Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
sábado, 22 de noviembre de 2025
El camino de una monja.
Inmaculada entró en la institución por la puerta principal. Traía consigo una maleta vieja y una culpa tangible. Su propósito era claro: salvar su alma de la sustancia, del peso de la memoria y de una depresión que la hundía en un pozo sin fondo. Era un joven bella de piel blanca,y ojos y pelo negro.
Las reglas del lugar eran precisas. Levantarse a las 5:30. Oración a las 6:00. Desayuno: pan negro y agua. Aseo personal. Trabajo manual.
Inmaculada siguió cada instrucción. Limpiaba pisos. Pulía la cera hasta el brillo exacto. Ordenaba libros por tamaño. Sentía que cada acción la acercaba a un orden superior, a la salvación prometida. El orden la protegía. El orden la purificaba de los recuerdos de Ernesto, de sus ojos grises y de las promesas rotas que la llevaron al abismo.
La relación con las otras monjas era una coreografía de evasiones. Sor Úrsula, la encargada del dormitorio, medía con una regla la distancia entre las camas.
Nunca hablaban, solo asentían. Un asentimiento era aprobación; dos, desaprobación. Inmaculada recibía un asentimiento por la mañana y dos por la tarde. El sistema de comunicación era tan preciso como la maquinaria de un reloj roto.
Con la Superiora, la Abadesa, el trato era inexistente fuera de las audiencias formales. La Abadesa era una sombra en el extremo del pasillo, una presencia de la que emanaba un olor a naftalina y papel viejo. Hablaba a través de notas escritas en un papel de lino, con una caligrafía perfecta e impersonal.
En la ducha comunal, Inmaculada se enfrentaba a su propio cuerpo, un territorio hostil. El agua caía fría. Las duchas no tenían cortinas. Sentía las miradas oblicuas de las demás, cuerpos fantasmas que se lavaban con rapidez. Inmaculada tocaba su piel bajo el agua helada, sintiendo cada cicatriz, cada hueso, como un mapa de su vida anterior. Se decía a sí misma: "Este cuerpo no es mío. Es una posesión temporal.
Debe ser limpiado, purificado". Pero la imagen de Ernesto, de sus manos, de su tacto, regresaba. La culpa se aferraba a su piel como un sudor frío, sin importar cuánto jabón usara.
Pero el sistema no era perfecto. Encontró un libro de reglas con una página arrancada. La inquietud se instaló. Una regla incumplida por el simple hecho de desconocerla. La culpa, que había disminuido, regresó multiplicada, evocando el dolor de la última llamada de Ernesto, de su traición. Empezó a buscar la página, la regla faltante.
Su búsqueda se convirtió en obsesión. Revisó todos los libros, todos los estantes. Desorganizó el orden que tanto había cuidado.
Sus acciones, antes metódicas, se volvieron erráticas. Las otras hermanas, la miraban fijamente con un gesto serio. Señalaban su comportamiento. Su desorden. Los asentimientos de Sor Úrsula se convirtieron en un movimiento rápido y rítmico de desaprobación cada vez que pasaba.
Una tarde, mientras pulía las ventanas del pasillo superior, sintió la asfixia del lugar. El aire dentro del convento era denso, viejo. Se acercó a un ventanuco diminuto. A través del cristal polvoriento, vio la carretera. Un coche rojo pasó a gran velocidad. El sonido del motor, breve y potente, rompió el silencio monótono. Un instante después, una ráfaga de aire seco se coló por la rendija, golpeándole la cara.
El olor a asfalto caliente y libertad le quemó las fosas nasales. La vida callejera, el caos que había huido, se sintió de repente deseable, terriblemente lejano.
Ese momento, ese aire seco, fue el catalizador. Recibió una nota de la Abadesa, escrita con la misma caligrafía perfecta: "Audiencia, 16:00 horas".
En el despacho, la Abadesa era solo una forma detrás de un escritorio inmenso. "Ha roto usted el orden", decía la nota, leída en voz alta por la Superiora. "Su búsqueda ha generado desorden".
Inmaculada no se defendió. Solo preguntó por la página arrancada. La Abadesa negó con la cabeza. "No hay página arrancada. El libro está completo".
Inmaculada supo entonces que el orden era una ilusión, una mentira piadosa para ocultar el vacío de la depresión. Que la culpa no era por romper reglas, sino por buscar una lógica inexistente. La culpa la consumía. La rebeldía fue su respuesta.
Dejó de seguir las reglas. Rompió el silencio. Cantó en voz alta durante la oración. Interrumpió la comida. Las otras monjas, contaminadas por su ejemplo, empezaron a murmurar, a dudar. El orden se disolvió. Sor Úrsula ya no medía la distancia entre las camas; se sentaba en su propia cama, mirando al vacío.
La Abadesa la condenó, no a la expulsión, sino a una celda sin ventanas. Allí, Inmaculada encontró su destino. Su culpa la salvó, de una forma extraña. Se convirtió en la personificación del desorden. Y en su soledad, sintió una extraña paz, sabiendo que su caos había liberado, o condenado, a las demás.
El perro negro seguía allí, pero ya no era un pozo, sino un compañero silencioso en su nueva y absurda existencia.
Su culpa la salvó. Se convirtió en el desorden, encontrando una extraña paz en su nueva y absurda existencia. La hermana Piedad había cambiado la devoción por la rebeldía, encontrando su salvación no en la obediencia, sino en la resistencia. Sin embargo, sentía que la vergüenza no habría de sobrevivirle de tanto sufrimiento.
jueves, 20 de noviembre de 2025
Estoy en ti de lejos, de tan lejos.
Soneto I: Jesús en la cárcel ante la Cruz.
La sombra que proyecta la ventana
no es más que un breve indicio de tu paso;
el sol que se levanta a cada ocaso
te dice que tu vida no es lejana.
No valen las promesas ni la historia
que escriben otros con solemne mano;
tu ser es un instante, luz y vano,
perdido en la inmensidad sin memoria.
El mármol que labraron con esmero
será también arena, polvo, olvido;
tu nombre, por el tiempo consumido,
se pierde en el silencio del sendero.
Tu esencia es el momento que se ha ido;
tu herencia, nada más que un mero cero.
Soneto II. LA MUERTE DE GIORDANO BRUNO.
El muro que tus ojos ahora miran
no es piedra inerte, sino el cruel destino;
tu senda es un amargo desatino
que las horas fugaces te conspiran.
Los versos que en el libro se quedaron
no calman el temor que te persigue;
ninguna voz que al alma te fatigue
te salva del final que te depararon.
Ni el sabio que dictó la ley severa,
ni el héroe que cayó bajo la espada,
te libra de esta carga despiadada,
de ser un soplo en la fatal hoguera.
La vida es un reloj que no se frena;
tu suerte es un tic tac más, fuego y plena.
Un terrible adiós, que queda en nada.
Tu adiós, que quema la pasión hiriente,
es glaciar que se quiebra al atardecer;
fuego que gotea mi cuerpo sin querer,
y gélido dolor que no se siente.
Cansa un camino al aire que se ausenta,
un lento deshielo en el que me veo,
donde el calor de nuestro amor me afeo
en lágrimas heladas y que aprieta.
Soy tu montaña que en el hielo agoniza,
abrumado por un frío que no cesa,
estoy arena en ti lejos te piso presa
ya solo y sin entrar en tu ceniza.
Se derrite aquel glaciar de tus besos
¿habrá algo si no tengo tus recuerdos?
miércoles, 12 de noviembre de 2025
La renuncia.
ACABABA de abortar y se sentía sola, pero quería estar aislada ajena a la gente feliz y hablar de temas trascendentales.
Cuando llegó allí la superiora empezó a llevarla le contraria sin venir a cuento, se sentía falta de cariño, inestable y muy decaída. Por un acto menor, le exigieron que tenía que pedir disculpas a la hermana que más le había humillado y llevado la contraria en público. Estaba cansada de todo, demacrada de tanto dolor, pero de pronto había cogido fuerzas para ser libre.
Se puso a leer la biblia en una celda de la biblioteca para todas las hermanas, y se puso a fumar como un signo de rebeldía y le hizo una peineta a una bibliotecaria que se acercaba para llamarle la atención a grito pelado otra vez. Se levantó y se fue, exigió que le abrieran esa puerta del Monasterio que rechinaba de forma impactante.
-A mí no me volvéis a pisotear más. Soy libre. Era libre sí libre sin que nadie pudiera humillarle más. Y se fue cansada con su hábito por la calle empedrada.
Ella había pagado su culpa aunque no se sintiera culpable ni fuera a la persona a la que hizo daño.
martes, 11 de noviembre de 2025
Sonido de guitarra.
Había planeado mi Camino de Santiago durante meses. Me había aprovisionado de todo el equipo "esencial", incluyendo un par de calcetines técnicos de senderismo de última generación. Estaba haciendo el Camino Francés, y todo iba bien hasta el tercer día, en una etapa particularmente larga y calurosa.
A mitad de camino, sentí la temida punzada: una ampolla empezaba a formarse en mi talón. Intenté ignorarla, pero para cuando llegué al albergue esa noche, cojeaba visiblemente. Era una ampolla de proporciones épicas, y al día siguiente me esperaban 25 kilómetros más. Estaba desolado, pensando que mi aventura terminaba allí.
Mientras estaba sentado en el porche del albergue, sobándome el pie dolorido, un hombre mayor, de unos sesenta años, se sentó a mi lado. Tenía una barba canosa y una mirada tranquila, y llevaba una vieira en su mochila. Sin decir palabra, me miró el pie, sonrió, y desapareció dentro del albergue.
Unos minutos después, regresó con un pequeño paquete envuelto en un pañuelo de tela. Me lo tendió. Dentro había un par de calcetines de lana gruesa, de los de "toda la vida", de esos que mi abuela me diría que picaban. El hombre, que resultó ser un peregrino alemán que llevaba semanas en la ruta, me dijo en un español lento pero claro: "Técnica moderna buena... pero lana de abuela, mejor para ampollas".
Me reí, un poco escéptico, pero me puse los calcetines. Al día siguiente, para mi absoluta sorpresa, no solo no me dolía el pie, sino que la ampolla había mejorado milagrosamente. Esos calcetines de lana, anticuados y picantes, se convirtieron en mi amuleto para el resto del camino.
La amabilidad de un extraño que me dio sus calcetines (que olían un poco, por cierto, como es tradición en el camino) salvó mi peregrinación y me recordó que, a veces, las soluciones más simples son las que funcionan mejor.
lunes, 10 de noviembre de 2025
NO CULPES AL DESAMOR DESPUÉS.
Soneto I.
No culpo al desierto sin espejismo, (A)
luchamos por un sueño que fue incierto, (B)
el corazón quedó yermo, desierto, (B)
sigue tu vuelo libre, peregrino. (A)
No sufras por mi pena, por mi sino, (C)
disfruté al salir el laberinto de sal, (D)
Espejo que cegaba, roto de cristal,
con su brillo disfruté mi camino.
El ángel al que elevo este lazo, (E)
que encuentres la fortuna en otro abrazo, (F)
la ola a la costa y ni ansia volver ya. (E)
Déjame en la orilla oscura, solo un tajo, (F)
que no te profane más este brazo, (F)
y halles tu paz libre sangrado el puñal. (E)
Soneto II.
Te odio te amo y te vas a esto no hay cura, (A)
cansa caminar sobre la ceniza; (B)
no hay cueva y el precipicio se desliza (B)
bajo el manto cruel de blanca luna. (A)
No quiero otra promesa llena de mentira, (C)
tu vida avanza libre, pura, ausente; (D)
yo que tantos hombres fui entre dientes
nunca fui el que te abrazó con ira.
Que el tiempo de mi herida te sonría, (E)
tu camino es ahora, no ya el mío, (F)
la luz del nuevo sol sea solo mía. (E)
Vete, que no te alcance mi vacío, (F)
déjame en la orilla oscura, y que el río (F)
de tu vida fluya sin culpa un día. (E)
Soneto III. El barco busca arder para no ser hundido, hasta que se destruye del todo hasta hundirse.
El alba ya no es alba si te vas, (A)
batallé porque el barco no se hunda; (B)
su casco ardía y el fuego me inunda, (B)
buscando un rumbo incierto, incierta paz. (A)
Si tu destino es otro, no lo atrases, (C)
mi vela ahora solo se agoniza, (D)
el mascarón de proa no me avisa, (D)
que mi lucha solo causa males. (C)
Cansado, ya no temo a los abismos, (E)
decido hundirme en mis propios sismos, (F)
dejando que el mar me trague entero. (E)
El timón lo abandono y suelto el trazo, (F)
para no sufrir más, rompo este lazo, (F)
y que el silencio me lleve al cero. (E)
Me quedo en la orilla, sin tu rastro,
contemplando un futuro ya sin astro,
tu ausencia es mi condena, mi quebranto.
Vete, que mi dolor solo tú lo sabes,
para no sufrir más, rompe estas llaves,
y que el silencio seque pronto el llanto.
Soneto IV. SONETOS A LO YERAY RODRÍGUEZ.
Me salvó de la noche y GAS QUE INUNDA,
un hombre que creí mi hueco amigo,
hallé en el frío un piojoso abrigo,
donde el bello alba da aire y no vislumbra.
Un monstruo hallé en la sombra que me alumbra,
su pan amable es solo un castigo,
y el horror del gracias es por testigo,
en la culpa atroz que me deslumbra.
Canibal de mis hijos no lo asumo,
pues vi en sus ojos mi propia culpa,
mi salvación fue mi propia injuria.
La rabia que me salvó es mi consumo,
la noche entera es mi odiosa disculpa,
y aplaude al asesino en mi curia.
Soneto V. EL AMOR CANIBAL INTENTA SALVAR LO QUE HAS DESTRUIDO.
Su mano me sacó del foso ciego,
salvado por un ser de faz oculta,
mi trono hueco ahora se sepulta,
ver que el desierto fue un triste juego.
