Sin pena ni odio llueve
sin nada que pese o pose
en la página del postre
blanco pasado de muerte.
"YO NO AMÉ no amé yo no amé
¿cómo llenaré esta lámina
de muerte sin páginas
esta lluvia en que no mojé?
Llueve con odio de presos
el llanto del feto sin piedad,
cuándo seré en la ciudad
un amante entre besos.
Perros rabiosos con miedo
que muerden las sombras.
Elefantes que golpean
hundiéndose en las olas.
La lluvia es un muerto en Las Palmas
que se encoge de hombros
es barro con piedras de odio
sobre el agua chabacana.
No hay vértigo que rememore
el beso en que apartaba la cara
para no ver que apartaba
el vacío eterno del hombre.
El asesino te echa con descaro
en cara que reces hoja en blanco,
llénala con sangre siempre,
con sierpes en madrigueras
aunque la inunde la marea,
quien pueda con muelles
y entre los buques con aceite.
Uno tiene que hacer
lo que hace bien,
aunque se maje los dedos
por falte de aprecio.
Ama para que no divagues
por la página en blanco,
sino por el cosmos desolado
por quien no trabajan para que lo amen.
Un cáliz es la página en blanco
pero más lo es tu mano
que del guano ácido no descansa
como cachorro en dentelladas.
Tú eres el mundo multiplicado
ninguna presa huye de tu mano
eres el infinito oleaje
el trabajo duro con peaje
sin tulipán pero con capullo
de sudar sin sueldo tu orgullo.
Podrás no obtener a la amada
quizá de verdad no lo intentaste
pero con tu cohete conquistaste
la luz sobre la nada.
No veas amargado
tu juventud desperdiciada,
ni la luz y las jóvenes
disfrutando en la playa.
La flor se pudrió en tus manos
con su sonrisa eterna,
solo murió para tus ojos
¿y a alguien le apena?.
No eche en cara a la belleza
que fue un mal pago,
también creaste belleza
ya de sobra te pagaron.
Dedicado a Eche.
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