La campana laberíntica de los muertos.

Sobrecogía oírlos. Los dos abuelos con la puerta entreabierta en la canícula de su casa destartalada de pueblo lo recordaban con pasión:"¿ES TAN COMPLICADO EL AMOR?" "¿Cuál es el cubo de rubik del AMOR?... LA CAMPANA SUMERGIDA". El muchacho estaba ensangrentado desmayado sobre la alambrada. Gregorio Gáñez no entendía muy bien. Los guardias civiles estaban pálidos pero firmes y una muchedumbre que tampoco entendía, pero estaba a favor del moribundo desharrapado hubiera hecho lo que hubiera hecho. Entonces supo que habría una guerra civil y que él por edad combatiría. En la primavera llegaron los marineros británicos llegaron al puerto provocando a los comerciantes conque los precios estaban altos, que se llevarían frutas por un precio justo a mitad de precio o sin pagar. A Gregorio lo llamaron para la Guerra Civil, hubo que suspender la boda con María. "Si en un año no hay noticias de mí cásate con otro" -le dijo mientras le prometía que volvería inmediatamente en cuanto pudiera. También lo hizo a la tumba de su madre para la recogida de la cosecha, no sin antes llevarle la contraria enrabietado por alguna anécdota y besarla varias veces. ¡No me abandones Gregorio, no me dejes aquí solita! Le repetía amargada casitodas las tardes Carmita le decía a su prometido llorando. Goyo suspiraba profundidad con una especie de angustia y tristeza mientras miraba al vacío sin saber qué responderle. María se quedó sola en el pueblo con su familia, que le recordaba que se le podía pasar el arroz. La Guerra ya duraba dos años. Parece que se definía, pero si había guerra en Europa podía alargarse mucho más. Por la tarde Antonio se hacía el encontradizo y pasaba por el balcón recordándole que los años pasan. María se metía sin responderle ni despedirse. Cuando Gregorio se enteró de que los frentes habían caído, su oficial al mando le propuso si quería conocer toda España, había lugares que habían quedado por pacificar. Así podría conocer el mundo más allá de su islita. Dijo que no, María era analfabeta, no encontraría a quien leyera para ella, ni legustaba pedir favores por tanto apenas había escrito a su prometida angustiada. No podía aguantar más ni tenía muchas esperanzas de que lo recibiera bien. Viendo los pueblos,las iglesias gloriosas derruidas y cientos demonumentos que no entendía durante la guerra se empezó a preocupar de problemas a los que nunca había vistomorir entre sus brazos: el anonimato, la enfermedad, la fealdad, la pobreza, la vejez. Los gitanos le prevenían al venderle sus cacerolas: esta es otra guerra interminable de destrucción total. Años después lo resumían así: "Uno viendo el mundo no quiso participar en él y volvió a casa por amor, y una mujer que siempre quiso viajar y huir, pero no quiso a nadie y se quedó en casa esperando por amor". Ninguno volvió a salir de su islita, ni siquiera casi del pueblo. Se casaron y tuvieron dos hijos. A veces hubo algún arrepentimiento por lo bajini de si ella hubiese podido esperar un poco más, pero estaban bastante satisfechos de su vida. Mientras cogidos apretados de las manos sonreían recordándolo pícaros...