¡Así cayó Babilonia! ¡Así cayó Babilonia!

El tío Yeray subía las escalerillas estrechas repitiendo en tono de broma el salmo con las manos levantadas. Su sobrinita, que no le conocía, iba a hacer la primera comunión y a una cochambre roja como él no lo habían invitado. Después de la guerra relacionarse con él era un riesgo y una vergüenza, como el pueblo había caído en la miseria y la mayoría pertenecía a tres familias, pensó que se ayudarían los unos a los otros, pero no. Lo borraron de las listas administrativas, lo evitaban en lo posible de todos los actos públicos y de donde se hicieran fotos. Cuando le enseñaron la foto (para fastidiarle) se alegró , no obstante no quiso verla. - Está muy guase alegró porque su hermana consiguió un lindo traje para su sobrina, sin embargo, no quiso verla. - Está muy guapa, pero de todos modos no entiendo el latín. Después le preguntaron ¿por qué no se había ido a la capital o lejos, si era soltero y nada lo retenía? - Soy un comodón, solo sé de cosas del campo, las aventuras me paralizan. Se suponía antes de la guerra que el país era una catástrofe llena de viciosos modernos y de vagos, recordaba como en las Iglesias rezaban para que el país no colapsara como Babilonia rodeada de modernidades y vicio. Cuando vi su casa de piedras al fondo de la foto sentí una pena...ay. -Me alegro por mi sobrina, está muy guapa, me alegra de que sea feliz, su madre se ve orgullosa y sacrificada la pobre, pero no, no puedo verla, no me la enseñes, no puedo verla.