Literatura/ lengua,cine, música y arte.
Alicia atraída por la madriguera
sábado, 16 de abril de 2022
La despedida imposible del héroe.
Yo elegí venir con ella a jugar al Bingo vecinal y tendría que pagar las consecuencias. Pensé que después de lo vivido no se enfandaría por chorradas. Siempre tuvo un odio contra todo como si la vida la hubiese tratado mal. Se peleó con su hijo Jerry mi amigo al que dejó de ver durante dos años, éste intentó hacer las paces con un ramo de flores y un perfume de lujo en Viernes Santo que le costó un tercio del sueldo del mes. María Mlhm cogió el perfume, lo reventó contra la pared y le dió un portazo entre gritos.
Jerry fue con su motillo hacia a su trabajo supongo que con un ataque de nervios, y aunque era un piloto experto en la carretera dentro de un barranco en un adelantamiento indebido se chocó con el coche que venía enfrente y murió en el acto. Tuvo suerte y aunque la responsabilidad fue suya pudo recibir una indemnización para incinerarlo. Elucubré que se sentiría culpable pero tampoco fue así, la culpa volvía a ser de todo el mundo, incluso de mí al que acusaba hirientemente y a la cara para colmo de haber dado la espalda a un amigo del alma.
A partir de entonces todo eran reglas tontas y humillaciones fuertes en público al que se las saltara. Me invitó a acercarme a un Bingo vecinal con las amigas y acepté. Con tal mala suerte que empezó a tocarme el tercer cartón entero.El premio no era ni dinero sino entrada gratis a unas clases de cocina. María me miraba mustia, y empezó a quejarse que sacaban las bolas antes de repartir todos los cartones, que era trampa, que todo estaba amañado, y que denunciaría a la Asociación de vecinos por estafa. Yo me sonreí sin maldad con la joven de al lado, pero eso le ofendió.
Entonces se puso a inferir con sus amigas que yo estaba tirando los tejos a mi compañera, que pretendía poner los cuernos a mi novia y que era un Judas. Eso me dolió,no solo porque yo también estaba peleado con mi familia y mi novia era el único vínculo serio que tenía, sino porque estábamos mal y aquello sería la estocada final. Empezaron sus risitas. Quise quedarme a solas con ella para echarle en cara sus comentarios con ganas de darle tres bofetones.
Pero sería peor,y me echaría en cara que no solo no cumplía las reglas sino que le había gritado y faltado al respeto. Dije que me tenía ir inmediatamente. Se ofreció a llevarme en su coche, porque estaba a tres horas a pie de casa un sábado de noche, pero le repliqué que no. "Qué chico más raro es" repitió. Volví imaginando a ver si alguien le invitaba a acercarla en su motillo a su casa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario