El vecino médico al que uno siempre ve mal vestido y musculoso. Con pinta de ser muy duro y un juez pantócrator sin piedad.
Y la cardióloga con el que he coincidido en el enorme Gimnasio,donde nadie se acuerda de ella y va peor vestida aún y se pasa horas y horas haciendo cardio y zumba(o algo parecido) en bicicleta.
Ambos con aspecto de medio locos y vagabundos. Los auténticos esquizofrénicos que están controlados bajo cierto control hospitalario cuando salen llevan el atuendo más ordenado. Gente a la que admirar,sí pero desde lejos,uno se siente seguro de su encanto solo desde lejos.
A los jueces uno puede admirarlos pero nunca amarlos,solo cuando la amenaza de la Ley te hace ir por el camino duro de la disciplina y ves los resultados, o sea cuando te has olvidado del juez,puedes sublimarlo y sentir sus frutos.
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