Cuando me derrito en tus amasijos
tus brazos no quiero librar del deseo,
tiemblo paracaidista en el infierno
ante tus pechos de ángeles caídos.
¿Pero quién sería yo si el recuerdo
amargo lo dejara en los palillos?,
¿qué gasoil dejaría en los colmillos
si no pudiera rechinar tu fuego?
Nadie se libra del alivio que entierra
aunque cansado del deseo la tierra
desprecia lo que ama sin salida.
No amo el escombro en el que he muerto
¿y a quién vendo la arena del desierto
de este Paraíso robado ya sin vida?.
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