Extinguirme pa nacer en mi fuego,
la sombra de su piel me resulta
un espejo, una imagen que me insulta,
NACÍ EN la muerte que al fuego ruego.
Me culpo por el hambre que sentía,
por el sabor amargo de la gente,
FUMAS la pena adicto que merezco.
La bestia que me mira ya es la mía,
un monstruo que me salva falsamente,
de este infierno atroz que yo padezco.
Soneto VI.
Te amo entre mentiras y no te engaño, (A)
viendo el mar a través del hueco engaña, (B)
mi amor es un espejo sin campaña, (B)
piraña oculta en gesto extraño. (A)
No te daré un saber que te haga daño,
el caníbal que sin vida no es nada,
mi vida, una existencia ya manchada,
un trono sin sangre se vuelve estaño.
La salvación fue un pacto con la nada,
la fosa de mar queda condenada,
viviendo este horror que traje enfermo paz.
El reflejo es la mentira que me encubre, (F)
como escondido sin quien le ofusque, (F)
en la gruta ama a impulsos la luz del mar. (E)
jueves, 6 de noviembre de 2025
Los tres largos periplos bajo la lluvia.
Don Elías se sentía extraño en su diminuto apartamento en el piso catorce, un pequeño islote de silencio en el vasto mar de cemento y cristal que era Nueva York. Afuera, los rascacielos se alzaban como gigantes indiferentes sin ojos, sus ventanas miles de ojos que atestiguaban una vida que él no compartía. El ruido de la ciudad —un eco constante de sirenas, bocinas y el murmullo de millones de vidas ajenas— era un recordatorio perpetuo de su soledad. Era una ciudad que corría, y él, un hombre de setenta años, solo sabía caminar.
En ese universo de prisa y anonimato, su única ancla era Tobi, un beagle de orejas caídas y mirada leal. Tobi era el latido de su hogar, la única voz que no le recordaba lo solo que estaba. Una tarde gris, cuando la lluvia comenzaba a caer, Elías cogió el viejo paraguas negro, no para protegerse a sí mismo de la tormenta que venía, sino para proteger la única parte de su mundo que le daba sentido.
Era un hombre de setenta años con un bigote gris y ojos amables, no tenía hijos. Pero tenía a Tobi, un beagle tricolor que había adoptado de un refugio hacía cinco años. Tobi era su compañero, su confidente y, en los silencios de su casa, su familia.
Una tarde de otoño, un aguacero inesperado cayó sobre la ciudad. Elías miró por la ventana y vio a Tobi inquieto junto a la puerta, ansioso por su paseo vespertino. Elías sonrió, cogió el viejo paraguas negro con mango de madera, un objeto que rara vez usaba.
Salieron a la calle. Las gotas golpeaban el asfalto y rebotaban. Con un gesto instintivo que le salía del corazón, Elías abrió el paraguas y lo inclinó, no sobre su propia cabeza, sino sobre Tobi.
Mientras caminaban bajo la lluvia, Elías no podía evitar sentirse paternal. "No te vayas a mojar, hijo", murmuró, ajustando el ángulo del paraguas para que ni una sola gota tocara el lomo de Tobi.
En ese simple acto, el paraguas se convirtió en un escudo paternal, mientras él se mojaba, y aunque estaba disfrutando deseaba llegar pronto a casa.
En su mente, ese simple acto de proteger a Tobi del clima evocaba una paternidad que nunca había experimentado de primera mano. Imaginaba que así se sentiría un padre protegiendo a su hijo de los problemas del mundo, de las caídas, de las decepciones. El paraguas era un escudo, un símbolo de su amor y su deseo de que Tobi estuviera siempre seguro.
Tobi, ajeno a las profundidades de los pensamientos de Elías, simplemente disfrutaba de la caminata. Olfateaba el aire húmedo, movía la cola y se detenía a investigar cada bache y cada árbol, siempre bajo la atenta y protectora sombra del paraguas inclinado.
Llegaron al parque, ahora casi vacío por la lluvia. Elías encontró un banco bajo el techado de un quiosco. Se sentaron juntos. Elías se secó una gota de agua de la frente, mientras que Tobi, perfectamente seco, se acurrucó a sus pies.
"Eres un buen chico, el mejor", le dijo Elías, acariciando suavemente la cabeza de Tobi. Supervivencia, se sintió el hombre más rico de Manhattan, no por el dinero, ni por el visón, ni siquiera por el panecillo con el que todavía batallaba, sino por el recuerdo de una risa que sonaba a campanas de pueblo y el sabor de la mostaza en Coney Island, una historia que ni todo el arte abstracto del mundo podría superar, aunque vivía a las afueras en un piso pequeño. Sus paseos acababan siempre en el Hotel GALLIVANT donde suspiraba daba un rodeo y se volvía.
No importaba que la vida no le hubiera dado un hijo humano. En Tobi, en ese pequeño ser que dependía de él para sus paseos, su comida y su protección, había encontrado una forma de paternidad que llenaba su corazón por completo.
La lluvia amainó. El sol de la tarde comenzó a abrirse paso entre las nubes, proyectando un arcoíris tenue en el horizonte. Elías cerró el paraguas.
"Hora de volver a casa, hijo", dijo con una sonrisa.
De regreso, caminaron sin el paraguas, bajo un cielo que prometía un mejor día mañana. Elías, el hombre de setenta años y su "hijo" peludo, se dirigieron a casa con una sensación de plenitud y felicidad, sabiendo que, a pesar de todo, eran la familia perfecta.
Catorce horas después don Elías, un hombre con más arrugas que un mapa del metro de Nueva York, se sentaba cada mañana en el mismo banco del Central Park, cerca de la fuente de Bethesda. Su gabardina color camello, que había conocido mejores épocas, le daba un aire de detective retirado o de vagabundo con estilo. Observaba el bullicio de la Gran Manzana con la misma mezcla de asombro y desdén con la que, en su juventud, había observado un partido de béisbol sin entender las reglas.
El dramatismo de su vida, según él, residía en el hecho de que su pensión no le daba ni para un café con leche decente en Manhattan. "¡Es un atraco a mano armada, señorita!", le decía a una paloma particularmente atrevida. "En mis tiempos, con lo que pago por este panecillo seco, comprábamos medio pueblo, ¡y con derecho a pernada!".
Pero hoy, Don Elías estaba de buen humor. Había ligado, a su manera. Se había topado con una anciana con un abrigo de visón que le había sonreído. "Eso es porque tengo labia, paloma", se jactaba.
Y esa labia era la misma que le había servido para conquistar a su difunta esposa, Doña Carmen, décadas atrás. Recordó la anécdota, una mezcla de farsa y destino:
"Era 1968, paloma. Yo era un joven con el pelo alborotado y un traje de segunda mano, recién aterrizado en esta jungla de asfalto. Estaba en una fiesta donde todos hablaban de arte abstracto y de la guerra de Vietnam. Yo solo pensaba en la tortilla de patatas de mi madre. En eso, la vi. Doña Carmen. Una morenaza con unos ojos que harían que la Estatua de la Libertad se pusiera celosa. Se me acercó, con esa confianza que solo tienen las neoyorquinas, y me preguntó si yo era un artista conceptual.
'No, señora', le dije, 'soy un artista de la supervivencia'.
Ella se rio. Una risa que sonaba como las campanas de una iglesia en un pueblo tranquilo. Me preguntó de dónde venía. Le hablé de mi pueblo, de las cabras, del sol... y entonces, el momento dramático. Se me atascó un cacahuete en la garganta. Empecé a toser como un poseso. Mis ojos se inyectaron en sangre. Pensé que mi aventura americana acabaría allí mismo, asfixiado por un fruto seco en una fiesta pija.
Pero Doña Carmen, que no era solo una cara bonita, me dio la maniobra de Heimlich con tal fuerza que me sacó el cacahuete y el alma del cuerpo. El cacahuete salió disparado y le dio de lleno a un tipo que estaba pontificando sobre la ausencia del ser en una escultura de alambre. El tipo se desmayó, y Carmen y yo nos echamos a reír a carcajadas.
Ahí supe que era la mujer de mi vida. Me salvó, me hizo reír y, de paso, calló a un pedante. Al día siguiente, la invité a un perrito caliente en Coney Island. El resto es historia, paloma, historia con sabor a mostaza y chucrut".
Don Elías dio un mordisco a su panecillo seco, una sonrisa nostálgica en sus labios. El sol de Nueva York calentaba su gabardina, y por un momento, el viejo Don Elías, el profeta de la supervivencia urbana, no cambió el calor de ese recuerdo por todo el oro del mundo.
Doce horas después el despertar de la siesta de Don Elías al anochecer no era el fin del sueño, sino el recuerdo de su mujer un recuerdo absurdo y opresivo. En su apartamento del piso catorce, una celda sin barrotes pero con una sensación de confinamiento omnipresente, la vida se había reducido a rituales incomprensibles calentarse lacomida en el microondas, ducharse sin ganas, ordenar la ropa, dejarla tirada sobre un mueble y cuando ya se notaba que olía bajar a lavandería del edificio a lavarla. La ciudad de Nueva York, con sus rascacielos que se elevaban como agujas de una máquina de coser cósmica, era como una comisaría hostil y laberíntica que lo observaba.
Tobi, su perro, no era simplemente una mascota, sino el único miembro de su comité de vigilancia personal, el único ser cuya presencia no resultaba amenazadora.
La tarde en que la lluvia comenzó a caer, el acto de salir a pasear se sintió como un juicio inevitable. Don Elías sabía que el simple hecho de caminar por la acera requería un permiso tácito de la autoridad invisible que gobernaba la metrópolis. Cogió el paraguas, un objeto que le parecía de una complejidad inexplicable, con su mecanismo de apertura que siempre desafiaba la lógica.
Afuera, la lluvia no era agua, sino una especie de polvo gris y persistente, una manifestación más de la burocracia climática de la ciudad. Elías abrió el paraguas y, en un acto de devoción absurda, lo inclinó sobre Tobi.
"No puedes mojarte", susurró al perro, como si la humedad fuera una infracción grave del reglamento municipal.
Para Elías, Tobi era su responsabilidad, su única posesión que no podía ser confiscada por alguna normativa ininteligible. El paraguas no era un refugio contra la lluvia, sino una declaración, una protesta silenciosa contra la indiferencia del universo. Era un intento fútil de imponer orden en un mundo donde el sentido común había sido revocado.
Caminaban por las calles, dos siluetas bajo un dosel negro, una anomalía en una ciudad que solo entendía de líneas rectas y propósitos inescrutables. La gente pasaba a su lado sin verlos, como si hubieran obtenido un permiso especial para ser invisibles. Elías sentía la presión del paraguas en su mano, la única evidencia tangible de su existencia.
Cuando regresaron a su apartamento, ambos secos, Don Elías cerró el paraguas con un suspiro de alivio. Recordó como una vez la había abrazado apretándola, ahora todo le parecía un pequeño infierno, le picaba la espalda. Habían superado otro juicio, otro paseo sin incidentes, otra pequeña victoria contra la maquinaria del absurdo. Tobi lo miró con ojos leales y Elías sintió que, en ese pequeño gesto, en esa protección entre compinches y dedicada, había un destello de humanidad, un pequeño triunfo en el centro de la pesadilla neoyorquina.
Un padre que condena a su hijo.
El paraguas era grande, de un azul marino casi negro, lo único que nos separaba de la llovizna fina y persistente de la tarde. Él, a mi lado, tiritaba ligeramente, aunque no de frío, sino de una ansiedad silenciosa. No podía hablar, ni gritar, ni siquiera preguntar adónde íbamos. Solo podía mirar con esos ojos grandes y oscuros que me observaban con una mezcla de confusión y, lo que más me pesaba, confianza.
Apreté el paso. El andén de la estación estaba desierto, iluminado por farolas que apenas perforaban la neblina. El billete en mi bolsillo se sentía como un trozo de hielo.
Sé lo que estoy haciendo. Sé adónde lleva el tren que estamos a punto de abordar. Es un tren hacia un destino final, sin retorno.
Me justifico, una vez más, mientras el sonido metálico de mis pasos resuena en el cemento húmedo. Me digo que las órdenes son las órdenes. Me digo que él es parte de "ellos", que ha tenido su oportunidad en este mundo y que su expediente, aunque breve, tiene las marcas que lo condenan.
Pero no se ha portado mal conmigo. Durante estas últimas semanas, no ha hecho más que seguirme, sentarse mansamente a mis pies, aceptar la comida y el agua que le he dado. Incluso me lamió la mano una mañana, cuando desperté con la pesadilla habitual.
Me paro un momento, ajustando el paraguas sobre su cabeza para que no se moje más. Sus ojos, grandes y fijos, se mueven con un ligero temblor.
"Lo siento", susurro, aunque sé que no entiende el significado de las palabras, solo el tono suave.
Estoy cansado. Cansado de las justificaciones, cansado de esta guerra entre nosotros que estallaba con cualquier tontería, cansado de esta llovizna eterna.
Me perdono. Es lo que hay que hacer para seguir adelante. Me perdono porque si no lo hago, el peso me hundirá antes de llegar a la vía. Me perdono porque soy humano y esto es un deber. Al fin y al cabo la culpa es tuya, el que te quieres ir eres tú.
El silbato del tren suena a lo lejos, un aullido lúgubre en la tarde gris. El tren llega, una bestia oscura resoplando vapor. Miro hacia abajo a mi compañero silencioso.
—Vamos —digo, empujándolo suavemente hacia el vagón abierto.
Subimos los escalones. El paraguas lo cierro con un chasquido seco. El destino nos espera a ambos, aunque solo uno de nosotros sabe cuál es.
martes, 4 de noviembre de 2025
Romance de Fines el Memorioso Ciego.
Y se va, y se va, y se va con él. Y se va, y se va, y se va con él.
En mi pupila, de Funes,
tu silueta se derrama.
¿Qué será de mí si
ya tras el sol no hay nada?
