Al extrañísimo traidor Vellido Dolfos
( No preguntes en Zamora
a la legión por genocidios
ni des caldereta a los cerdos
ni preguntes por Vellido.
Con aceite de ricino
te tirarán del campanario
serás estrella de mar
entre los bivalvos)
No buscaste réplica
Nadie te defendió
ni buscaste oro
en el pié que te pisó
Aquel amor se perdió
en otro falso horizonte
pero solo veo el sol.
Ansioso buscando en las esquinas
a un borracho al que explicar
tus guirnaldas de espinas.
Buscando en la terrible noche
los muñones de la lepra,
para huir de los espejos
de la voz,la luz que despierta
déjame en el mar lejos
donde dé amnesia
la amnesia de los desiertos
y la racanería de las viudas negras
despierta,despierta.
¿ Por qué se arrastró
en las arrugas del árbol
por qué mató el traidor?
¿ de su deseo estará a salvo?
¿ Fuese ese tu amor?
¿una promesa sin prenda
quién te rescatará ahora
de quien te niega en la quema?
Tú débil como un pingazo
sin fuerzas para renegar del placer
buscaste fe en los abrazos
y te abrazaste en la piedra para saber...
y hasta te negaron tus brazos.
Aquel amor se perdió
en otro falso horizonte
pero solo veo el sol.
Y hasta la mujer que te prometió
te negó en tu cara
huye rápido para que
no te niegue la madrugada.
Tus pechos y tu sonrisa
de lenguas antigüas
se bendijeron en una misa
que nadie entendió
de miradas ambigüas.
Déjame en la horca
en las riendas del caballo
que el precipicio desboca
dentelladas en los labios
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