?allí en la compañía para ganarme un puesto en la sociedad haciendo lo que se suponía que había que hacer trabajando duro y viendo a obreros lisiados que venían humildemente, a los que muchas veces tenía que negar sus indemnizaciones ,¿por qué nadie me perdona mi obra o la destruye?,¿quiero yo piedad?,¿la quise a pesar de todo alguna vez?.¡Quemen mi obra de una vez por Dios,quemen mi obra de una vez que no quiero que nada de mí me sobreviva!.
Y de pronto,estiró el brazo,y el puño de tantos años ya no tuvo más fuerzas de apretar y dejó de hacer el gesto para escribir.