Luna de reflejos fríos,
plata en la chatarra inerte.
En mis ojos, lágrimas rayan,
detallados hasta la muerte.
Te nombro, como si estuvieras,
con la sed de quien se vierte,
mientras mi alma es salitre y óxido
que mi mente jamás advierte.
Yo te recuerdo, sano,
con la sal que el mar derrama,
mientras mi alma es chatarra seca
que el olvido no amamanta.
Ireneo (Funes) canta:
¡Ay de mí, que soy archivo
de cien mil atardeceres!
Cada hoja, cada salitre,
cada uno de tus quereres
que a mi memoria vinieron
sin poder ser abstractos seres.
Tú, que amas como quien olvida,
con el goce de lo efímero,
me dejas el alma herida
con este don que es un yermo.
Eres luz de mediodía,
yo, ciego de tanto verme;
mis ojos, aunque abiertos,
solo saben retenerte.
El Amado Sano responde (con la voz del Ciego que se da cuenta):
Yo te miraba, Funes,
con mi ceguera de amor,
creyendo que mi desprecio
era un simple error.
Pero veo la desesperación
en tus ojos de cristal:
Tu amor es un vaciadero
de basuras de metal,
chatarra seca, salitre puro,
que no puedes generalizar.
Ireneo (Funes) finaliza:
Mi amor no es un concepto,
chatarra del mar, la herida,
es la forma exacta del óxido
que a tu piel se pega y anida.
Soy el hombre que no olvida,
y mi pena es de bronce antiguo,
mientras tú, sano y libre,
vives en el dulce olvido.
jueves, 30 de octubre de 2025
Ajedrez de los recuerdos del pasado.
Mientras estudiaba para mi TFG sobre Borges.
El ESPEJO es olvido es la victoria
de un rostro que se aleja en el cristal.
Amé tu voz, tu nombre, tu historial
y ahora solo queda una vana gloria.
El laberinto de las horas perdidas
encierra un eco y un jardín borrado.
Somos la sombra de un eco soñado,
dos almas en las quejas detenidas.
Mas la mañana vuelve con su empeño,
el mismo rito, el mismo desencanto,
y un tenue sol repite su presagio.
En el tablero gris, el viejo dueño
mueve sus fichas, sin temor ni llanto.
Hay que seguir, viendo que es un naufragio.
El soldado entusiasta que huye de la matanza.
Recuérdame por como te amé,
el moribundo grita sin esperanza,
sueña las olas en la noche
aunque está vacía la playa.
Como el grito de dolor que no grita,
el fantasma de lo que no fue.
Tu gesto de una esfinge que condena,
qué fue de tu piel.
Y te veo con el pequeño de tu mano,
con el ansia de una rabieta infantil,
y me desgarro entre vidrios rotos
lo que pudo haber sido en mí.
No volverán ni el silencio ni el desprecio
que a tu paso derramó mi dolor,
pero ya mi corazón, de su profundo sueño,
no despertará, ni tendrá razón.
Porque tú, que fuiste un sueño de mi vida,
me odio como el polvo olvidado
de lo que nada significa,
soy el fantasma de un amor frustrado.
Y así, mientras tu hijo juega y ríe,
grito de lengua extraña de dolor,
y mi verso, como un soldado que huye,
de una victoria que ya no tiene honor.
El río que se desbordó.
El mundo era un monstruo con mil espaldas y mil gestos de indiferente y asco que escupían desprecio a los pies de . Así lo veía él, al menos. Cada día, la oficina, el metro, la calle, todo era un campo de batalla de miradas que juzgaban, risas que se escondían a sus espaldas y rechazos implícitos en cada gesto. Los demás no lo entendían; no veían su sensibilidad, su timidez, su miedo. En cambio, interpretaban su torpeza social como arrogancia, su silencio como desdén, su retraimiento como hostilidad. "Qué tipo tan desagradable", murmuraban. " Es un vago, un inútil, que se cree mejor que los demás".
Y Anselmo cerraba el puño y giraba el rostro, escuchando los ecos de esos juicios, se convencía de que tenía que endurecerse, de que debía responder a la crueldad con una crueldad más grande, o al menos con una barrera impenetrable.
La transformación no fue de un día para otro. Empezó con una postura más encorvada, con los hombros anchos y las manos que se cerraban en puños en los bolsillos. Su ceño, antes fruncido por la preocupación, se hizo permanente, como el de un gorila desafiante. Dejó de hablar, o al menos dejó de intentar que lo entendieran. Sus palabras se convirtieron en gruñidos, en monosílabos ásperos que hacían que la gente se alejara aún más. Anselmo no se daba cuenta, pero su reflejo ya no era el de un hombre frágil; era el de una bestia.
Una mañana, se miró al espejo y el reflejo se lo devolvió en toda su grotesca gloria. Ya no había un Anselmo, solo un gorila con un traje de tweed demasiado ajustado. Los vellos le cubrían las manos, el rostro se le había ensanchado y su mirada era una mezcla de furia y profunda tristeza.
El terror lo paralizó un instante, pero pronto lo reemplazó una extraña sensación de poder. Ahora, la gente sí se apartaba, pero ya no por su supuesta arrogancia, sino por un miedo primario, innegable. La crueldad que percibía en el mundo, ahora se la devolvía con creces, sin siquiera abrir la boca. Su transformación, que pensó era una defensa, era en realidad un arma. Se adentró en la selva urbana, su cuerpo de gorila moviéndose con una pesadez inusual entre el tráfico y los peatones. El miedo que inspiraba le trajo una breve y vacía satisfacción. Arremetía contra los coches que le pitaban, rompía los escaparates que le devolvían su monstruoso reflejo. Era un gorila salvaje en un mundo civilizado, y la gente le temía como se teme a lo incontrolable.
Pero la furia, como toda emoción extrema, es agotadora. La brutalidad no le trajo la paz que esperaba, solo un cansancio insondable. Las miradas de miedo de la gente ya no le hacían sentir poderoso, sino solo. La soledad, que siempre había sido su compañera, se hizo aún más profunda, un abismo oscuro que lo consumía por completo. Se dio cuenta de que no había logrado nada, que la crueldad del mundo no había disminuido, solo había encontrado en él un nuevo eco. Se había convertido en lo que más detestaba.
Encontró un zoológico en las afueras de la ciudad.
El olor a tierra, a vegetación, a la piel de otros animales, le resultó extrañamente reconfortante. Escaló la valla, su cuerpo de gorila sorprendentemente ágil, y se adentró en el recinto de los primates. Los gorilas de verdad lo miraron con curiosidad al principio, luego con una aceptación silenciosa. Anselmo se acurrucó en un rincón, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una extraña paz. Ya no era el hombre despreciado, ni la bestia que infundía miedo. Era, simplemente, un gorila entre gorilas, una malinterpretación que, por fin, había encontrado su lugar en el mundo. La soledad no desapareció por completo, pero ahora era una soledad compartida, una parte natural de la vida en la selva, incluso en una selva de cemento.
El Mesías frustrado del metro.
La odiaba, sentía nostalgia de echarle cosas en cara, de ser cómplice con Natalia,pero sin duda la quería.
El hombre concreto, Nasrettin Hoca, había vivido siempre en una geografía de números y hechos, una calle de caras conocidas con la bruma de las metáforas. Su mundo era una tabla periódica, un plano de una ciudad, un inventario de existencias. Odiaba los verbos irregulares del alma de sus subalternos, la sintaxis ilógica de sus amigos, el caos de las emociones. Su mente era una biblioteca ordenada donde cada libro era una verdad única y sólida. Las páginas en blanco de los sueños le parecían una aberración, pero recordaba las hogueras de una playa a lo lejos.
Una mañana, sin preámbulos oníricos ni la mediación de un espejo, el rigor de sus huesos se disolvió en una agilidad simiesca. Se vio las manos, ahora poderosas y peludas, y se reconoció en ellas. El hombre que se sabía a sí mismo como un teorema, ahora era un chimpancé, una bestia concreta pero sin la abstracción del lenguaje. La metamorfosis fue un castigo irónico del azar, que le dio el cuerpo de lo que él consideraba lo más básico e instintivo, sin permitirle escapar de su mente cartesiana. Su rabia se multiplicó, un laberinto de odio sin salida. Sus subordinados le parecían caricaturas de sí mismos, sus amigos, fantasmas de una vida que nunca había sido real. El primate en que se había convertido, habitado por la frustración de un alma geométrica, ya no podía soportar el peso de un universo sin lógica.
Sabía que tenía que ir a su trabajo, que cumplir con su deber pero necesitaba huir, huir desesperadamente.Se arrepentía tanto de su pasado.
Cansado, agotado, el chimpancé Nasrettin divisó una hoguera en un claro, una promesa ígnea de disolución y olvido. Se arrojó a las llamas, buscando el último acto de su existencia sin sentido. La madera crujió, las chispas volaron, pero el fuego no lo consumió. No sentía calor, pero sentía un odio que lo inundaba todo sobre él. Las llamas eran de cartón. Se dio cuenta de que no ardía porque aquella hoguera no era más que el sueño inamovible de otro hombre, un soñador que la había concebido con tal fervor que se había convertido en una realidad impalpable, un fuego que existía, pero no quemaba, una paradoja metafísica.
Nasrettin Hoca, el hombre que odiaba la incertidumbre, había sido atrapado por la ficción de un desconocido. El chimpancé permaneció allí, sin arder, en el centro de una hoguera de sueños, porque él había sido el sueño convencido de un hombre, de una mujer, de un misterio.
Cuando despertó seguía allí en el hospital, después de haberse caído en los raíles del tren.
viernes, 24 de octubre de 2025
¿Qué es la literatura? ¿Aún no la conoces?
Literatura es un bebé al que le quitas el traje y estira los brazos y empieza a dar patadas mientras sonríe, porque no puede evitarlo porque si no revienta, y el hombre que crea miles de robots y de inteligencia artificial que van a destruirlo porque si no revienta, porque no puede evitarlo.
Ve a un rascacielos o una montaña e intenta tocar por encima la piedra donde están los jerogríficos escritos por un escriba con un mazo sobre la piedra en una completa soledad antes de morir enterrado en arena con el faraón, en una lengua medio secreta que solo conocían otros escribas cultos que habían estudiado para intentar entenderle a través del tiempo.
Explicar el abuso del gobernante,como le mandaban a callar, cómo se sentía agotado para defenderse y se tenía necesidad de expresarse sin que se rieran de él, o le mandaran a callar o lo humillaran cambiando de argumentos.
O el tripulante del submarino postsoviético escribiendo en sus ratos libres para dejar constancia de lo que estaba viviendo dentro del submarino antes de que un absurdo accidente le hiciera sentir impotente y se hundiera el submarino.
Toca la piedra, sal a la calle frente al sol, con la gente que camina rápido por la calle,o la cruza sin mirar bien, como hablan atropelladamente, cómo sientes el sol por las venas. Eso, es, literatura.
lunes, 20 de octubre de 2025
La foto de los dos bebés.
La vida está llena de historias extraordinarias.
Cuando vi cómo él miraba la foto con los dos bebés lo descubrí todo, aunque era tan orgulloso y egoísta que nunca reconocería su culpa ni me pediría perdón. Quiso prestarme su casa por tiempo indefinido al lado de la suya, sin aparente motivo, pero después descubrí que tenía cáncer,que no le debía quedar mucho, quería a alguien optimista y sensato que supiera de medicina. Al principio le dije que no, pero después acepté.
Yo estudié con su hija El3na en la Uni, era hermosísima y estuve enamorado de ella. Un día se acercó a mí diciendo que había conocido a alguien por Internet y que venía a mí para que lo detuviera porque ir allí era una auténtica locura, porque en Senegal hay muchas estafas y era un país peligroso. "- Tú vienes a mí para llevarme la contraria, lo mejor es que vayas, si no te arrepentirás toda tu vida, no estudias, no trabajas, no te centras. Vete. Intenta que no te estafé y que no sea una trama de prostitución o alguna historia rara. Pero vete, no hoy ni mañana, pero dentro de unos cuantos años te arrepentirás y me odiarás y no quiero eso. Cumple tu sueño.
Lo hizo, y lo más increíble es que salió bien. El muchacho se llamaba Uri, y en aquella relación la que parecía enamorada de verdad fue ella, no él. Después se fueron a vivir a Melbourne. Pero ahora él que guardaba rencor era yo,al padre de ella que siempre nos había despreciado, le había inculcado su amor de voluntario por el África Subsahariana y ahora que se estaba muriendo de alguna manera me pedía ayuda, sin decirlo.
Dos años después viendo FACEBOOK, vi a El3na gordísima con un bebé negro en una mochila, ya no quedaba casinada de la bella El3na y estaba divorciada.
Por un lado, sentía rencor hacia aquel padre cabrón y egoísta, pero no podía dejarlo abandonado, estaba deseando que se acabara todo de una vez, porque no me atrevía a echarle en cara nada, ni abandonarlo.
Un día le enseñó la foto como echándoselo en cara, me comentó que lo sabía. Al día siguiente apareció muerto en su cama con la foto apretada en su mano. Organicé su funeral, al que no fue nadie salvo un grupo de escritores aficionados, ni siquiera su hija a la que avisé. Todos ellos habían vivido como escritores, se habían sacrificado, habían sufrido inútilmente lo indecible, pero nunca habían publicado un puto libro.
La foto que puse en su funeral fue la foto de su nieto saludando a otro bebé. Ordené la incineración y ofrecí sus novelas y relatos a los editores allí presentes como nadie los quiso los tiré a la basura. Yo también sé hacer bromas -me dije. Y me fui sin mirar atrás.
lunes, 13 de octubre de 2025
El caballo ambigüo.
