La charca de fango de Antístenes.

Cuentan que un día que Antístenes estaba amargado y meditabundo. Se encontró con un sobrino muy solemne al que conocía de vista que al ver su estado de ánimo le mandó a tirarse a una charca enorme de fango. Antístenes obedeció y mientras se ahogaba en el fango repetía: ¿por qué me has hecho esto si yo siempre te he querido? Alicia está preocupada, todos los días suena su teléfono con una voz que desconoce y le dice "pronto serás mía". Rayco, su marido, al coger el télefono una vez se enteró de todo. Nos invitaron a la cena de Navidad de la Empresa. Había que ir con la pareja. Rayco iba a ir con su despampanante mujer Alicia, que había sido la envidia de toda la oficina durante más de un año. Rayco sería el futuro director general de la empresa. En medio, del discurso del director general lleno de cifras, paró - por influencia del vino - para elogiar a aquella mujer cuya belleza y apoyo a su marido había inspirado a toda la oficina. De pronto, Rayco se levantó para sorpresa de todos para hacer un elogio a la oficina. Supuse que sería un agradecimiento. Empezó a hablar y se quejó de que su mujer no tenía sentido común, que estaba harto de sus constantes infidelidades, de sus faltas de respeto y de la falsedad de los elogios de sus compañeros que sospechaban cosas. Todos nos quedamos muertos, y hubo que interrumpirlo, las infidelidades deberían ser dentro de la empresa. Bromeé para aligerar el ambiente pero fue imposible. Hablamos durante dos minutos, pero mi mujer y yo nos fuimos. Pensé que dimitiría de su cargo. El primer lunes de trabajo Rayco fue muy bravucón y el jefe le llamó, todo el drama consistía en saber si el despido sería procedente o improcedente. Al final, cedió y fue procedente. Se mudaron de ciudad, pero increíblemente no se separaron. Nunca supe más de él. Después de aquello me nombraron a mí director general. ¿Por qué lo hiciste? Solo tú, sólo tú lo habrías conseguido. Tres semanas después del incidente se enteró de que había matado a su mujer y después se había suicidado. A partir de ahí borré su nombre y les dije a mis subordinados que evitaran hablar de él.