Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 4 de julio de 2024

La anécdota final increíble de un moribundo.

Mi abuelo paterno Antonio se murió en 1985 en un villorrio llamado Valdenuño Fernández a 40 kilómetros de Madrid, tenía 3 hijos todos casados. Mi hermana y yo jugábamos, y mi madre nos llamaba para acompañarlo. Mi madre estaba conmigo, que era una niña, sola junto a él, mientras estuvo varios días moribundo, de vez en cuando, contaba las anécdotas de su vida. Mi madre vestida de negro, una vez se puso como a gritar al cielo junto a la cama, delante de los tíos: "¡Llévanos a todos, pero no te lo lleves a él!" Parece que entonces respondí "Pero mamá, ¿a mí tambiééén?". A mi madre no le hizo gracia la impertinencia y quiso sacarme de la habitación, pero a todos los presentes les hizo gracia, incluso a mi abuelo moribundo, que hizo la mueca de una sonrisa, me acariciaba la cabeza y me sujetó del brazo para que no me sacaran. Pero mi madre nos sacó y nos pusimos a jugar en el barro afuera. Cuando nos enteramos que mi abuelo había muerto, no nos dejaron entrar más, porque mi madre decía que no sabíamos comportarnos. A nuestro abuelo le hubiera gustado que nos quedásemos con él hasta el final. Años después una tía me recordó aquella anécdota y dijo que mi abuelo miraba por la ventana, sonriendo con pena, imaginando en donde estaríamos, aunque no sé por qué nos mezcló con las despedidas y las llegadas de los reclutas de la Guerra Civil Española que ella tampoco había vivido, pero que eran las grandes leyendas que había oído contar a nuestro abuelo.

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