Tras la guerra se creo una dictadura y ésta hizo un concurso: que el niño de cada familia reconozca por la pata a su caballo tras una tabla de madera. Diferentes niños hambrientos se pusieron de acuerdo para que fuera cualquiera el caballo elegido admitirían que era el suyo. Damián con el dinero volvió feliz a casa, y se dio cuenta que había otros niños que perdían a posta para deshacerse de su caballo enfermo. El padre al enterarse de noche a escondidas intentó matarlo. Pensó: mañana tendré que juzgarme, soy el verdugo, o voy a la cárcel o me condenarán para dejar de ser verdugo. Pero en cuanto apareció su hijo aflojó su cuello.
De pronto, un policía llamó a la puerta. Al abrirles informaron que un chivato había delatado del fraude al Estado y que la pena era de condena de muerte. Sin embargo, el caballo se agitó y les dijo: yo siempre he pertenecido a esta familia. Desde entonces el caballo se convirtió en un cómplice más.
martes, 7 de octubre de 2025
LA HIJA DEL PADRE.
En el año XXX Fiodor escribía una carta a su hija recién nacida en un submarino nuclear destartalado Kursk que seguía de maniobras. En la Rusia postsoviética no había dinero para renovar submarinos y jubilarlo y quedarse sin ese submarino era una afrenta nacional. El submarino fallaba para seleccionar emerger y sumergir, y mientras tanto Fiodor le escribía en su estrecho camarote, con jaqueca y un calor insoportable, que todos los esfuerzos que él hacía era para dejarle un mundo mejor.
Al final, en una maniobra menor hubo un pequeño accidente y el submarino se hundió. Tardaron semanas en reflotarlo sin supervivientes y encontraron aquel manuscrito. Al acto homenaje militar años después fueron los familiares que pudieron pagarse el transporte. Allí Anna con unas maletas vio como un perro callejero la seguía. Anna miró a su madre que negó con la cabeza y a un amigo travieso de la familia. "Tú te llamarás Kursk, pero no puedes venir con nosotros. Lo siento no puede ser."
Entonces el amigo adolescente gamberrete quise meterle un petardo en el bolso que llevaba la madre, pero cuando lo abrió vio que había una caja de medicamentos, de antidepresivos y que tenía aquella carta del padre. Y no se atrevió. "Tienes razón se llamará Kursk. Y tranquilo, que sí vendrás con nosotros, con mi familia, para librarte del invierno en las calles".
-"Tienes que estar orgullosa han hecho todo este homenaje por un solo hombre". Y les hizo una foto, mientras cogía sus maletas con clavos y a su perro. Al día siguiente dejó abandonado al perro a sus espaldas. Murió aquel invierno pero no lo supo. Había muchos secretos y era muy joven para descubrirlos.
martes, 30 de septiembre de 2025
Un amor que se alarga, que se acorta, que es nada.
Te amo como quien clava un puñal
y siente a la persona morir
y que se va.
Ámame en la noche oscura
o déjame ir en la terrible orilla
para siempre de la noche de locura.
Déjame ir en tu aliento que moriría
en la lucha sin ardiente porfía,
en las flores que piso del cielo
con asco,
en las estrellas del suelo
que pisa mi mirada
con el humo de un atasco.
Te amé te amaba.
Llevabas 30 años cuando te conocí,
y mañana llevas un año.
miércoles, 24 de septiembre de 2025
Te morirás aunque no lo sepas.
Recuerdamé en la arena lo que te he amado,
labrador de cenizas de un ardor tan herido,
que a la tierra que amaba con desorden, perdido,
se le seca el clamor, se le quiebra el sembrado.
De tu boca un relámpago fugaz y rechinado
deja un surco de almendros en mi vientre oprimido,
mientras, de ausencias, llevo el corazón comido
por un rayo de amor que no cesa, desatado.
No doy reposo a golpes la memoria hambrienta,
que a la sombra de lo que fuimos busca el fruto,
y desentierra el sol que la ilusión sustenta.
Yo no perdono al tiempo, ni al azar, ni al minuto,
y en este pozo de amargura que me alienta,
te doy lo que me queda de mi barro absoluto.
TE AMO HASTA AGOTARME PA QUE NO SEAS MÍA
EL BRILLO DE LA NAVAJA QUE ME CORTA,
SIN MEDIR LA SANGRE QUE ME DESFLORA
SIN VER LA HORA VEO MI ÍNTIMA FANTASÍA.
SIEMPRE FUI EL JUGADOR QUE CORRÍA
DE UN LADO AL OTRO DEL CAMPO A DESHORA
PARA NO TOCAR DE MIEDO LA PELOTA,
NI DESTRUIR EL MUNDO CON UNA VOZ FRÍA.
HAY AIRE RARO EN LO QUE RESPIRO
en lo sensato que pienso soy extraño
HAY UNA DISTORSIÓN EN CUANTO MIRO.
YA DA igual la vergüenza o el daño
en cada recuerdo aunque no lo sepas
morirás aunque quedes sin respuestas.
viernes, 12 de septiembre de 2025
Te amo ¿te amo? Te amo.
El Canto del Sublime pringado, del GENIO INDISCUTIBLE.
Entre olas se hunde el potro
Ya no hay retorno alguno
y sigue ahondando el baile
como un cierto futuro.
Te amo ¿qué puedo decirte?
con un puñal que se va
se va el día
y tú no puedes irte.
tienes hijos de otro
me desprecias y sin saber
LA VIDA ES el RÍO insaciable
de una resaca ¿por qué?
martes, 2 de septiembre de 2025
Una mujer a la que le interesas, no juega contigo.
La abuela lo recordaba entre su amnesia...
Incluso después de la guerra siguió habiendo mucho odio y alguien de su familia, del partido, iba todas las semanas a la casa de aquel represaliado a practicarle alguna humillación como obligarle a tomarse media botella de aceite de ricino, aunque era caro, y ver en directo como se le deshacía el estómago. Era como un científico midiendo células en el microscopio. "Nunca he conocido en la actualidad a nadie que se considere culpable de sus actos y las consecuencias de sus actos" -pensaba.
Años después, la familia represora se fue de la ciudad y volvió para su jubilación. Pero su vecino, era el nieto de aquella familia y ella no sabía si habrían alimentado el rencor de aquella época que todos querían olvidar en sus descendientes. Cuando se encontraban en el portal del edificio no se saludaban, se miraban con odio como escondiendo su miedo mutuo y sus ganas de vengarse.
Hasta que un día cuando coincidieron con el mismo abrigo en el portal se sonrieron con el ceño muy fruncido.
- Tienes buen gusto vistiendo le dijo la abuela. Y el chico le sonrió y se pusieron a hablar. El chico acababa de entrar en la Universidad, y no sabía nada de los estudios, ni de los trabajos, ni de realcionarse con sus compañeras. Ella excepcionalmente quiso ayudarle en todo. No solo porque se sintiera sola, ni porque se sintiera mayor y quisiera estar con alguien joven, sino porque de verdad quería que aquel joven la recordara con admiración y cariño, con el mismo cariño que con el odio de que sus abuelos recordarían a su padre.
Era un joven patológicamente tímido y sufrido, sin duda entre sus familiares habían acabado habiendo enfermos mentales graves. El chico le hacía confesión de sus torpes escarceos amorosos.
-He conocido a gente excepcional que serán olvidados y referenciados como subnormales. Hijo,créeme, sigue tus sueños y comete locuras que te den un gran placer. Pero recuerda siempre, que una mujer que te ama, no juega contigo.
lunes, 25 de agosto de 2025
Cita a ciegas con la muerte en Maspalomas.
Fue terrible, de verdad que fue terrible.
No me gusta estar en contacto con niños porque han salido algunos escándalos de pederastia por la tele. Sin embargo, el padre me la dejó y me caía muy bien: era el típico ex borracho ruso al que le gustaba despilfarrar el dinero con los conocidos. La semana pasada se había desplomado en su bungalow vecino al mío. Cuando me di cuenta, llamé primero a la policía y después a la ambulancia. Estoy seguro que intentó suicidarse, pero mentí a la policía y le dije que era el típico accidente doméstico. Después me arrepentí gravemente de mi acción, me pidieron explicaciones y no supe responder de por qué no había ayudado antes al vecino.
Me tuve que quedar con su perro y con su hija. Era una niña burgerking atormentada que no quería enterarse de nada y yo era un solitario tristón que no se movía del sofá. Pero teníamos algo en común: nos gustaba pasear y las Dunas de Maspalomas: yo porque tenía recuerdos y a ella porque le parecía un laberinto misterioso.
Yesi era una niña de catroce años demasiado atrevida con la bicicleta, de hecho le prohibí que fuera por la carretera con los coches. Me inventé el cuento de que los que entraban por la noche en las Dunas era porque huían de su destino, al entrar en el desierto se encontraban con la muerte y desaparecían para siempre. Me miró con suspicacia, sabía que le estaba mintiendo, pero conseguí crearle miedo. -Mi padre venía a entrenar aquí por las tardes hasta la noche, traía una especie de espantapájaros.
A mí cuando la gente tiene un sueño loco yo le animo a que lo cumpla, pero este caso era distinto. Si yo llevaba a la niña a las Dunas de día, ella era una niña atrevida, salvaje y podría escaparse de noche "para buscar a su padre ausente", así que dábamos un rodeo para evitar la tentación del desierto."Los que que huyen de los vaticinios de la muerte, vienen a las Dunas y ya nunca salen de allí. La niña me miró suspicaz sabiendo que le mentía pero le había conseguido asustar.
Por el atardecer cuando se hacía de noche, la llamé en el bungalow. Me di cuenta que se había fugado con el perro y la bicicleta. Sabía que había ido a las Dunas. Por poco me cago en su puto padre.
Fui asustado dando vueltas por la Charca, por las dunas, y yo iba con el móvil para llamar a la policía y que declarara su fuga. Preguntaba a los turistas en un inglés precario y aunque me decían que no, les enseñaba su imagen. Ya estaba aterrado volviendo al bungalow, acusándome de imprudente por no haberla vigilado más, cuando me la encuentro sentada en el suelo a la puerta del bungalow con su perrito mirando al vacío.
-Vi un letrero que prohibía la entrada al perro. Se me apareció la Muerte y me dijo que si entraba no salía. Así que volví para protegerme.
Y puso una cara pícara, muy asustada, desorientada de no enterarse de nada.
Entonces me vi de nuevo en la entrada del Centro de los Bungalows, allí estaba la niña tirada en el suelo, con el craneo como una paloma aplastada, sangrando y sin respirar.
Dudé en llamar a la policía para decirle que había sido una falsa alarma y esconder el cuerpo, corté la llamada y bloqueé el número. Esto no me volverá a pasar me dije, mientras abría la puerta del bungalow. Fui a la nevera y cogí todo el helado que había, necesitaba reponerme del disgusto.
Cuando alguien la encuentre que la lleven al Hospital y a la Funeraria, no quiero verla. No quiero explicarle nada al padre. No quiero saber nada - pensé.
Encendí la tele para ponerme las redes sociales y enterarme de los últimos casos de corrupción del gobierno.
martes, 19 de agosto de 2025
domingo, 20 de julio de 2025
Historia de dos hermanas.
Después de tantos años, 20, quiso hacer las paces viendo aquella foto. Fue a casa de su hermana y le dijo que quería devolverle las fotos juntas de su infancia.
-Ay sí, pero en las fotos en las que salgas tú no. No es por nada, pero en las que salgas tú no.
Estando en su casa por la noche se levantó de ira y rompió todas las fotos de su hermana, menos aquella foto. Ella ya había pagado su deuda cien veces, había pagado su deuda de sobra.No debía nada a su hermana que también había sufrido, pero no tenía que dejarse robar más, ni dejarle.
Vio como sufría en la esquina de un rincón jugando tímida con un aro. Y aunque odiaba a su hermana no quiso romper aquella foto, su hermana también sufría, y romperla no era hacerle daño, era destruirse a si misma, destruir su pasado, y no, no se lo merecía. No hacía más dolor, ni más odio insoportable,ni más destrucción en la ceniza.
De fondo escuchaba "Sunny" de Boney M. y era como si el sol por fin descendiera y dejara de ser tan sofocante.
Leyenda aborigen canaria: el cazador solitario y las dos doncellas.
Un cazador solitario e infame salió de caza para huir de su casa. De lejos se encontró a dos doncellas voladoras mientras se bañaba. A ambas les escondió las alas, una huyó y la otra era familia de Harimaguada con la cabeza de un vírgen íntegra y trabajadora, y con el cuerpo de una prostituta arrepentida agotada.
ÉSTA aceptó la ayuda del cazador. Fue a su casa y llevó su casa de mala manera. Se quedó embarazada, y él quiso convencerla de que abortara, pero ella aunque estaba a favor, sentía por una vez arrepentida por un pasado confuso que no podía. Tuvo el hijo sin restregárselo, intentando que no se notara su embarazo para no hacerlo enfadar. Cuando pasaron unos meses después de su parto,y el cazador amaba a su bebé y quería sacrificarlo todo por él, ella se creo una pelea artificial y se fue en la calima.
Nunca volvieron a saber nada de ella.
domingo, 29 de junio de 2025
Los payasos forzudos y una madre.
Con 16 años de vuelta del instituto a mi casa de noche me encontré tirado en un banco de piedra un enorme ramo de flores. Lo cogí y en vez de ir por la calle principal fui por una secundaria para que el dueño despechado no me viera con el ramo. Pensé ¿a quién se lo regalaré? ¿a una compañera de clase,pero son las 20:00? además no puedo esconderlo en ningún sitio de la calle o si lo llevo a casa, me daría vergüenza decirle a mi madre que es para una compañera y no para ella.
Así que tras un momento dramático fue firme a mi casa y como no me quedaba más remedio se lo regalé a mi madre. La sorpresa es que se alegró extraordinariamente. Viendo el resultado decidí que cada 3 meses le regalaría un ramo. Era una madre enormemente sacrificada que no sabía disfrutar,¿no era sobradamente justo?
