Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

lunes, 22 de julio de 2024

ANÉCDOTA de Yacoov COHEN. El secreto eterno judío.

- ¿CUÁL es el secreto eterno del genio judío que siempre destaca en la economía y en todas las artes a pesar de ser una proporción insignificante en la población? le pregunté al Rav. Estando en la academia del novelista de novela negra Yacoov COHEN, conocido en Canarias, que costaba una pasta para dar demasiadas clases teóricas de simple historia de la literatura, a veces coincidías con él y se podían tener auténticas charlas sobre creación literaria. Un día coincidiendo en un autobús me contaba que lo importante era ser un buen intelectual artesano, el término había quedado muy difuso, extraño. En la guagua, el autobús, había dos mujeres mayores UNA DE LAS CUALES conocía de vistA: Tinamary, y en la parte de atrás un grupo de adolescentes que estaban riéndose y humillando a otro adolescente tímido. Hizo el gesto de sacar mi móvil para amenazarles con grabarles pero al final me calmé. Se acabó la escena con gritos y humillaciones. Entonces, una de las señoras mayores sacó su móvil y mirándoles fijamente se puso a grabar. Los chicos se pusieron histéricos "señora, ¿usted qué hace? usted no puede grabarnos en un recinto cerrado". De pronto, la señora incapaz de responder se dio la media vuelta, pero los chicos estaban furiosos, y uno se puso a dar patadas al respaldo del asiento de delante. El chófer al final les dijo que o paraban de dar golpes a los asientos o que llamaría a la policía para echarlos. Yacoov COHEN que seguía dando su exposición de que lo importante en la novela negra es ser un artesano honrado y no engañar al lector se calló, parando a la mitad de un proyecto que tenía sobre César Manrique, pero como la escena se había vuelto insoportable, le comenté que ésta era nuestra parada y nos apeamos en aquella parada que en realidad era una anterior a la nuestra. Por la noche, escribí a la amiga de la señora del móvil y le pregunté ¿qué había pasado? Ella me contestó que continuaron varios minutos más gritando frases sueltas y exigiendo que borraran el video si les habían grabado o que llamarían a la policía, fueron a hablar con el chófer exigiendo que le pidiera el móvil a la señora mayor, pero que al final ni el chófer les hizo caso. LLegó su parada, quisieron bajarse por la puerta de delante y la de atrás, pero el chófer solo abrió la del medio, y se bajaron. Hicieron una fotografía a la matrícula porque le habían amenazado que pondrían una queja en la Estación. La charla magistral de Alexis Ravelo se quedó en nada,hablando de las parábolas paradójicas judías artísticas o la sencillez de mucha narrativa folletinesca victoriana. No obstante, yo siempre me acordaré del efecto artístico de aquellos jóvenes dando patadas a los asientos de plásticos.

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