Ya sabemos que nuestro Rey Emérito cobraba comisiones por hacer su trabajo como Jordi Pujol, que su ex amante Corina cómplice de este delito esta despechada y quiere decir muchos más,
que los ministros y fiscales hablan como borrachos barriobajeros sobre si jueces del Tribunal Supremo van con menores o si un Inspector establece una red de prostitutas para conseguir información de altos cargos o para chantajear a gente con deudas.
Los escándalos mediáticos nos hacen vivir la fiebre mala de una rocaflex.
La fascinación primitiva por la belleza o el entusiasmo de la acción nos anula la sensación de la muerte.
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