Años después tras una vida de sacrificios y trabajo duro mal pagado se enfermó de Alzheimer. La llevábamos a comer fuera y una vez le llevamos con unos payasos forzudos a su playa. Se sentía extraña y miedosa con esos payasos forzudos en su playa. Cuando acabó el espectáculo preguntó: "tienes un ramo de flores que huelan como los que regalabas. Olían porque eran buenas".
Alguna vez pensamos en llevarla de viaje pero se estresaba. Solo los pequeños cambios no la estresaban. Así aunque aquel tipo de ramos era un poco caro siempre le ponía uno en el balcón para que mirara a la calle y a la vida. Al final se murió prematuramente de una forma un poco estresante y cruel. Me pregunté si tendría un ramo de flores disponible para verlo y sentirlo.
Las cicatrices del amor adulto.
El amor adulto no es el tesoro
en la cueva de la isla lejana
donde sube la marea
lleno de venenosas arañas.
No se conquista con misiles
no se busca en la playa,
el amor está presente como el sol
que en cada nube nos engaña.
El amor está. No es la vacante
de un rey sin más hazañas,
no ocupa la cicatriz
ni quiere explotar bajo el agua.
Quieren olvidar y vivir
el mar que seca los traumas.
que acaricie heridas en el oro
que madruga cada mañana.
miércoles, 18 de junio de 2025
El último vuelo del cisne de Alicia Alonso. (Ficción).
"Todos hubiesen querido ser tu primer amor o tu gran amor. Yo hubiese querido ser tu último amor. Al fin...".
Alicia Alonso siempre había sido pizpireta, pero estaba amargada y debatiéndose, ajena a si misma. Javier había estado enamorado de ella durante un curso en el bachillerato pero nunca hizo una intentona seria. Ella se enamoró de él, pero después se fue con otro compañero. LUego cada uno hizo sus vidas y volvieron a coincidir en la tercera edad.
Alicia se sentía nerviosa y desagradable, una cosa era saludarlo de lejos, y otra verlo todos los días. Sentir como la vida se le había pasado amargamente. Además Javier sí tenía un hijo adoptivo que lo iba a visitar una vez al mes y ella no.
Cuando se dio cuenta que le dolía la rodilla antes del baile sintió la angustia profunda de una posible oportunidad perdida, pero también un alivio cobarde. Quería lucirse pero no sentir la soledad de que Javier flirteara con ella.
No quería tener que rechazarlo, ni bailar con él, ni recuperar unos recuerdos que no había vivido y que no viviría jamás a su edad. Quería ser feliz en paz, luciéndose, flirteando superficialmente, y estar sola a distancia de los demás sin sentirse sola. Se dio cuenta que la rodilla no le dolía tanto. Que se lo había inventado.
Fue al baile. Fue ella la que saludó a Javier que estaba feliz, con un amigo en una esquina. Se pusieron a hablar superficialmente, pero en cuanto Javier se animó a hablar de él y preguntar por ella, Alicia le cortó deseándole lo mejor. Cada uno se puso a bailar separadamente y se fueron.
"Los deseos platónicos no esperan nada...hum" pensó. Mientras veía el ponche mareada sentada y tiró sin querer la estatuilla del Pensador de RODIN con el ponche. Sentía que diciendo adiós, había salido a la sombra de un duelo sin saber manejar las pistolas.
Había muerto. Y era su primera vez.
viernes, 13 de junio de 2025
Nosotros "jugamos" y el mundo se derrumba.
Me preguntaban cuál era el recuerdo más feliz de mi infancia. Siempre me quedaba sin palabras.
Recordaba como me había dejado arrastrar por las olas, jugando al fútbol en el recreo, el sol en las dunas y me acordaba jugando con ella.
- ¿Tienes huevos para tirarte por la cuesta? los neumáticos de abajo nos detendrán y no nos haremos sangre. Por supuesto, dije enojado. Y subí a la carretilla con Jocelyn que estaba tranquila y callada, y nos tiramos cuesta abajo. Frenesí entusiasmo locura.
No le dimos tiempo a nuestro colega Sentido Común,para que se subiera bien a la carretilla, a veces gritaba y a veces se golpeaba las rodillas.
Años después en que me lleve un disgusto cuando me di un toque con el coche, me acordé cuando nos despertamos rodeados de neumáticos como un dinosaurio que acaba de despertarse. Empezamos a reírnos a carcajadas doloridos, apretándonos los golpes de los brazos, porque el mundo mareado seguía allí.
Postdata: La infancia con el descontrol de la velocidad y la edad adulta donde te das un toque con poca velocidad jajaja: es una buena paradoja.
martes, 10 de junio de 2025
La última pregunta y el Estanque del Templo Hindú.
Cuando le insinuaron que le quedaba 6 meses de vida aporximadamente, empezó a apreciar la vida y fue al Estanque Sagrado en el que se decía que se escuchaba una voz que te daba las respuestas de la vida. Subidos de puntillas temblando sobre sus bicis miraban dudando si se atreverían a tirarse.
Uno quería tener más inteligencia, más cerebro, otro no tenía madurez en su corazón y a otro le quedaba poco de vida y quería alargarla.
El Templo era un Estanque infinito con innumerables escaleras que nacían y se quedaban como un laberinto a la mitad. Había que tirarse a lo desconocido.
TRas mucho pensarlo con amargura y ansiedad se tiraron.
Nadando repitieron las preguntas, sin respuesta. En una pared enfrente vieron un cartel "Se venden zapatitos de niño. Nunca fueron usados".
Así el primero pensó que lo importante de la inteligencia era trabajar y conseguir cosas para los demás. El segundo tener empatía, estar seguro y no jugar con los demás.
Y el tercero que para alargar la vida lo que hay que hacer es vivir y ayudar a los demás, con los más agradecidos, que al recordarte con agrdacimiento alargarán tu recuerdo.
Pero ahora su egoísmo los había dejado en un estanque profundísimo sin escaleras que llegaran al ayuda. Esperaron a la lluvia pero como no subía el agua lo suficiente, se apoyaron los a los otros hasta subir a la primera escalerilla vieja y medio rota.
Dando gracias salieron de aquel infierno cuya sabiduría habían deseado preguntar durante tanto tiempo.
sábado, 7 de junio de 2025
Kafka, Rilke: la sensibilidad judía.
kafka dominaba el sentido de la parábola judía, Ante la Ley es una parábola dialéctica debatible perfecta.
Rilke tiene la depuración judía de Juan de la Cruz el cual parece que tampoco dominaba la tradición judía de ansiedad por lo infinito, por el Dios infinito inenarrable.
Todos perjuraban que no dominaban esa filosofía judía en búsqueda de lo eterno.
Sin embargo, Juan Ramón Jiménez que se pasó la última etapa de su poesía buscando la eternidad, de una forma abstracta, lamentablemente cotidiana no sé hasta qué punto consiguió esa sensibilidad judía de ansiedad de lo infinito.
lunes, 2 de junio de 2025
¿Quién dominará mediante una broma engañosa a quién?
"Y se tiró al fuego pero se dio cuenta que él no podía morir, porque él había sido el sueño de otro hombre, que era el sueño de otro hombre y así hasta el número insondable."
Mi mamá me había avisado cientos de veces de los peligros de la estepa, el mayor de ellos, el lobo asesino.
Intenté huir seis veces del campamento de refugiados a la ciudad a 18 kilómetros. Tenía 10 años. En el desierto todo era distinto: había algún hotel de los oasis de lujo, no quería estar en mi campamento de refugiados en medio de la estepa sino llegar a la ciudad donde no había animales salvajes. Además era la época de los lobos, con el calor no podíamos sacar los rebaños y la vida en casa todo el día era aburrida.
Sabía que había lobos sueltos y tenía pánico. Así que un día hui con una escopeta, hacia la ciudad. Cuando llegué lo primero que me encontré fue al camello delante de un oasis, vestida de una forma extraña.
¿Qué haces aquí? Te veo muy nerviosa.
Nada, han visto varios lobos cerca. Manadas de lobos hambrientos. Es peligroso.
¿Lobos? ¿En pleno verano? ¿En esta parte de la estepa? Se sintió extrañado. Pero él era demasiado educado para decirme que pensaba que le estaba mintiendo, porque yo además no miento.
Será mejor que vuelvas, hay aviso de que va a haber una ventisca. Date la vuelta, ve a tu casa, y cada diez pasos te haces una señal de la cruz así hasta llegar a casa.
Nos reímos sin entendernos los dos.
Así, volvió a beber agua vigilándome. ¿Y si tiene razón? el lobo vendrá a la estepa y yo soy una presa fácil, debería volver al desierto.
Mientras yo me volví, haciéndome la señal de la cruz cada diez pasos veía como el camello en medio de la neblina se adentraba al Desierto de la Muerte donde jamás entraban los lobos. Ya quería volver a su casa, aunque sabía que había muchas posibilidades de morir quería sentirse seguro de una vez.
domingo, 1 de junio de 2025
TU FRENÉTICA ALEGRÍA DE VIVIR.
Amas la fiesta y bailar en el desierto
ver los miles de brillos de la botella,
sé feliz en la matanza del concierto
deja que afile mi cuchillo en la estrella.
El trabajo amo donde no grita el acierto
ser un extra discreto de la epopeya,
ser victorioso aunque no tenga cubierto
la cena del desierto donde está mi huella.
Te amo con una fuerza que apenas respira
en la hueca de la escalera sin mentira
y con la verdad amarga de la mirada.
Sabor usado el confort de vagabundo,
en la cama sudada está mi mundo,
del que arriesgó su dura vida por nada.
sábado, 31 de mayo de 2025
MALDICIÓN HACIA TODO LO CREADO.
Hoy he robado la luz del recuerdo a las olas
piedras tiré al avión sobre mi frente,
reí de mi muerto en la cuenta pendiente
la asfixia de gasoil de un mar de amapolas.
Hoy fatuo jugué al siete al tirar los dados
esa amargura de aquel viaje en el cielo.
Quise ahorcar mientras te anudaba el pelo
maldije el beso de los enamorados.
Hoy reclamé lo imposible sin prejuicio:
me tiré rabioso desde una ventana
pedí justicia pagando en el inicio,
por si cumple lo que me dé la gana.
Al sol destruirás pero no hay nada que hacer,
ni el sol que sale angustiado, vuelve a nacer.
(Soneto en espiral de dentro para afuera).
viernes, 30 de mayo de 2025
EL GOL en la Unió Esportiva Lleida.
Con diez años me fui a vivir a Lérida y estuve poco tiempo apuntado en las categorías inferiroes del equipo de la ciudad.
Nunca fui un gran jugador de fútbol, solo alguien melancólico con una familia que era un infierno, que sabía aprovechar las oportunidades que había.
Empecé a jugar invitado por un chico que sí era un crack, ¿mi compañero habrá sido profesional como apuntaba? Entonces mis nuevos compañeros habían puesto muchas ilusiones en mí. Empezamos el partido amistoso, y en cuanto me pasaron el balón como centrocampista en vez de pasárselo al siguiente, ME DI CUENTA que había habido una confusión en el equipo rival y no tenían un defensa libero y yo que estaba ladeado a un lado, avancé y avancé sin pasar a nadie el balón y sin tener obstáculos frente al equipo real.
Alguien me gritó: ¡pásala,pásala!, pero seguí y seguí y me vi solo frente a un portero descolocado y tiré un balonazo vulgar hacia una esquina y marqué gol inmediatamente. En el equipo rival estaban enfermos de ira gritando, el capitán cogió por el cuello a un compañero y pegándose a puñetazosy empujándose entre ellos "¿dónde estaba el líbero?, ¿cómo les habían podido marcar un gol tan fácilmente?, ¿por qué el portero no reaccionó mejor? ¡ni los defensas?" El que cometió el error, no tuvo el valor de salir, los demás defensas miraban al suelo.
Los compañeros de mi equipo me rodearon para felicitarme. Después del partido cuyo resultado no reuerdo pero debió ser positivo, me fui a un cañaveral al lado para dar un paseo de la alegría unos minutos, antes de volver a mi casa que estaba a 20 minutos.
Hay goles de potra, que se marcan en la memoria hasta 35 años después, que te dan la felicidad durante décadas, que uno recuerda a pesar de uno mismo, que lo dignifican y le dan plenitud. Hasta me salieron lágrimas que los demás confundieron con el frío de noviembre. En ese chispazo todo el mundo creyó que yo era un crack que había que confirmar.
Pero no, no era un crack. El hechizo iba a desvanecerse pronto, poco a poco en los entrenos diarios, con los delirios de una madre esquizofrénica y perversa que favorecía sin querer que me autoboicoteara.
De hecho, tras unas pocas semanas cansado de trabajo sin apenas resultados decidí no federarme en el equipo y darme de baja.
Fue un acto de dignidad.
jueves, 22 de mayo de 2025
AL MEDIODÍA EN LAS DUNAS DE MASPALOMAS.
Yendo con Eli a la ahulaga del mundo
la cama sudada de arena en abismos,
NO quise estafarte guirre con lirismos
ni asombrarte con mis proezas vagabundo,
Costó traerte a esta arena que nos pisa...
¿Qué cosecharé con un falso heroísmo?
te deseo buscando siempre más lo mismo
de levantar grúas para hacer ceniza.
MIS PIES descalzos pisan la estrella
de la hueca juventud que nunca viví
el drama que la agria sal nunca sella.
El mar hunde el sacrificio sin premio,
y el payaso sin gracia ni qué decir
rema el barco mientras se hunde sin remo.
La Falta de Humanidad.
Uno nunca puede prever la trascendencia de las historias.
Eran los 80 y viajar en avión era caro. El tío Pablo se iba a casar con una mujer de Madrid. Había invitado al banquete a toda la familia. Miriam estaba ilusionada: ¡por fin saldría del barrio en Las Palmas!,¡saldríamos de la isla!,¡vería la capital, que no lo había visto nunca! Pero el padre se lo dijo: hija, solo podemos pagar dos billetes de avión,mamá y yo,tú eres niña y te olvidarás de todo esto, hemos decidido que no vendrás. La niña se molestó porque sus primos sí iban. El abuelo que venía del pueblo, les dijo: "déjenme los resguardos de los billetes. No se preocupen yo les invitaré".
