Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 20 de noviembre de 2025

Estoy en ti de lejos, de tan lejos.

Soneto I: Jesús en la cárcel ante la Cruz. La sombra que proyecta la ventana no es más que un breve indicio de tu paso; el sol que se levanta a cada ocaso te dice que tu vida no es lejana. No valen las promesas ni la historia que escriben otros con solemne mano; tu ser es un instante, luz y vano, perdido en la inmensidad sin memoria. El mármol que labraron con esmero será también arena, polvo, olvido; tu nombre, por el tiempo consumido, se pierde en el silencio del sendero. Tu esencia es el momento que se ha ido; tu herencia, nada más que un mero cero. Soneto II. LA MUERTE DE GIORDANO BRUNO. El muro que tus ojos ahora miran no es piedra inerte, sino el cruel destino; tu senda es un amargo desatino que las horas fugaces te conspiran. Los versos que en el libro se quedaron no calman el temor que te persigue; ninguna voz que al alma te fatigue te salva del final que te depararon. Ni el sabio que dictó la ley severa, ni el héroe que cayó bajo la espada, te libra de esta carga despiadada, de ser un soplo en la fatal hoguera. La vida es un reloj que no se frena; tu suerte es un tic tac más, fuego y plena. Un terrible adiós, que queda en nada. Tu adiós, que quema la pasión hiriente, es glaciar que se quiebra al atardecer; fuego que gotea mi cuerpo sin querer, y gélido dolor que no se siente. Cansa un camino al aire que se ausenta, un lento deshielo en el que me veo, donde el calor de nuestro amor me afeo en lágrimas heladas y que aprieta. Soy tu montaña que en el hielo agoniza, abrumado por un frío que no cesa, estoy arena en ti lejos te piso presa ya solo y sin entrar en tu ceniza. Se derrite aquel glaciar de tus besos ¿habrá algo si no tengo tus recuerdos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario