Es hundirse el doble caminar la arena
del éxodo del deseo que espera un vigía.
Y el reto en el aire hiriente de tu risa
es como un pintor que sin pintar sermonea.
Ser la bandera de la isla desierta
del punto más alto que se lleva el viento,
es mejor que mentira y el escarmiento
del que ondea falsa gloria sin respuesta.
Aquí soy saco de arpillera seco
y honrado cuento a los anónimos hombres
que sin saber por qué están ante el fuego.
Y espero callado que alguien me nombre
sin ponerme de sobras más mérito
que al que cumplió el deber sin reproche.
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