Miriam saltaba de alegría por el pasillo, imaginando los grandes edificios y parques de Madrid. Cuando sonó el picaporte girando y el bombín de la puerta estaba entusiasmada, llegó el padre acompañado con el abuelo.
Se puso a dar vueltas al abuelo saltando para que le enseñaran los billetes. Cuando consiguió sacar y ver los resguardos no veía su nombre por ninguna parte.
-¿Abuelo, tienes mis billetes? - No hija, yo les pagué los billetes que ya habían reservado.
-¿Papá, pero no me compró un billete nuevo para mí? - No Miriam, eres pequeña y tenemos que ahorrar dinero.
¿¡Quéééé!? Y Miriam sin decir nada se fue. Con lo buena que era ella ¿cómo le podían hacer eso a ella? Ella y su hermana se quedaban en tierra, pero ella solo pensaba en ella e incluso le dijo a su padre si solo podía ir ella. El padre y el abuelo dijeron que no con la cabeza.
- Yo creo que he hecho bien. Dijo falsamente el abuelo haciéndose el inocente. ¿Te has enfadao?.
Y la niña se fue sin fuerzas para responder nada. - Tú tranquilo ya me las pagarás. Y se fue, jurando que llamaría a la policía para que los detuvieran.
El abuelo disfrutaba constantemente estas pequeñas injusticias comparativas pero pensaba que quienes las sufrían ni siquiera las recordaban.
Cuando el abuelo murió cuatro años después se puso morado y le pusieron solemne su traje. Miriam sonreía merodeando el cadáver comentó:"al final, tú tampoco vas a volver a Madrid".
viernes, 16 de mayo de 2025
La huida infernal.
"No hay elección, ni camino, ni esperanza; sólo la interminable repetición de lo sórdido y lo semitrágico". Scott Fitzgerald.
Intenté huir seis veces del pueblo hacia las pistas de esquí a 28 kilómetros. Tenía 14 años. En las pistas de esquí todo era distinto: los hoteles parecían de lujo, las personas eran bastante elegantes (entre ellas muchas mujeres que estaban muy buenas), educada, no como aquí que es una chusma mezquina envidiosa que parece que están deseando que enferme todo el rebaño para hundirte, y daba la sensación de que aquellos turistas se ayudaban entre sí. Además era la época del lobo, con el frío no podíamos sacar los rebaños y la vida en casa todo el día era aburrida.
Sabía que había lobos sueltos y tenía pánico. Así que un día huí con una escopeta, hacia las pistas de esquí. Cuando llegué lo primero que me encontré fue a ella haciendo esquí, vestida de una forma extraña.
- ¿Qué haces aquí? Te veo muy nervioso.
- Nada, han visto varios lobos cerca. Es peligroso.
- ¿Lobos? ¿En pleno invierno? ¿En esta parte de los Pirineos? Se sintió extrañada. Pero ella era demasiado educada para decirmE que pensaba que le estaba mintiendo, porque yo además no miento.
- Será mejor que vuelvas, hay aviso de que va a haber una ventisca. Date la vuelta, ve a tu casa, y cada diez pasos te haces una señal de la cruz así hasta llegar a casa.
Así,volvió a ponerse a esquiar y así la recuerdo. Mientras yo me volví, haciéndome la señal de la cruz cada die pasos en medio de la neblina sobre la nieve.
jueves, 15 de mayo de 2025
AVALANCHA.
"-Nieve va. - ¡Avalancha, avalancha!".
Cuando dejé embarazada a Mercedes Alv. en el Pirineo leridano el mundo se me cayó encima. Aún conservo su foto de monja esquiando mal. Gritando, ofendiendo y culpando a todo el mundo de que no la ayudaran. Ella se había metido en un seminario por un desamor de no sé quién. Yo no podía dejar Derecho para ponerme a trabajar. Mi madre había sacrificado todos sus ahorros para que yo prosperara en la vida. Le ofrecí pagarle el aborto, pero los padres de ella le dijeron que la apoyarían en todo, con la condición de que cortara conmigo porque me veían como un irresponsable indeseable. Siempre que salía del aquel pueblo de casas de piedra y niebla veía en la pared que ponía "no es nuestra Ley, esta policía no nos representa".
Quise haberme portado mejor, pero era demasiada responsabilidad para ser tan joven y tener a toda su familia en contra. Además tenía que ayudar a la mía. Me dijeron mucho después que había tenido al bebé 15 días después de haberlo tenido. Fui a verlo, pero después me montaron una bronca y no volví. Dos años después dejé Derecho y me puse a trabajar. Así pasaron los años y sin querer fui cogiendo distancia, aunque veía a la niña yendo a párvulos. Mercedes se emparejó con otro chico al poco tiempo.
Parece que nunca le hablaron de mí. Unas Navidades que estaba trabajando de Papa Noel en el Centro Comercial de Vielha (Pirineo de Lérida), vi a mi hija con sus padres haciendo la cola. Cuando se me puso en las rodillas se puso a pedir regalos caros mientras tartamudeaba y se le trastabilaban las palabras. No sabía si decirle que yo era su verdadero padre.
La paré y le dije: "¿No crees que van a ser demasiados regalos para Papa Noel?"
Y me respondió: "No te preocupes, yo sé el secreto". Me guiñó el ojo sonriendo, se fue dando pasitos cortos llevando una mochila el doble de ella. No quise decirle nada, ni sacarme una foto con ella.
Estoy seguro que hubiese sido un gran padre para ella, pero por mucho dolor que sintiera, mi tiempo ya había pasado...
viernes, 9 de mayo de 2025
El corazón podrido de negro.
Todo duele, todo genera rechazo
aunque no agarres fuerzas
de defenderte con un puñetazo.
¿La ceba atraca tu barco?
¿De dónde viene tu silencio?
¿Nadie te salva con un abrazo?
¿LE IMPORTARÁ A ALGUIEN TU PENA?
HAGO MISIÓN de rechinar arena
eres lo que te dió la muerte.
Y el arpón del deseo en trena
reza a la ballena de repente.
Los frailes desfilan al rente.
Como la sombra que se va
sin ruido te extingues en el mar.
¿LE IMPORTARÁ A ALGUIEN TU dolor?
Fiebre en el alma y gangrena.
sigue cabalgando en arena, no,
ni el muerto en el óxido, ni el olor.
Lo perdido eres si te da pena.
Me siento lejano y aunque corriera
no podría llegarte. No te entiendo
¿por qué escapar del hoyo del tiempo?
He visto aplastada delante de mí
como águila en la calle sin alfil,
al mejor cerebro de mi edad ajado
prematuramente en un velatorio
solo, de imbéciles rodeado
y golpeando el suelo ¿de qué me glorio?
¿de qué te ríes? perro atragantado
hasta tu vómito es transitorio.
.
jueves, 8 de mayo de 2025
El joven punk y la sublime carta de amor.
Cuando comencé mi relación con mi mujer encontró durante una limpieza un anillo de mujer en el hueco del sofá, me dijo si quería tirarlo, pero no me montó ninguna bronca.
Me pasé horas intentando recordar de qué mujer había sido aquel anillo, estaba preocupado porque no me acordaba, y tenía que ser un fallo grave de memoria, porque tampoco habían pasado tantas mujeres por el sofá. De pronto, recordé, hice misión de aquella mujer y del por qué había conseguido olvidarla. No era una mujer esquizofrénica, pero era una mujer perversa que estaba constantemente mintiendo -no por dignidad- sino porque le gustaba sentirse deseada, ofendida, victimizarse, liarla, crear unas situaciones degradantes, tener a admiradores detrás, quedar en citas todos juntos y hacernos pelear unos con otros.
Yo le escribía cartas de amor pensando en otras mujeres que sí había amado en el pasado y estaba seguro que ella que no tenía sensibilidad las leía por encima sin enterarse, se la enviaba a sus otros pretendientes, que solo las leerían por encima, lo suficiente para odiarme y enviarme amenazas por el móvil, antes de bloquearles.
Sin embargo, de lo que me acordé es que con 39 años esta mujer tenía un hijo, que desde que nació se lo habían quitado Asuntos Sociales para ser tutelado por la Oficina del Menor de Canarias. El chico vivía en un centro de menores, se había hecho punk y dentro de poco iba a cumplir 18 años,la mayoría de edad, y por tanto lo echarían del centro y en una llamada a su abuela y otra a su madre les decía "que por favor, tenía que ayudarlo, que no tenía dónde quedarse, que si no, se quedaría en un centro de mendigos o en la calle".
Se me puso la piel de gallina y un relámpago de angustia, sufrimiento y mal rollo me recorrió el cuerpo. ¿Cómo sería estar desesperado, con angustia y sufrimiento y depender de una mujer infernal así? Y saber que nunca habrá solución. Así que mi última carta se la envié pensando en aquel joven como si fuera el hijo que no tuve...
"Qué dulce sería la fiebre a tu lado, te beso de lejos, así no te contagiaré mi ansiedad...ni mis microbios". "Debería reñirte pero estoy taimadamente feliz pensando en ti".
"Sí, te quiero y si supieras cuánto, nada podría entristecerse ni por un segundo en toda la vida"...
martes, 6 de mayo de 2025
ABORTO. APAGÓN ELÉCTRICO.
"Me gusta más de lo que me turba o repugna. Por eso no me convence."
MAMÁ, QUIERO REGRESARTE A LA VIDA
COGIDA EN BRAZOS.
Con esta estufa de latón
apagada a hachazos.
¿Qué pasa?¿qué misterio esconde
la bandera, la lluvia de sal
que cae como una guillotina,
los recuerdos que no tendrás?
Los recuerdos que no tendrás
se quedarán sin camino.
Agotado de tanto cortar troncos
que degollé en mi mismo.
El vacío en que cayó la noche
no lo tiraré por la ventana.
moneda robada sin cuño
seré un fiambre sin cara.
No habrá falsas excusas
En el baile en que te pisé.
Muere a la fuente de un Dios
descarga eléctrica de ayer.
Que otra vez cierre la puerta
de la cárcel no me hace libre
en la soledad de tus besos,
una mano en doble calibre.
Que salga y cierre la puerta
de la cárcel no me hace nadie,
en la soledad de tus besos,
ni el temblar me da aire.
sábado, 3 de mayo de 2025
Las angustias de un amor contrariado.
Uno no entendía tanta maldad de alguien que supuestamente te ama.
Después de jugar con darle la comida a Mimi, la madre del gato se durmió sin que Mimi comiera. -Mamá, que tengo hambre, que llevo una hora y media esperando a que me des de comer.
Te voy a explotar el globo,el globo favorito de tu cumpleaños. Que lo exploto. ¡Boom! La madre se fastidió cuando la despertaron. - ¡Mira, mira! Ahora te vas a la caja, que me tienes harta todo el día matándote y no me dejas ni dormir media hora la siesta. - ¡Al transportón, no! -¡A la caja!
viernes, 2 de mayo de 2025
El chantajista no apuñala.
Un bromilla, un asesinato y una anécdota que no hay que tomar en serio.
Después de aquel pequeño desliz, el tipo publicó fotos serio pero relajado en Instagram desde el Psiquiátrico Juan Carlos I. Tardó más de cinco años en conseguir aquel maravilloso puesto de trabajo.Era fundamental para él.
Sansón era muy buen trabajador pero necesitaba medicamentos antipsicóticos y tranquilizantes para estar bien. Puso el despertador a las 7:00 para ir a trabajar que sonaría cada 10 minutos. Y si no funcionaba con oír el televisor cuando la mujer lo encendiera o conque encendiera la luz del salón se levantaría como un resorte, se pondría la ropa y al curro.
No se sabe muy bien cómo, pero cuando el despertador sonó, él que había tenido una mala noche, se levantó, caminó sonámbulo 7 metros y consiguió desconectarlo. Su mujer no sólo no encendió la tele, sino que no encendió la luz ni abrió las cortinas del salón. Si el gato consigue explotar el globo con el ruido se despertará. Como un milagro él consiguió levantarse a las 9.30. Estaba traspuesto, sólo necesitaba una buena taza de café, pero su mujer que tenía la idea fija de ir al gym y hablar con su hijo que estaba consumiendo drogas últimamente, simplemente se despidió de él porque llegaba tarde.
Allí se quedó sin parpadear mirando al vacío media hora, hasta que despertó, cogió fuerzas para hacerse un café cargado en la cocina y tomar sus 5 medicamentos. Hasta cogió un taxi de lo preocupado cuando se dio cuenta de la situación para llegar lo antes posible al trabajo. Bueno solo había llegado dos horas. Le respondieron que fuera a contabilidad. Nadie le dijo nada salvo que no le renovarían el contrato. En realidad, estaba despedido.
Se llenó de odio contra la indiferencia de su mujer, contra su carácter histérico, la odiaba, deseaba matarla. Cuando volvió empezó a ver unas gotas de sangre en el portal del edificio, se acordó del hijo del primer matrimonio de su mujer, en que a veces iba a su casa para pedirle dinero para drogas. Mientras avanzaba las gotas se habían convertido en un reguero de sangre. Preguntó a un enfermero que bajaba.
Parece que unos vecinos habían tenido una pelea y uno apuñaló al otro,después se enteró que había sido en su piso. Eso fue que se negó a gritos a darle dinero, le insultó y la mató.
" -Qué familia". Pero lo encontraron a él con el cuchillo y del estrés al darse cuenta de lo que había hecho le dio un brote esquizofrénico. Los vecinos llamaron a la policía. Lo encontraron en el Vivagym amenazando con un cuchillo a los que le negaban el saludo.
