Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 8 de mayo de 2025

El joven punk y la sublime carta de amor.

Cuando comencé mi relación con mi mujer encontró durante una limpieza un anillo de mujer en el hueco del sofá, me dijo si quería tirarlo, pero no me montó ninguna bronca. Me pasé horas intentando recordar de qué mujer había sido aquel anillo, estaba preocupado porque no me acordaba, y tenía que ser un fallo grave de memoria, porque tampoco habían pasado tantas mujeres por el sofá. De pronto, recordé, hice misión de aquella mujer y del por qué había conseguido olvidarla. No era una mujer esquizofrénica, pero era una mujer perversa que estaba constantemente mintiendo -no por dignidad- sino porque le gustaba sentirse deseada, ofendida, victimizarse, liarla, crear unas situaciones degradantes, tener a admiradores detrás, quedar en citas todos juntos y hacernos pelear unos con otros. Yo le escribía cartas de amor pensando en otras mujeres que sí había amado en el pasado y estaba seguro que ella que no tenía sensibilidad las leía por encima sin enterarse, se la enviaba a sus otros pretendientes, que solo las leerían por encima, lo suficiente para odiarme y enviarme amenazas por el móvil, antes de bloquearles. Sin embargo, de lo que me acordé es que con 39 años esta mujer tenía un hijo, que desde que nació se lo habían quitado Asuntos Sociales para ser tutelado por la Oficina del Menor de Canarias. El chico vivía en un centro de menores, se había hecho punk y dentro de poco iba a cumplir 18 años,la mayoría de edad, y por tanto lo echarían del centro y en una llamada a su abuela y otra a su madre les decía "que por favor, tenía que ayudarlo, que no tenía dónde quedarse, que si no, se quedaría en un centro de mendigos o en la calle". Se me puso la piel de gallina y un relámpago de angustia, sufrimiento y mal rollo me recorrió el cuerpo. ¿Cómo sería estar desesperado, con angustia y sufrimiento y depender de una mujer infernal así? Y saber que nunca habrá solución. Así que mi última carta se la envié pensando en aquel joven como si fuera el hijo que no tuve... "Qué dulce sería la fiebre a tu lado, te beso de lejos, así no te contagiaré mi ansiedad...ni mis microbios". "Debería reñirte pero estoy taimadamente feliz pensando en ti". "Sí, te quiero y si supieras cuánto, nada podría entristecerse ni por un segundo en toda la vida"...

No hay comentarios:

Publicar un comentario