Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

viernes, 24 de febrero de 2017

Décima repentina: recuerdo del sufrimiento de juventud. A lo Yeray Rodríguez.

La clase del poeta repentista Yeray Rodríguez Kant llena de chistes y malentendidos sanos y brillantes le dejan a uno el vacío de la juventud prematuramente desperdiciada.

Todo suena tonto y escama,
paradoja eres que abreva
las alas del que me lleva,
la arena a gusto que arrastra
luz que tropieza y soflama.
Aroma de la flor mustia
que pervierte el gusto y angustia
pródiga vida sin misterio,
qué fue amor del sin remedio
bastardo de la alta alcurnia.

Tu belleza profanada
por el tiempo vidrio roto,
malla metálica devoto
a dejar la cara empañada / arañada
en el trauma de la nada.
Lo que pudo haber sido
caricias de un cráter herido
ese gas no lo perdono.
Ni a muerte el abandono
ni el mérito que no he sido.

Te amo a pesar de ti, mi amor
hasta que me harto de sufrir,
te toco otra vez cicatriz
que evito como luz del sol,
tras cien victorias el horror.
El triunfo desperdiciado
por miedo al amor no dado
de la niebla de montaña,
donde el huido hueco araña
mal chiste para ser salvado.


Tu rostro no tiene espejo
que enseñe el bello reflejo
aunque brille tu madurez
¿vivirás viejo de una vez
o será un vino sin pellejo?.
Para qué estruendo sufrir
lleno en cuajo sin ser lombriz.
Noche eterna sin remedio
fruto sin cuervos del tedio
¿Nadie te robará en desliz?.


Los nidos de mariposa
se pierden en la niebla,
qué recuerdo hueco abreva
la inmadurez que reposa
sin un cadáver que osa.
La juventud triste invocación
cicatriz de una maldición
que en el mármol queda,
recuerdo: ¿quién te entierra
naufrago hueco del corazón?.

Crea excusas para no vivir
árbol inútil sin cielo,
árbol que rompe el suelo
sin anclaje donde existir
un robo que te hará pedir,
es la gayola sin peaje
desengaño sin trucaje,
¿para qué dejar muerto
el algibe para un desierto
que no premia el peregrinaje?.

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