Cuando lo detuvieron a punta de pistola, preguntó si funcionaban bien los despertadores en la prisión psiquiátrica, si hacían un buen café y si encendían la televisión a primera hora para hacer sus ejercicios. Le respondieron que no, que no era su madre y que ya tenía una edad para tener niñera.
miércoles, 30 de abril de 2025
L.S.D.
Lo que permanece quieto
nos mira desde el más allá,
aprende a traspasarnos
¿chantajea para no matar?
Siente la onda en el agua
de la anaconda, sentir...
tus manos vidrios rotos
de trabajar para vivir.
Si te mueres ¿a quién le importará
tu éxtasis de color y de juego?,
con la hipnosis del santo
sudas la paja de tu ego.
Cigüeña solitaria
en tu pata coja enorme
sin nombre tu placer
gusta más del horizonte.
Soy el negro del portazo
al que bromea el portero
ruge la alarma del robo
"¿qué haces haciendo el negro?"
*
Si hubiese tenido suelo
habría podido volar,
pero no tenía suelo
¿a quién puedo culpar?
Si hubiese tenido suelo
habría podido saltar,
si me ahogo por lo menos
no echo la culpa al mar.
Tu infinito está en las piedras
al borde del camino,
si dejaste huella o no
¿a quién le importa? Dilo.
No envíes a tus matones
no cameles asesino
entre nubes de vino
sin dientes sangre en bombones.
domingo, 27 de abril de 2025
EL HIJO QUE NO TENGO.
¡Tanta asfixia de muebles al pasillo!
Estoy harto de huir del deseo que no rompo,
de fingir que no me traiciona el tronco
cuya raíz planté para crear su brillo.
De ver secar la pared mi hora de ESTUDIO
sin que me golpeen mis cuernos contra nada,
que BORRE arena la carga de MI PISADA
y asco que mi berrea estudie en mi repudio.
Me cansé de arreglar flores que no corté
y que me acusen de cómo han quedado,
de abrir en la selva lo que han pisado
y que ni mi cascada de oro puedan ver.
No saldrá el ángel del agua si se ahoga
pero no hay alas ya, que sirvan de horca.
jueves, 24 de abril de 2025
Borges, el fervor de los matemáticos y tres formas matemáticas de enfrentarse al sexo.
Borges siempre fue un Empédocles consciente de que anzarse al volcán en muchos de sus cuentos no ofrecía moraleja, ni solución.
Durante dos eternos años he leído como el matemático Guillermo Martínez incidía en que Jorge Luis Borges escribió muchos de sus cuentos con analogías de base matemática, aunque muchos expertos dicen que Borges conocía profundamente muchos temas de las matemáticas y profetizó la solución a muchas teorías de física cuántica eso es discutible.
Lo que no es discutible es que los matemáticos adoran a Borges porque creen que si ellos fueran escritores de alta literatura escribirían de la misma forma como Borges. Lo cual es cierto, aunque no creo que un matemático maniático se permitiría las analogías y expansiones tan relativamente escrupulosas de Borges, ni sus metáforas de aire genuinamente medieval.
No sé por qué con la edad, he adquirido el deseo de intimar sexualmente con mujeres estatuas, que no demuestren mucho placer. Una extraña anhedonia erótica que me parece como una estatua griega blanca asexual y algo matemático de derivadas. Nunca he podido explciarlo, si porque mi sagrada madre tenía esquizofrenia paranoide y casi seguro era anhedónica o si porque mujeres muy bellas que conocí en la carrera como Ylenia Borrachero tenían una especie de belleza nórdica completamente inexpresiva.
La frigidez matemática que uno agrieta en las estatuas y hace gritar, frente al solipsismo absorto de Borges o los bichos enormes de William Burroughs y lleno de mucosa anal o vaginal,con esa fiebre de lámpara eléctrica malsana y habitaciones cerradas.
Un amor que revoloteó sobre la hoguera... del tiempo.
El pajarillo sabía que tenía que volar muy lejos para no morir del frío del invierno. Sentía indefensión y angustia. Se agarró al espejo retrovisor de un coche en que había una familia. Se quedó mirando sin entender lo que veía. El padre que se quejaba, frenó en seco para espantarlo. De los dos niños de atrás pensó que había entendido con impotencia y humillación el secreto, aunque no entendió al espejo y logró escapar. El otro que cayó en la rueda. Ninguno lo encontró en ninguno de los sitios.
Cuando el padre volvió a conducir miró el espejo orgulloso y se sintió como un dinosaurio que despertó a un mundo distinto que seguía allí, con un pájaro revoloteando en el espejo al que ignoraba y sintiendo la llanta débil y un poco abollada.
Ninguno de la familia por pena y por evitar la angustia volvió a hablar sobre ella. Sintieron que el enigma era inexpresable.
sábado, 19 de abril de 2025
La secta del ajedrez, el juez y el niño prodigio.
Al principio el niño corrigió al Maestro Supremo en público y le dijo que hacía trampas.
El maestro pasó vergüenza y juró en secreto venganza.
El niño prodigio Ressendi fue destacando más y más, y permitió jugar contra sus rivales sin la dama.
Pero el niño tenía una familia problemática, era orgulloso e impulsivo, a veces daba la sensación de que tenía rencor contra la vida y de que sentía que no le valoraban.
Un día en la revista del Movimiento Luz Vida, donde estaban los preceptos religiosos sagrados, el niño añadió sus parábolas y nuevas jugadas maestras de ajedrez. Pero un guardián editó sus escritos, y de diez sólo le permitió que publicara una parábola.
Él como venganza fue al panel público y rompió todos los textos sagrados. "Si no publico yo, no publica nadie".
Entonces la mayoría de los miembros pidieron que fuera expulsado, que se despreciara a él y a su familia y que nunca volvieran a tener trato con la comunidad.
El Maestro Supremo sabía que era desproporcionado, pero que daba igual cual fuera la sentencia, porque ya la comunidad le había negado el saludo y le daba la espalda. Sin embargo, se negó a castigar un niño. Su venganza tenía que ser justa. Al final expulsaron al Juez, al niño y le hicieron la vida a la familia hasta tal punto que se fue y fue olvidado, aunque quedó un sentimiento de culpa hacia el Juez que había sido incapaz de dictar una sentencia desproporcionada.
¿QUÉ habrá de aquel pobre juez? pensaron. ¿Dónde estará? Pero, de todos modos, ¿por qué vamos a tener un juez que no se atreve a condenar a nadie?
viernes, 18 de abril de 2025
Mi noche en una celda allá por 2010.
El camaleón Labord en la celda.
Que un poema cantado fuera o no escrito
no dice arena al sol que no exista.
Si te amo o no es sombra para mi vista
si hay quien muere por el héroe, no es un mito.
Te tiraste al volcán que no te nombra
TU CRUZ BAJÓ LA CASCADA MACABRA,
tus fracasos no hallan ya una palabra,
tu suspiro no vela ni a una sombra.
Caíste pensando que habría suelo
y en el abismo no hay ancla de consuelo,
hice por otro que me robara el aire.
Pedí disculpas sin tener la culpa.
Bajé la cara fingiendo disculpa,
como mi entraña por no herir a nadie*.
*perro en ratonera no ofendo a nadie.
soy un perro por no ofender a nadie.
martes, 8 de abril de 2025
ADOLESCENCIA HUYENDO... EN EL PATIO DE PRISIÓN.
"NO VOY A TRATAR DE DEFENDERME
SINO DE SER DE VERAS DESDICHADO".
Francisco de Quevedo.
TODO LO QUE YO TE AMÉ
SÓLO NOSOTROS LO SÉ.
YO TE AMABA
Y TÚ ME AMABAS.
PERO ERA IMOSIBLE AL SOL
COMPORTARSE CON EL AGUA.
TUVE MIEDO NO SÉ POR QUÉ
PECES DE ACERO EN LA GARGANTA
PARA CORTARME LA PIEL.
YO TE VEÍA Y HUÍA
PORQUE TE AMABA,
Y AUNQUE LO SABÍAS
EL AGUA LIMPIA ASQUEABA.
DE OTRO PUENTE A OTRO PUENTE
LOS RECUERDOS AMARGAN
¿POR QUÉ NO TE AMÉ
SI TE AMABA?
¿POR QUÉ NO TE HUYO AHORA
SI NO ERES NADA?
TE ODIO TE HUYO ME AMARGO
COMO EL RESTO ARQUEOLÓGICO
QUE QUEDÓ POR ESCRIBIR.
¿POR QUÉ VAS A SUPONER
SI NO HAY NADA?
¿POR QUÉ NO TE AMÉ SI TE AMABA?
jueves, 3 de abril de 2025
ROMANCE AL CONDE DON JULIÁN. LA COCAÍNA DEL INFAME DEMACRADO.
EL RÍO ARRASTRA COCHES Y UN POSTE
hasta el mar de la nada.
¿Quién sabe si dulce o tóxica
tus besos naufragan?
Coches herrumbre a montones
contra escaparate en cepo,
¿quién sabrá que te amé?
tu cuerpo son mil cuerpos.
Mi sexo revienta el techo
¿quién escapará de la noche?,
la cigüeña golpea duro el agua
en lo alto de la torre.
Como las raíces de la tierra
No escaparemos del tiempo,
ni el babeo desde la popa
ni odio tu chantaje eterno.
Un caucho ardiendo tu lengua
seca la arena sin altar
de animales sagrados,
demacrado ¿a quién amar?
LA TRAICIÓN buscando justicia,
la ruindad buscando otro premio,
esa ratonera concéntrica
que nos salva en otro veneno.
¿Es el placer un triunfo
ante tantas derrotas?
¡No y no!, ayuntan los coches
asfixian olas sin rumbo.
¿Es la muerte un triunfo
ante otro golpe más fuerte?
el colchón sudado yerve
la risa floja del bufo.
Cómo se creo la leyenda del rock psicodélico: Arthur Rimbaud (1854-1891).
¿Por qué nos gusta tanto y nos atrae la sabiduría de la autodestrucción? ¿la creatividad destructiva? la angustia kierkegaardiana.
Siempre que recuerdo la canción de "All along the watchtower" de Jimi Hendrix me acuerdo de Rimbaud,de las burocracias del poder y vigilancia que pretenden reprimir al individuo (en este caso la madre posesiva de Rimbaud), aunque era imposible que Rimbaud (el autor de "Canción de la más alta torre") hubiese podido imaginar una música así.
Además Rimbaud aunque tenía facilidad para la palabra y aprender la base de varios idiomas no sabía técnicamente, ni por dentro de música. Sabía de sarcasmos, de gruñidos, de impertinencias humorísticas no muy desarrolladas pero no de música. Uno puede ver paralelismos de sentido entre el "Barco ebrio" y el "Light my fire"(Enciende mi fuego) de Jim Morrison, pero el detonante más importante el rock psicódelico no estaba allí.
Tras cada poema de Rimbaud hay una historia legendaria de difícil contrastación.
Tras "Mis pequeñas amantes" hay una ruptura dolorosa con una preadolescente burguesa y borde de su pueblo a la que llama constantemente "feucha" y que explica su (supuesto) posterior rechazo a los valores burgueses, tras el poema "A la Música" la historia del encuentro y de la historia de amor entre su padre un militar aventurero y su madre una extremadamente rígida católica obsesionada con la educación de su hijo.
Todo esto se intuye bastante pero es demasaido volátil y no se comprueba. El poema "El corazón robado" (mayo 1871) detalla emocionalmente una violación que queda indefinida en el tiempo, ¿fue violado por los suyos?¿por soldados anárquicos en la Comuna de París en la que al final no estuvo? no se sabe. El soneto en la cárcel en que por no pagar el billete del tren es encerrado durante una semana y donde un anciano le recuerda a los heroicos muertos de 1792 y de 1793 y los compara con los de 1871.
Es todo demasiado grandioso, demasiado heroico, y a la vez nos imaginamos que demasiado mugriento, lleno de exageraciones e insinuaciones que no se concretan ni en el poema ni en la realidad.
El dejado e irresponsable de Arthur Rimbaud deja poemas olvidados y la edición de su libro sin pagar esperando que por una vez el destino acuda a su favor.
¿Quiénes crearon la leyenda de RIMBAUD y por qué?
Verlaine que no hizo más que reinvidicarlo enamorado, a pesar de todo, escribir sus poemas perdidos de memoria (una memoria sorprendentemente buena, como se demostró cuando después aparecieron los poemas de verdad), intentar editarlos, y convertirlo en leyenda junto con varias anécdotas con personalidad mitómana.
De hecho, en 2014 se descubrió que el poeta anulado Germain Nouveau fue el autor (y que después tuvo varios brotes esquizofrénicos), que transcribió o ayudó bastante en la obra Illuminations y se calcula que de su obra "Una temporada en el infierno" hasta la sección titulada "Adiós".
Quizá como un Lope de Vega o como un García Lorca se creo una cohorte de seguidores mitómanos que lo elevaron, ¿y acaso no siguen siendo importantes Lorca en muchas canciones de flamenco o Lope de Vega al crear letrillas del folclore popular de su época? Pero Lorca todavía sigue viviendo en la música por mucho que haya cambiado el flamenco.
Sus compañeros Ernest Delahaye y Louis Pierquin, historiadores de la literatura, mitificaron más aún su adolescencia en Charleville, Germán Nouveau que era un buen poeta errante le empujó para que siguiera creando, Paul Demeny reivindicó su "Cartas del vidente" ante la camarilla de Victor Hugo príncipe de las letras francesas de aquel momento, y su opositor Paul Claudel creo su necesaria leyenda negra durante la Belle Époque reconociéndole que era un Genio Maldito.
Rimbaud salió asqueado del mundo de catacumbas de la poesía, que ni te sacaba de la miseria ni te estabilizaba la vida, sin dejar rehenes. Él suponía que otros harían el trabajo sucio de recopilar todos sus poemas, de editarlos, pero no incomprensiblemente no le importó. Buscaba estabilidad, trabajo, viajes, dinero, una vida ordenada lejos,muy lejos.
