¿A quién le importa lo que amamos?

Con un pie en el estrado esperando una respuesta sonríes sin esperar algo. De la cripta no escaparás, Respiras arena ardiente, todos fingen no escuchar que rompiste uñas de berrear la noche sobre la muerte. Nada ha cambiado en el amor, prohibido hablar del ardor. Si sí o si no ansia del polvo el infierno de elegirlo todo el mar que te crispa en rencor. Sueña el rico al que le ofrece ahorrar más su riqueza, sueña el pobre que padece será impune en lo que reza, mientras otro la besa. Será el que ama contrariado -¿Por qué odiosa no me amas? -porque huyes cuando me llamas si beso a otro, mirando. si hablas de amor ¿de qué hablas? La gaviota que es -miente- libre en ráfagas conviene mira al alba en la hueca costa jura que limpia sus costras del mar profundo que teme. La costa tiene más leyes económicas que un buen Rey. Ni el amor puede con la Ley y da de comer a reyes, sin sangrar la tierra al buey. Cuando quemen la hierba