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Alicia atraída por la madriguera

sábado, 19 de abril de 2025
La secta del ajedrez, el juez y el niño prodigio.
Al principio el niño corrigió al Maestro Supremo en público y le dijo que hacía trampas.
El maestro pasó vergüenza y juró en secreto venganza.
El niño prodigio Ressendi fue destacando más y más, y permitió jugar contra sus rivales sin la dama.
Pero el niño tenía una familia problemática, era orgulloso e impulsivo, a veces daba la sensación de que tenía rencor contra la vida y de que sentía que no le valoraban.
Un día en la revista del Movimiento Luz Vida, donde estaban los preceptos religiosos sagrados, el niño añadió sus parábolas y nuevas jugadas maestras de ajedrez. Pero un guardián editó sus escritos, y de diez sólo le permitió que publicara una parábola.
Él como venganza fue al panel público y rompió todos los textos sagrados. "Si no publico yo, no publica nadie".
Entonces la mayoría de los miembros pidieron que fuera expulsado, que se despreciara a él y a su familia y que nunca volvieran a tener trato con la comunidad.
El Maestro Supremo sabía que era desproporcionado, pero que daba igual cual fuera la sentencia, porque ya la comunidad le había negado el saludo y le daba la espalda. Sin embargo, se negó a castigar un niño. Su venganza tenía que ser justa. Al final expulsaron al Juez, al niño y le hicieron la vida a la familia hasta tal punto que se fue y fue olvidado, aunque quedó un sentimiento de culpa hacia el Juez que había sido incapaz de dictar una sentencia desproporcionada.
¿QUÉ habrá de aquel pobre juez? pensaron. ¿Dónde estará? Pero, de todos modos, ¿por qué vamos a tener un juez que no se atreve a condenar a nadie?
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