Sin embargo, los poetas e historiadores siempre le fueron fieles de la peor manera posible, intentando oxigenar la fragmentariedad y el vacío de sus poemas. Dándole un necesario sentido, mitificando todo lo que saliera o se hubiera quedado a medias de Rimbaud.
No obstante, la mejor manera de entender el abandono de Rimbaud en una materia en que era el Genio, es compararlo con los creadores punk que dejaban el punk hartos de heroina, peleas, veneno alcohólico y la promesa incumplida de mucha fiesta y sexo. El punk muchas veces también acababa en exclamaciones, en réplicas humorísticas absurdas, gruñidos y una sombra sobre un agua turbia.
miércoles, 2 de abril de 2025
El laberinto de arena. HAMLET hablando a OFELIA muerta.
"¿Para qué sirvió cortarme las venas? ¿para qué sirvió huir y cruzar en rojo? ¿para qué sirve ya amar?".
Sin duda te merecías más
mucho más, rechinan los dientes,
¿y ante el dolor qué más da
- la lluvia* en el mar- si mientes?
La ratonera concéntrica
no se escapa del tiempo,
arde la hoguera en la arena
pero recuerdas un templo.
La traición buscando justicia,
la ruindad buscando otro premio,
esa ratonera concéntrica
que nos salva en otro veneno.
He asfixiado mi dinero,
mi dinero mi sagrado dinero
con todo lo que me costó
y al fin solo mar...te quiero,
¿Para qué sirve mi amor?
¿De qué sirve mi dinero?
En el árbol grita el loco
frente al desierto.
¿de qué sirvió huir, de qué
cortarme las venas ya?
¿y cruzar en rojo?
¿para qué sirve ya amar?
Hago todos los nudos
que puedo y uno más...
te duelo y me arrepiento
¿qué más da?
*el volcán.
La ratonera circular.
Mi madre tenía 71 añitos, estaba bien de la cabeza, pero estaba algo sorda, usaba uno de esos sonotones antiguos que funcionaban a rachas, y veía mal de lejos. Un día tenía que ir al oculista. Esperaba que tardaría más dos horas fuera. Al llegar a casa me la encontré leyendo sola en el salón. - ¿No tendrías que estar con el oculista?
- Hijo, cuando llegué el médico me dijo que me sentara para hacerme el examen de oculista. Yo le dije que no podía escucharle, que tenía que hablarme mirándome a la cara y si podía, lentamente. No sé qué pasó, sin embargo, noté que me estaba gritando, yendo de un sitio a otro enfadado, y señalando letras dándome la espalda. Aquello se volvió un infierno. Me levanté y me fui a la secretaria. Le dije que me diera cita con otro doctor, que no aguantaba los gritos de ése.
Ella me dijo que la única cita disponible que tenía era dentro de un año y le respondí: -"estupendo, dentro de un año". Y me fui. No tengo edad para estar cogiendo nervios, ni para estar esperando.
-¿Pero y si estás mal de verdad?
- me da igual.
A la mañana siguiente de la secretaría la llamaron respondiéndole que tenía cita en 4 meses, pero con el mismo médico. (Yo había tenido que llamarla a escondidas para que me hicieran el favor y les pedí que no se lo comentaran a mi madre). No obstante, parece que sí lo hicieron, y que hasta bromeó conque su hijo tiene que solucionar las rabietas seniles de su vejez, que parecía una niña. Mi madre estaba cortando una cebolla y se rajó un dedo de los nervios, no dijo nada a regañadientes y aceptó la siguiente cita sin querer buscar más problemas.
Mientras se chupaba la sangre del dedo se decía: "por culpa de este oculista, ahora veo peor de cerca. No iré a la próxima cita, me da igual, iré por la privada".
lunes, 31 de marzo de 2025
"¿Para qué volver? ¿para qué?"
"¿Para qué volver?
¿para qué?"
Yo quiero recordarte solo amores
con la sangre en la lengua podrida,
sin saber a dónde la dura brida
arrancó la raíz de tantas flores.
Ni el estoque íntimo ya besa en serio
el futuro parecía tan sin mella.
La hueva mira con asombro la estrella
de tu pecho entre el alga sin misterio...
Te amo sin querer verte y ya me tomo
en serio al infierno aunque no lo toco,
el toro embiste lo que empalaga.
No abrazo la sombra del rascacielos
de un futuro imposible de celos
pues ya no saldré de él haga lo que haga.
En la rama del pecho en sangre brida,
tu voz de vidrio y sangre se ha dormido;
el jazmín de mi carne, roto y frío,
llora la noche que jamás olvida.
El caballo de fiebre en la huida
deja su rastro azul, que es desvarío;
y el agua, que en la sed de mi baldío
busca tu boca, muere sin medida.
Por tus hombros de mármol, sin aurora,
mi dolor es un clavel deshojado;
arena ciega que en la orilla llora.
Así, en el mar sin luz de tu costado,
el amor, que es de hiel cuando enamora,
es mi sangre en silencio derramado.
viernes, 28 de marzo de 2025
Un recuerdo feliz a posteriori.
“Te amo, te amé siempre, te amaré siempre” ponía en la foto. Se apretaba los labios. No sabía si romperla, pero no, ni la rompería ahora y la pondría fuera de su alcance si en mitad de la noche tenía la tentación entre rencores de romperla.
Era una foto en que él abrazaba de niños a la que sería su expareja y que con una mirada pizpireta ella no sabía ya cómo reaccionar: ¿por qué me abraza tan fuerte? ¿es un abrazo de cariño, de bienvenida, de amistad?
Estaba bella y se sentía fuera de lugar. La letra ya era de un adolescente, años después de la foto.
Le dejó un mensaje de cariño en el whatsapp deseándole lo mejor y nunca supo si lo leyó. Días después la bloqueó y la eliminó para no tener ningún arrebato y faltarle al respeto. Pero bueno, el cariño seguía ahí después de todo.
Ya de adulto tirando a mayor tenía que ser feliz: necesitaba aquella foto. Y los momentos felices son para siempre.
L.S.D. Ya hiciste tu vida y nada importa.
¿Para qué volver?
¿para qué?
Ya hiciste tu vida y echar en cara
la rocaflex al rostro sin quererlo,
no tiene sentido aunque pueda verlo
del fular que atas como si rajara.
Cansado te busco inútil payaso,
sin rumbo ancla a rastras sin suelo del mar.
Corro en la arena y me hundo sin avanzar
y grito aunque ya ni me haces caso.
¿Para qué volver?
¿para qué?
El bebé que imita tu carantoña,
bromear el recuerdo que nada importa
milagro de los panes en la nada.
Te amo o no, ya ni a mi carne podrida
importa, solo la flor que acorta
el aroma que asfixia ya sin vida.
¿Para qué volver?
¿para qué?
jueves, 27 de marzo de 2025
Te amaba. No pude, no pude decirte nada.
No pude
no pude decirte nada.
Te amé en silencio, te amaba
ni estrella ni mar, nada.
Me gusta cuando hablas
y ríes concentrada,
queriendo entender el aire
cuando no hay nada.
No pude aquel largo año
decirte cómo te amaba.
El motor rechina en la vela
te amo a pesar de tus artimañas,
estés en la disco que hiela
el veneno arda mis entrañas.
Aunque rompa tus fotos
Te amo aunque nada quiera,
en la noche aro el pasillo
rostro del carnet de esquela.
No pude
no pude decirte nada.
Que sea el saludo no devuelto
peor que el ciervo cornea en berrea,
- el yonki ansiando en la noche -
que me muerde las venas.
Te amo, qué rabia
te amo, qué pena.
Te amo sin hacer las paces
sin saber nada de lo que haces,
sin recordar si eras bella.
Ladrando hasta que me alcances.
No pude
no pude decirte nada,
no pude
decirte que te amaba.
lunes, 24 de marzo de 2025
EL AMOR A TRAVÉS DE LAS PANTALLAS DE LAS REDES SOCIALES.
Después de tantos clicks clicks llegó el rayo
con la lluvia que ya en el mar embistes.
No te cortes las venas para que existes
no hay fiambre que apantalle* cuanto callo.
La viuda abre la veda y aunque insiste
no lamenta más lo que ya amurallo,
has muerto ciervo en berrea en que alambre hallo
mis venas, donde grito lo que no creíste.
Has sufrido el eclipse que has amado
no sé si habrá luz tras esta muerte,
o morirá mi sombra en lo callado.
Ni te pido, ni exijo penitencia
del trabajo forzado para verte,
sino que el aire me arrastre como hierba.
* Demostrar, enseñar en un segundo.
jueves, 20 de marzo de 2025
La despedida de un gran amor.
Soy el agua que rebosa roto el vaso
te amo arena que borras la pisada,
creación del cosmos si antes no hubo nada
como un desfile al que no cojo el paso.
Te amo pesadilla mientras duermo al raso,
que llore sangre mientras veo mi mirada,
nostalgia de que huela a ti mi almohada
te amo con la indirecta del payaso.
Te amo sin saber si soy yo el troyano
que une con ceros y que vende adicta humos,
te amo como un pintor ciego a sus manos.
Te amo como un cura en lo que profano
quitando la vitamina a los zumos
por disfrutar de ya no ser humano.
lunes, 17 de marzo de 2025
Yo ya te amaba.
Desde el solar el Paraíso
tras la tempestad, sin una valla,
miles de peces muertos
tranquilizaban la playa.
yo ya era así antes de que tú llegaras
con la vieja en mecedora
y el niño que pateaba,
vivía enamorado de ti sin conocerte
dándote mucha importancia,
sin poder comer y sufriendo mucho
entre la herrumbre de un solar
rodeado de casas.
La historia de la esposa de Camilo José Cela.
- No llores mamá, tus lágrimas nunca valdrán la Luna.
-Gracias, hijo, gracias a ti he podido recordar lo feliz que fui de joven.
"La chica que sueña con acercarse a la luna...Estará contenta con su llegada" le contaba Camilo José Cela a su hijo intentando inculcarle la ambición desmesurada que él y su mujer habían tenido desde que empezaron a salir.
Se conocieron de jóvenes cuando él acababa de llegar a Madrid y era un periodistilla y ella secretaria. Ella le dijo: "tú ganarás el Nobel de Literatura, yo te ayudaré". Ella le pasaba todo lo que escribía a máquina de escribir y obligaba al vago de Cela a seguir escribiendo.
Cela fue adquiriendo prestigio y con 70 años era un escritor increíblemente reconocido. Cuando parecía que pasarían juntos la vejez con su hijo, estalló la bomba. Cela tenía una amante 40 años más joven Marina desde hacía 4 años, y quería hacerla su esposa. Para colmo, le concedieron el Nobel de Literatura.
Entonces el hijo le contaba el cuento de la niña que soñaba con ir a poner una bandera en la Luna. - No llores mamá. Al final habían conseguido llegar y clavar su bandera. (La madre se sentía como un Moisés que veía la Tierra Prometida que nunca habría de pisar).
Charo esperaba ir a la Ceremonia como madre de su hijo y su secretaria pero despechada realizo una entrevista donde dijo que había tenido una relación sentimental con Caballero Bonald, un escritor más joven que ella, y que había sido el hombre de su vida.
Cela ya tenía la excusa para no invitarla a la Ceremonia y Marina para decir que no fue esa gran historia de amor sublime, sino una pareja por interés donde su esposa hacia de secretaria y administrativa. Incluso la mayoría de la gente que apoyaba a Charo, prefirió ignorar la entrevista y no hablar del tema, como de las infidelidades de Lady Di en su momento.
“Nos casamos sin amor, porque el amor es para cursis” dijo de joven Charo una vez, pero era mentira. Con algo de rencor e impotencia paseaba por Madrid con su hijo recordando los momentos felices de su matrimonio con Cela. Sus paseos con bailes por el Retiro, las fiestas en Gran Vía donde la gente no se podía quitar el abrigo porque no hay dinero para la calefacción.
“Gracias, hijo, gracias a ti he podido recordar lo feliz que fui de joven”.
Persiguiendo desesperado una carroza de Carnaval.
"Sitio al que juntos nunca iré
¿qué cuchillas profané?"
¿Qué será de mí sin ti
si ya no te acuerdas de mí?
¿dónde morirán si no hubo besos?
Perro herido con el ojo podrido.
La rabia consume mis huesos
¿a dónde te has ido?
Allí bailas sola.
Y yo disfraces del infierno
rodeando las olas.
No vayas, no iré,
al sitio al que nunca he ido
al que juntos nunca iré.
Alguien hace bromas conmigo
pero réplica el estruendo
y yo devuelvo otra broma
que no entiendo.
Ni el confeti tirado
desde los balcones
tiene tus manos tan suaves.
Ni quema el polvo tus blasones.
viernes, 28 de febrero de 2025
Y tras tanta muerte...
Era una niña obediente pero necesita saber el secreto. Una noche oyó a su padre que mejor era no haberla tenido, que con la tienda no podían gastar los gastos que ocasionaba. Como en el cuento del Flautista de Hamelin la niña escuchando susurros misteriosos, se metió como por un impulso en el bosque. Primero la buscaron, después los padres sintieron una enorme pena, pero no culpa, porque no sabían si los había escuchado. Después llegó una sequía terrible, los negocios tuvieron que cerraron. Los vecinos acabaron por malvender sus casas e irse. El pueblo quedó en unas casas en ruinas.
Su padres buscaron en todo el bosque incendiado, pero escuchaban el hermoso murmullo misterioso. Quince años después, la niña volvió increíblemente.Los padres extrañados le preguntaron pero no sabía qué responder. Estaban tan alegres y avergonzados que no quisieron preguntar más. Solo sabían que había vuelto. Pero ella les contestó: no os preocupéis por mí, solo he vuelto cuando tener valor para despedirme.
Así entre lágrimas y recriminaciones de lo que habían sufrido por su culpa y de lo bien que había vivido a su costa, la niña se fue dando las gracias, sin mirar para atrás.
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