Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

sábado, 5 de noviembre de 2016

El músico Madsen y sus manuscritos.

Madsen era un compositor canario no muy sociable,que repetía que sus antepasados eran madrileños y alemanes y que él musicalmente se había educado en esta tradición musical.En realidad siempre había deseado irse,pero nunca se había atrevido y con los años las dudas de su voluntad y su talento le hicieron ceder sus sueños. Por tanto,él no era canario sino un músico medio madrileño y medio alemán aunque no supiera nada de alemán. Al principio fue muy popular, pero como era suspicaz solo mantuvo unos pocos amigos snobs melómanos que cuando vieron que no tenía talento le dieron de lado. Madsen consiguió un puesto de bibliotecario en el Conservatorio donde había que trabajar poco y catalogaba las obras de sus amigos clásicos. Una tarde haciendo una de esas horas extras que no le pagaban,se dio cuenta que uno de los manuscritos que leía era un original inédito de Albéniz: la antigúedad del papel,el tipo de escritura,todo indicaba que era un Albéniz auténtico. Se lo dijo a sus compañeros de la biblioteca con los que ya no se llevaba,y pidió una excedencia para cumplir la ilusión de su vida. Hizo varias copias que dejó guardadas en su casa temiendo que volviera a suceder la pérdida de semejante obra. Por fin iría a Madrid con una carta de presentación única,después de soñarlo tantos años: una obra inédita,perdida y original de Isaac Albéniz. Cuando allí pudo conseguir cita con un experto, pero al verle las formas afectadas y al oírle decir que era de antepasados alemanes y al enseñarle el manuscrito no se lo tomó en serio. El manuscrito debe ser una copia de un alumno de una variación de una de las últimas obras del maestro. No tenía ningún valor. Así estuvo varias semanas citándose con varias expertos. ¿Cómo iba a acabar un manuscrito de Albéniz en Canarias si no tenía discípulos allí?,¿y cómo nadie había escuchado hablar de esa obra de estilo tan diferente?. Al fina el último experto le confesó que todos pensaban que era un falsificador,un admirador ciego de Albéniz que ya mayor y creyendo que tras dedicar su vida al estudio del MAESTRO se había atrevido a falsificar un manuscrito de forma chapucera para darse una fama efímera. Lo mejor es que volviera a su tierra. Madsen destrozado se volvió inmediatamente con sus maneras afectadas y sin nadie quisiera despedirse de él.Odiaba aquel manuscrito que le había demostrado que los sueños imposibles de toda su vida iban a ser realmente imposibles para siempre. ¿Y si en cierta medida no fuera también una traición a Albéniz publicar una obra que él no quiso publicar?,aquel manuscrito le había humillado y le había dejado en ridículo delante del mundo musical de MADRID AL QUE SIEMPRE HABÍA SOÑADO PERTENECER. Madsen destruyó el manuscrito y volvió a su tierra como le habían aconsejado a los que fastidiaba.La misma tarde pensó en volver al estilo de monotonía infernal que había llevado toda su vida.Paseó por la playa solitaria,por los barrios marginales bajo el sol intenso y en cuanto llegó a su cuarto tomó un vaso de arsénico viendo cómo reflejaba la luz en el edificio verde de enfrente. Cuando se lo encontraron muerto días después tenía a su alrededor aquellos manuscritos,sus manuscritos. Los expertos los consideraron obras maestras sacadas del folclore canario. A muchos compañeros les dio pena su estilo solitario de vida,su desprecio por la chabacanería. Decidieron poner su nombre al archivo de manuscritos del Conservatorio donde había trabajado toda su vida.

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