Cuando insultan a los clásicos pienso que tienen razón. Las infantiladas de Kafka, la obscenidas y el conceptismo estridente de Joyce o las descripciones kilómetricas y la hiper hipersensibilidad de Proust. En ello veo impostura y mal gusto, pero cuando pienso como Joyce estuve 7 años viviendo en la miseria viendo aumentar su familia ante las criticas de su esposa Nora sin el reconocimiento ni el incentivo de casi nadie.
Cuando pienso en la soledad de Proust durante años tirado en aquel colchón recordando y alargando con una elasticidad imposible los recuerdos rumiados de la infancia,respeto su dolor caleidoscópico,su fortaleza, su ansiedad necesitaba de remordimientos, de echar en cara,de recompensa en la indigencia espiritual y de calmantes artísticos.
Ánimo, que a ti acudan tus escribanos, que tu calma recaiga en tu rostro, que tu vida no sea una serie predecible, aunque adictiva, que los clásicos sigan siéndolo para los restos, que tus ojos vean lo que otros no ven: la belleza. Incluso en el vuelo de una bolsa de plástico en un parque desolado. Honestamente espero que tus ojos me cuenten que todo te va bien.
ResponderEliminarUn gran abrazo.