CHARLIE HEBDO, ¿DÓNDE ESTÁ EL RELOJ DE ORO DEL ABUELO DE CHARLIE HEBDO?

            Con sus tres pelos grasientos Charlie hacía sus besuqueos
para reírse de los corruptos de poco dinero.
Se reía como un columpio
que raja la cara a la casada haciéndose fotos
con su vestido de bodas.
Se reía histérico dando patadas contra el suelo
y sacaba las maldiciones de Mahoma
arrancándose pelos de la barba contra su pueblo.

Las ambulancias no podían
 conducir ni de noche
no podían volar cerca
 de las ciudades los aviones.

Todas las estrellas eran un misterio.
Y los tanques quedaron
atascados en la arena
y los escorpiones se salvaron.

Y la gente bebía vino alegre
a escondidas.
Y perdía las facturas de alegría
aunque pudieran detenerles.

Y los taxis tenían que conducir.
Y los funcionarios ante las grandes preguntas
de la vida maldecían como putas
ante el infierno al que no iban a ir.

Y como un ángel te alejabas
al recuerdo del río eterno
Ante los besos resecos
de los restos arqueológicos.

Y ametrallaron las grapadoras
y mataron a los periscopios
de luz siempre tan obvios
y los brazos de la faraona.

El amanecer había acabado
y las deudas se habían acabado
pero los trenes seguían llegando tarde
por fin tras la nieve de tu recuerdo
y yo lejos seguí nevando.

¿Dónde están los muertos
cuando pasan las nubes
dónde están las sombras que no vemos
y sin cencerros las ubres?

Y ahora se pelean por la usura
de los muertos.
Este tenía unos calcetines
y aquel un reloj de oro.
¿ Dónde está el reloj de oro de mi abuelo?