Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

domingo, 8 de enero de 2017

La autodestrucción en Kafka.

Lo malo de Kafka es que todos sus finales son patéticos y acaban fatal(al contrario de Dostoieski).Si acabaran bien serían ejemplos máximos de voluntad,amor a la vida y superación personal de la Literatura Universal.Sería la fundición entre el amor fati a la vida a pesar de todo y la alta literatura. Su autobiografía fantástica "La Metamorfosis"en 15 días,por supuesto acaba fatal,y más que un desahogo existencial,parece un canto patético de amor a la autodestrucción sin contrapartidas,por lo que produce tanta desolación,y es lamentablemente un clásico. La literatura de Kafka tiene mucho que ver con la literatura de santos(no la hagiográfica precisamente),y sus finales suponen una liberación que uno disfruta entre el patetismo y el cinismo(un musulmán que se respetara no podría asumir tanto patetismo autodestructivo inútil y tanta farsa). Lo que más "admiran" los que dicen que le leen es esa completa falta de esperanza,de dignidad de sus personajes que al final siempre eligen autodestruirse en mayor o menor grado, ya sea por su estado físico(La Metamorfosis),ya sea por una Ley Absurda que no entienden(El Proceso),o por amor a unos padres que lo condenan(La Condena). Otra cosa infantil y absurda es que así quiere hacer sentir culpable a sus supuestos verdugos cuando esta buscando la menor posibilidad para elegir la autodestrucción y llevarla a cabo metódicamente. La mujer que más admiro es un trasunto de la hermana de Gregor Samsa de "La Metamorfosis": es la hermana de un amigo con depresión endógena cuya madre tiene esquizofrenia. Su hermano esta en paro y solo se levanta de la cama para jugar a la play y comer,pero ella le da órdenes para que haga las tareas de la casa,como si tiene que darle un coscorrón o gritarle. No es para nada una sacrificada,es una heroína que lucha por amor a los suyos para que puedan vivir unos cuántos años más con dignidad. Si Kafka acabara con final feliz sus cuentos serían las mayores fábulas jamás escritas,pero sabemos que no sería tan clásico,porque hay un sentido residual cristiano autodestructivo en la literatura moderna.Honor a los que luchan duro. Escribe Vila-Matas citando a Kafka en la primera página de sus diarios: “¿Seguía estando el bosque allí? Seguía estando en buena parte. Pero apenas mi mirada se alejaba diez pasos, yo desistía; atrapado otra vez por la aburrida conversación”.En el mundo de hoy, la “aburrida conversación” que atrapa y nos impide alejarnos de la dictadura de la actualidad es el ruido del gran bombo mediático, la gran cháchara de la que parece difícil escapar ".Es la inmediatez del ruido de sables de la TV,los truenos de publicidad de las noticias panfletarias,de las chispas que saltan pero no prenden en la ropa, del ruido de motores de los coches de las polémicas que se van y solo dejan el vacío postparto. Kafka vive en la depresión y la impotencia física y su mentalidad enfermiza no le hace buscar la salud y la luz entre las ramas altas, sino volver al placer de la fiebre nocturna y a la conmiseración de la autodestrucción. ¿Qué brillantes resultados,qué extraña sabiduría le da su autodestrucción? nada,salvo el cáncer de su literatura,que no tiene mayor sabiduría que la autodestrucción,el olvido y la nada patética. Le dijo metafísicamente a Felice Bauer para justificar cierta impotencia física dudosa :“Mi verdadero miedo –no se puede decir ni oír nada peor– consiste en que jamás podré poseerte”. Para el que conozca el código literario decimonónico sabe que es cierto,y desde ese sentimiento de impotencia y pusilanimidad nace el resplandor cegador de su literatura.Por cierto,me parece encantador pero un poco deshonesto cuando no se nombran detalles desagradables en Wikipedia o en El País. K. tuvo trastornos depresivos toda su vida y al final una tuberculosis grave,ergo posiblemente en su vida sexual tuviera problemas,pero hay que sanarlo a posteriori en su biografía. La presentación en 'El Proceso' de Leni produce extrañeza,su flirteo con la señorita Bürstner es de adolescente y neurótico,-y ella misma se lo recrimina-, y su relación con la mujer del ujier es la de un voyeur pero como siempre pidiendo ayuda servilmente. He pensado en Kafka y en Faulkner dos autores de igual genio,aunque Faulkner mucho más sano: en Faulkner hay asesinatos,violaciones,inhumanidad entre familiares,pero digamos que hasta los personajes más diabólicos son sanamente egoístas,y no los paradigmáticos personajes masoquistas de K. Por supuesto en el País salen muchos artículos de K pero casi nada del sano Faulkner. Otro punto he leído los cuentos fantásticos de "Libro sin tapas" de Felisberto Hernández donde sabe tratar exhaustivamente este tipo de procesos amorosos con final feliz pero lleno de extrañeza frente a la vida,vacío y pérdida del misterio de la mujer conseguida y sin quererlo he vuelto a la ratonera de las cartas a Felice de K.: un amante que en proceso de conquista se critica constantemente ante su amada,que se muestra muy inseguro,que sospecha e incluso critica a su familia y sus valores y a la que al final contra todo pronóstico consigue para compremeterse en una boda que al final no se celebra(en el fondo no solo sus valores y proyectos no concuerdan,sino que no la ama). Así marca la lectura de K. vuelves a él aunque no quieras.

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