No caigas triste al chiste chabacano
porque no escuchas el fajo del dinero,
como el grajo que huye sin plumas del cepo
fanfarronea sin guerras veterano.
Del paraíso no has sido expulsado
el cuchillo final te da la derrota,
si tras tanta victoria queda esta orla
aunque ningún cura haya consagrado.
Al naufrago el mar del triste enfada
sus olas no reverdecen el desierto
la pena no premia la marejada.
¿Por qué me prometiste el barco muerto?,
¿por qué fingir saber la coordenada
si tras tanto sufrir tenías puerto?.
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