Al sagrado deseo que se siente inútil al ser siempre engañado.

No lloro tu muerte sino el desengaño de la flor de hielo que al abrir deshacía, y el relámpago que entre olas moría del cansancio de gritar contra el naufragio. Fue un portazo que di al abrir mi puerta como si borrara de tu labio la memoria, un berrido a un pergamino sin historia de una playa virgen con cien banderas. ¿Qué queda en la hoguera tras quemarla? dame aire flor de alondra mustia pergamino que mueres en mis garras. rocío que ensucia al barro de la angustia. Que el amanecer muera al compararla a otro mar,a otro sol que al nacer asusta.