¿Pero no te pudres chicle reseco
Al que mascaron toda la glucosa? ,
Tu magia no dejó una flor hermosa
Pero rajó alquitrán de estío seco.
Tu encanto muere inútil cisne negro
Baila sobre el rascacielo en las olas,
Sé digno en la eterna muerte a solas
Al rumiar cada ofensa con tormento.
Al hijo que no ves no guardes la vez
Ni preguntes por el premio que no ves,
Cuando el barco vuelva con la red vacía.
Es tarde, pero reacciona trueno de aires
Sin fuerzas buscando más placer no ases
El recuerdo que otra vez debilita.
De la bella mujer que se fue
Nada eches en cara con rencor.
Ni El deseo sin un recuerdo en tu piel
Ni El fraude ni un céntimo te robó.
Quemando mármol de un templo en ruinas
Con una brisa de árboles lejana.
Pero el placer tranquilo hermanas
ser más débil aún te repugna e intima.
Un Midas del placer ajeno
El Alquimista más triste y extraño
A la ahulaga no hiciste un amaño
Ni en oro buscaste un placebo.
No un lacrimógeno sermón
Para dar su imagen al Teide,
Y que el bosque su aroma adrede
Eche ante un incendio sin perdón.
El sexo de un poema sanguinario
Que el tiempo trasmuta en ñoño,
Siento el coágulo del retoño
En el golpe de cada campanario.
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